El Kremlin bloquea el servicio de YouTube, pero los rusos encuentran formas de evitarlo
El Kremlin bloquea el servicio de YouTube, pero los rusos encuentran formas de evitarlo Bloqueó Facebook, Instagram y Twitter. Luego, firmó una ley de censura que llevó a TikTok a desactivar sus funciones. El Presidente Vladimir Putin ha tomado medidas drásticas contra la libertad de expresión en Rusia en un grado nunca visto desde la era soviética. Ahora apunta a la última plataforma tecnológica occidental que apenas se mantiene en pie en la Rusia de la guerra: YouTube. Putin no ha prohibido formalmente la plataforma de video estadounidense que tiene más de 2.500 millones de usuarios en todo el mundo. Pero el sitio ha enfurecido a las autoridades rusas, que lo ven como una puerta de entrada incontrolable a contenido contra la guerra. También han criticado a YouTube por eliminar canales de propaganda rusa, así como videos de músicos rusos sujetos a sanciones occidentales. Así, el verano pasado, los usuarios rusos experimentaron una desaceleración significativa de YouTube, principalmente en las conexiones a internet de escritorio.
Los expertos en internet han dicho que las caídas repentinas del tráfico solo podrían explicarse por la limitación deliberada del servicio por parte de las autoridades rusas. "Esta caída repentina y masiva es 100% artificial", dijo Philipp Dietrich, analista del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores. "No hay duda de que esto es obra del hombre". Los resultados de la andanada contra YouTube han sido hasta ahora mixtos, lo que demuestra las complicaciones que enfrenta Moscú para acabar con una piedra angular de la internet rusa, hecha en EE.UU., que durante años se consideró demasiado grande para prohibirla. Una plataforma querida por los rusos YouTube ha sido durante años un elemento básico de la vida diaria de muchos rusos, que transmiten de todo, desde viejas películas soviéticas hasta programas políticos anti Kremlin.
Unos 96 millones de rusos mayores de 12 años, o aproximadamente el 79% de la población mayor de 12 años, visitaron el sitio mensualmente en julio, antes de que comenzara la desaceleración del servicio, según el grupo de investigación MediaScope. Pero la relación entre el Kremlin y Google, propietario de YouTube, ha sido tensa durante años. Las emisiones virales de YouTube transformaron al fallecido opositor ruso Alexei Navalny en una amenaza importante para el Kremlin.
Su investigación sobre la corrupción en un palacio en el Mar Negro construido para Putin, publicada en YouTube a principios de 2021, ha atraído 133 millones de visitas en los últimos cuatro años, lo que subraya el poder de la plataforma. En cierto sentido, la limitación parece haber funcionado. El tráfico de internet ruso a YouTube es menos de un tercio del que era el año pasado por esta época, según datos públicos difundidos por Google. VK, la red social controlada por el Estado, está lanzando una alternativa nacional a YouTube, conocida como VK Video, y ha anunciado aumentos en el tráfico. Pero la realidad es más compleja. Multitudes de rusos expertos en tecnología siguen accediendo a YouTube mediante redes privadas virtuales o VPN. Esas herramientas enrutan su tráfico de internet a través de otro país, lo que significa que no aparece en los datos de Google como uso ruso. También cifran el tráfico de los usuarios y protegen sus identidades.
Los programas políticos críticos con el Kremlin filmados fuera de Rusia han experimentado descensos de tráfico relativamente mínimos debido a la ralentización del servicio, según el periodista ruso Dmitry Kolezev, que sigue los programas a través de un producto llamado YouScore. Es probable que esto se deba a que sus espectadores en Rusia, que están especialmente motivados para ver contenido anti Kremlin, han adquirido rápidamente VPN. El contenido de entretenimiento, que va desde dibujos animados infantiles hasta programas de cocina, ha experimentado una caída significativa en muchos casos, según los sitios de medición de tráfico de YouTube. Los espectadores de ese tipo de contenido tienen menos probabilidades de comprar VPN y pueden encontrar lo que buscan en las plataformas de streaming rusas. Más de la mitad usa una red privada virtual El número exacto de rusos que utilizan VPN no está claro.
Mikhail Klimarev, director ejecutivo de la Sociedad de Protección de Internet, un grupo de derechos digitales que ahora tiene su sede en Europa, estimó que más de la mitad de los usuarios de internet rusos, o unos 60 millones de personas, al menos saben qué es una VPN y dicen que pueden utilizar una. Aun así, la ralentización del servicio está llevando a muchos rusos a plataformas nacionales controladas por el Estado, como VK y RuTube, para consumir al menos parte del contenido que solían ver en YouTube. Se trata de una bifurcación de internet que el Kremlin desea. La invasión de Ucrania por parte de Putin a principios de 2022 intensificó el enfrentamiento del Kremlin con Google. La empresa bloqueó a nivel mundial más de 1.000 canales de propaganda patrocinados por el Estado ruso, incluidos más de 5,5 millones de videos, según YouTube. Suspendió los anuncios que se mostraban en YouTube a los usuarios de Rusia, así como la publicación de avisos de anunciantes con sede en Rusia a usuarios de todo el mundo. En julio, Google provocó la ira del Kremlin cuando cumplió con las sanciones de la Unión Europea a músicos pro Kremlin y eliminó sus canales y videos. La interrupción del servicio comenzó poco después. Las autoridades rusas también han impuesto multas cada vez mayores a Google.
Putin, hablando en su programa anual de llamadas telefónicas el mes pasado, acusó a YouTube y Google de seguir las órdenes del gobierno estadounidense al ofrecer videos con orientación política a los rusos que buscan contenido cultural y musical. "Si quieren trabajar aquí", dijo Putin, "que actúen de acuerdo con las leyes de la Federación Rusa". Censura en el régimen de Putin: El Kremlin bloquea el servicio de YouTube, pero los rusos encuentran formas de evitarlo El uso de VPN se volvió frecuente en el país para sortear las trabas para la plataforma de videos. PAUL SONNE THE NEW YORK TIMES TURISTAS ESCUCHAN a una guía en la Plaza Roja de Moscú, frente a la catedral de San Basilio. EFE/EPA.