Educación
Raíz del artículo de Pedro Aranda y la carta de María de la Luyz Gonzáles, que aparecen enla edición de hoy día, solo quisiera comentar que el dañohechoa la educación últimos 30 años es tan grande, que no se si se pueda revertir. Sería soñar el recuperar nuestro histórico sistema educacional, donde la disciplina general y la calidad, compromiso y mistica de los profesores sacaron adelante un país en desarrollo. Hoy, nada de eso existe y los alumnos, con honrosas excepciones, son unos bárbaros inconscientes y los profesores, también con honrosas excepciones, se limitana interpretar un papel ínfimo en la formación académica alumnos. Hoy cada uno hace lo que le place y pareciera que lo que reina en los colegios es una indiferencia absoluta: los profesores no enseñan y los alumnos no aprenden. La violencia y los malos modales reemplazaron el respeto, la obediencia y el afán educativo de todas las partes.
Desde luego, en todo este contexto está la labor ausente de los padres que, en lugar de participar activamente en la educación de sus hijos, lo único que hacen es justificar o ignorar su flojera y hasta sus delitos, limitándose a “apañarlos” y “defender sus derechos”. Creo que estamos jodidos, Yo lo tengo muy claro, la educación en nuestro país se fue “a las pailas” y, desde luego, nonos queda vida suficiente para ver un cambio, Al contrario, todavía Mil disculpas por ser tan negativo, señor Director, pero me eduqué en un entorno distinto y mi madre, durante más de 50 años, fue una de ésas docentes de escuela primaria, con mística y verdadera vocación por la que ella llamaba “mis niñitas”, porque, para ella y sus colegas, eso eran sus alumnas y se sentían responsables por su formación dentro y fuera de las aulas. Meeduqué en colegios públicos y hasta hoy recuerdo a mis profesores que supervisaban nuestro comportamiento en todo momento y lugar, velando también por nuestros modales y buenas costumbres. En fin, eran otros tiempos. Rafael Mella Hernández