Autor: Mario Córdova
COLUMNAS DE OPINIÓN: Kuroshio: danza marina
COLUMNAS DE OPINIÓN: Kuroshio: danza marina DE estrambótico e impredecible mundo de los sueños (en "Moonrise") al inmenso mar, sus corrientes y hábitat interior (en "Kuroshio"). Ese ha sido el tránsito de la temporada 2024 del Ballet Nacional Chileno BANCH en sus dos primeros programas. Curiosamente las dos obras presentadas por esta compañía han llevado títulos en otros idiomas, proviniendo el último del Japón, aludiendo a una corriente marina de la costa de ese país oriental.
El mar ha sido constante fuente de inspiración en la música sinfónica, dejando un vasto repertorio donde abunda un afán descriptivo que lleva al auditor a imaginar, a sentir... casi a mojarse con el agua y sus olas.
A la hora de citar las más famosas Obras de este ámbito ahí está el poema sinfónico "El Mar" de Claude Debussy, la "Sinfonía Marítima" de Vaughan Williams y el comienzo de la suite "Sheherazade" de Rimsky-Korsakov, entre otras muy conocidas partituras. "Kuroshio" (corriente negra, en español), ha llegado muy reen español), ha llegado muy reKuroshio: danza marina Kuroshio: danza marina Las ajustadas mallas color carne sugieren la desnudez general. cientemente al Teatro de la U. de Chile en calidad de estreno mundial.
La obra, de casi cuarenta minutos de duración, ofrece la gran novedad y acierto de poner el mar no en los oídos sino apelando directamente a la atención visual, al situarlo en los dominios de la danza, en una coreografía conjunta de Mathieu Guilhaumon (director del BANCH) y Carolina Vergara. ¿Cómo lo logra? Con un fondo sonoro compuesto especialmente por Graciela Muñoz, un escenario oscuro, sin ningún apoyo corpóoscuro, sin ningún apoyo corpóreo, recibe a catorce bailarines (hombres y mujeres) vestidos de forma idéntica con muy ajustadas mallas color carne que sugieren la desnudez general. Entiéndase, entonces, que deben percibirse como... desvestidos. Este conjunto está siempre en escena, sin mediar descanso, y como un todo, dividido en dos, tres o más grupos, se toma el espacio. Expresando cada bailarín un repetido leitmotiv danzante de ondulación, se ve un parejo contoneo que en lo colectivo simula la profundidad acuática oscilante de peces y plantas marinas. El efecto coreográfico es tan sorprendente como mágico. Definitivamente encantador. Ese todo y los grupos se desplazan a lo largo, a lo ancho y en diagonales por el escenario dejando muy claro que son los caprichosos flujos de las mareas. No queda del todo claro lo que son esos momentos de escape de parejas y trios más solistas y protagónicos. ¿Emociones?*¿ Conflictos? En este montaje todo vale. montaje todo vale..