Cómo era la vida en la desalojada toma de San Felipe
Cómo era la vida en la desalojada toma de San Felipe MARIOLA GUERRERO FRANCISCO LUCERO iguiendo una orden judicial de S esco, personal de Carabineros ingresó a las ocho de la mañana de este jueves a la toma Yevide de San Felipe. Como recibimiento se encontró con una serie de barricadas y fogatas, que incluyeron hasta un auto en llamas. La orden del Tribunal de Garantía local indicaba desalojar la cuadrícula 11 del campamento, debido a una demanda de la Constructora San Bartolomé, dueña del terreno. Son aproximadamente dos hectáreas, ubicadas a un costado del Río Aconcagua. El sector que había que despejar era ocupado por unas 600 personas, divididas en 120 familias, en su mayoría extranjeros. Según el presidente de la junta de vecinos de la toma, Dunel Auguste, entre los desalojados había 280 niños y niñas.
Auguste, quien llegó hace dos años al campamento, cuenta que la toma partió el 2019, cuando un grupo de chilenos comenzó a arrendar pequeños paños de terreno a inmigrantes haitianos, aprovechándose de las diferencias culturales. "Los haitianos no manejan bien ni el idioma ni las leyes de acá", explica. Una de las vecinas desalojadas, quien prefirió ocultar su identidad por miedo a represalias, sabe que hay un estigma por vivir en ese lugar.
Dice que no se siente especialmente Dice que no se siente especialmente En el lugar se habían instalado mayoritariamente extranjeros ómo era la vida en la esalojada toma de San Felipe esalojada toma de San Felipe esalojada toma de San Felipe esalojada toma de San Felipe esalojada toma de San Felipe He En ma Para acceder a servicios básicos, orgullosa, sobre todo porque había muchas discotecas, prostíbulos y botillerías, todos ¡ legales.
En todo caso, dice, nada diferente a lo que se vive en sectores regularizados de la comuna. "Ha habido muertes, como en muchas poblaciones de San Felipe, riñas callejeras que han sido ocasionadas por personas que no viven aquí", agrega. A pesar de las barricadas iniciales, el procedimiento se llevó a cabo sin detenidos. Dirigentes afirman que fueron víctimas de una estafa. cuenta que pagaban cerca de 5 millones de pesos mensuales a la empresa Chilquinta por dos generadores. Y compraban agua a la empresa Esval, que luego distribuían ellos mismos. "Aquí todo se paga", afirma. El procedimiento Al llegar, Carabineros se encontró con un grupo de unas treinta personas que intentaron obstaculizar el desalojo.
Sin embargo, fueron controlados rápidamente. "Era un grupo reducido y lo más importante es que no había menores de edad en la entrada ni tampoco ocupándose como escudos humaocupándose como escudos humaocupándose como escudos humaO Daniela Guzmán trabajaba hace dos años en el centro médico. Daniela Guzmán trabajaba hace dos años en el centro médico. nos", destacó el coronel Mauricio Guzmán, de la Prefectura Aconcagua. Por parte de la Municipalidad de San Felipe, destacaron que esta no era una decisión institucional, sino que se estaba acatando una orden judicial.
Pero que de igual forma dispusieron servicios para esta contingencia. "Hemos evaluado por meses la situación social para respaldar los derechos y seguridad de las personas, especialmente de niños, niñas y adolescentes", afirmó la alcaldesa, Carmen Castillo.
Desde el municipio dispusieron dos albergues para un máximo de Carabineros fue recibido con barricadas. 40 personas cada uno, con alimentación completa y principal atención en niños, niñas, mujeres gestantes, adultos mayores y personas con discapacidad. A pesar de esto, Dunel Auguste afirma que, según sus estimaciones, el 98% de los vecinos desalojados pasarían la noche en la calle, debido al deseo de las familias de no separarse. Las autoridades comentaron que una parte importante de quienes fueron desalojados, se trasladaron a otros sectores de la toma Yevide, destacando que el mandato judicial ordena desalojar solo una parte del terreno.
Un incendio destruyó un cité y siete locales comerciales en Recoleta Nutricionista llegó a su trabajo y encontró el centro médico reducido a cenizas Moisés VALDERRAMA Moisés VALDERRAMA aniela Guzmán es nutricionista [) tiene 34 años. Este jueves salió de su casa como cada mañana para llegar al centro médico Santos Dumont, donde trabaja desde hace dos años.
Antes de salir, desde su ventana, vio una columna de humo, pero nunca imaginó que venía de su lugar de trabajo. "Pensé que era otro edificio... vine igual y cuando llegué vi que estaba todo quemado", relató apenada. A esa hora, ya circulaba por su WhatsApp la confirmación de que el recinto había sido consumido por el fuego. El incendio comenzó cerca de las 7 de la mañana y arrasó con un cité y varios locales comerciales, entre ellos una juguetería, un café y el centro médico donde trabajaba Daniela. A pasos del Metro Cerro Blanco y al lado del Liceo Comercial Luis Correa Prieto, cuyo alumnado fue evacuado preventivamente, la escena era desoladora: personas llorando, sin poder ingresar a recuperar nada. Y bomberos manteniendo el acceso restringido por riesgo de derrumbe. Daniela se reunió con sus compañeras frente a los escombros, sin saber qué hacer. "Es triste, da desolación, era un equipo unido, con un ambiente muy humano", dijo. El centro médico tenía seis años de funcionamiento y era reconocido por su atención integral en medicina general, ginecología y podología. Hoy, quienes lo conformaban esperan poder reconstruirse, aunque el futuro es incierto..