Debate político por desempleo
Debate político por desempleo E n medio de cifras de crecimiento que se sitúan en el margen o por sobre la expansión potencial, el desempleo sigue siendo el principal lunar negro de la economía.
Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), con los datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), la tasa de desocupación durante el trimestre marzo mayo de 2025 fue de 8,9%, lo que equivale a 0,6 puntos porcentuales más en doce meses. El alza fue más pronunciada y más preocupante entre las mujeres, donde la desocupación se situó en 10,1%, es decir, 0,8 puntos más.
Según explicó el organismo, el alza se debe principalmente a que la fuerza de trabajo creció más (0,8%) que la cantidad de personas ocupadas (0,2%). En el caso de las mujeres, aquel incremento fue todavía más significativo (1,4%, frente a un aumento de 0,5% en el porcentaje de mujeres ocupadas). Más allá de los porcentajes, se trata de 918 mil personas que se encuentran a la búsqueda de un empleo, y que requieren estar en el centro de la preocupación del Gobierno y de las políticas públicas.
Como ha dicho el director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, David Bravo, "el problema más serio no es solamente que no se haya hecho algo, sino que también se ha actuado como si no tuviéramos el problema". Resulta evidente, como han apuntado numerosos economistas e investigadores, que la combinación de reformas que han encarecido la contratación en los últimos años, como la disminución de la jornada laboral a 40 horas y el alza del salario mínimo, han golpeado el dinamismo de la creación de puestos de trabajo.
Una economía que crece apenas al borde de sus posibilidades difícilmente puede absorber un incremento de dicha magnitud: el propio Banco Central, en sus últimos informes de política monetaria (IPoM) ha advertido acerca dela relación entre el acelerado aumento del salario mínimo y la pérdida de empleos.
Al mismo tiempo, sin embargo, parece claro también que una serie de dinámicas propias de la automatización de labores, modificaciones en las formas de consumo y el crecimiento del empleo por cuenta propia --la mayoría vinculadas a la tecnología, otras heredadas de la pandemia-están produciendo cambios profundos en el mercado del trabajo, de modo que la relación entre crecimiento económico y creación de empleo, que en otros momentos de nuestra economía estaba fuertemente ligada, hoy se ha vuelto más frágil. No es obvio que las mismas recetas que fueron útiles en el pasado sean completamente válidas hoy. Y, por lo mismo, la simple apelación al crecimiento económico, como una cáscara vacía, tampoco parece efectiva para enfrentar adecuadamente este desafío en los años que vienen. Esta serie de variables estructurales hacen que el desafío del empleo sea un punto serio y concreto del debate respecto del próximo gobierno.
Es necesario, por ejemplo, un examen severo y comprensivo de las propuestas que plantee durante su campaña la candidata del oficialismo, y el riesgo evidente, a partir de lo anotado hasta el momento, de que profundicen el problema.
Pero también de una reflexión realista y detallada de las proposiciones de las candidaturas de la oposición, su impacto potencial y, por cierto, las posibilidades de la política de llevarlas a cabo. "Es necesario un examen severo y comprensivo de las propuestas de los candidatos, tanto del oficialismo como también de la oposición"..