Dorado sobre dorado y asfalto en la Rosaleda: los cambios de Trump en la Casa Blanca
Dorado sobre dorado y asfalto en la Rosaleda: los cambios de Trump en la Casa Blanca A su regreso a la Casa Blanca, el Presidente Donald Trump modificó radicalmente el rumbo de la política estadounidense y también dejó su rastro dorado en las paredes del Despacho Oval. En menos de seis meses desde su toma de posesión, la reconocible oficina presidencial recuerda cada día más la residencia del republicano en Mar-a-Lago.
Cuadros y espejos en el Despacho Oval A diferencia de su primer mandato (2017-2021), cuando instaló una nueva alfombra y reemplazó las cortinas rojas usadas por Barack Obama (20092017) por unas doradas que Biden conservó, Trump ha ido mucho más allá.
Desde su regreso en enero, dobló el número de cuadros en el Despacho Oval y agregó espejos con pesados marcos de color oro, además de añadir detalles dorados a las cornisas de la chimenea, las mesas y hasta las paredes. La hiedra sueca que sirvió de fondo para importantes sucesos en el Despacho Oval desde hace más de medio siglo también desapareció del manto de la chimenea. En su lugar, Trump escogió lo que parecen ser trofeos dorados, a los que incorporó un reloj, también color oro.
Otras adiciones notables: a la entrada del Despacho Oval colgó --en un marco dorado-la portada del New York Post con la foto policial tomada durante su fichaje en Georgia en agosto de 2023 por presuntamente intentar revertir los resultados electorales de 2020 en ese estado.
Adiós al césped de la Rosaleda En una de sus redecoraciones más polémicas, Trump ordenó cubrir con asfalto el césped de la Rosaleda que rodea al Despacho Oval, diseñada en 1962 por la entonces primera dama Jacqueline Kennedy. La intención del mandatario es facilitar la celebración de eventos en el emblemático espacio de aproximadamente 40 por 20 metros, rodeado de parterres con rosas. Bajo sus órdenes también se instalaron dos mástiles de 30 metros de altura para izar grandes banderas estadounidenses, financiados por su propio bolsillo. Además, ordenó talar un emblemático magnolio plantado durante el mandato del séptimo presidente, Andrew Jackson (1829-1837), alegando que el árbol estaba enfermo.
En una decisión que tomó por sorpresa al público, el Presidente colgó un retrato suyo en la pared donde hasta hace poco estaba el retrato de la ex primera dama Hillary Clinton, como parte de la colección de pinturas de las esposas presidenciales. Trump ha adelantado que quiere construir un salón de baile en la Casa Blanca, a semejanza del que tiene en Mar-a-Lago, con un costo estimado de unos US$ 100 millones.
Polémicas por redecoraciones Estas controversias no son nada nuevo, según el presidente de la Asociación Histórica de la Casa Blanca, Stewart McLaurin, quien recuerda en su ensayo "Una Casa Blanca en constante cambio" que el edificio ha sufrido grandes modificaciones desde su construcción en 1792. Las reformas ordenadas por los presidentes Thomas Jefferson (1801-1809) y Andrew Jackson, que añadieron las columnatas y el ahora icónico pórtico norte del edificio, fueron criticadas por su extravagancia y costo. Irónicamente, el rediseño de Jackie Kennedy fue considerado elitista en su época. Las acusaciones también le llovieron a Richard Nixon (1969-1974), quien convirtió la piscina bajo techo de Franklin D. Roosevelt (19331945) en lo que es ahora la sala de prensa de la Casa Blanca. A pesar de las críticas, "muchas de estas alteraciones se han vuelto parte integral de la identidad de la Casa Blanca, a la que resulta difícil imaginar hoy sin estas evoluciones y adiciones", concluye McLaurin.
Desde que inició su segundo mandato Dorado sobre dorado y asfalto en la Rosaleda: los cambios de Trump en la Casa Blanca Las modificaciones han sido habituales a lo largo de la historia de las presidencias de EE.UU. Y también han sido polémicas. YENY GARCÍA EFE TRUMP con el Canciller alemán, Friedrich Merz, en el Despacho Oval. EFE.