Crisis Pisquera
Crisis Pisquera En la Región de Coquimbo, el pisco no es solo un producto emblemático, sino una parte fundamental de la identidad y la economía local. Sin embargo, esta tradicional industria enfrenta una crisis, como la mayoría del rubro agrícola, que amenaza su misma existencia: la escasez de agua. Aunque las lluvias y nevadas del último invierno ofrecieron un respiro, está lejos de ser suficiente para decretar el fin de la crisis hídrica que asola a la región desde hace más de una década. La sequía ha afectado duramente a todo el sector agrícola, pero el impacto es particularmente severo en la producción de uva pisquera. Esta disminución en la disponibilidad del recurso hídrico ha obligado a las empresas y cooperativas del rubro a adaptarse, buscando estrategias innovadoras y, en algunos casos, desesperadas para mantener a flote sus operaciones. Algunos productores describen la situación como un "grave momento" para una empresa, que ha visto cómo su producción de uva ha disminuido drásticamente. Afirman que la crisis hídrica los ha afectado en dos variables: la producción de uva y la capacidad para mantener la refrigeración del destilado. "Si los canales no traen agua, no podemos producir", explican. Algunas pisqueras con casi 200 años de existencia, han reducido su producción de 14 mil botellas a menos de cinco mil anuales, una merma significativa que refleja la magnitud de la crisis. Sin embargo, la resiliencia del sector es notable. Muchas empresas han implementado proyectos innovadores para enfrentar la escasez. Estas estrategias no solo han permitido mantener la producción, sino también mejorar la calidad del producto final. Crisis Pisquera La escasez hídrica ha afectado a los productores en dos variables: la producción de uva y la capacidad para mantener la refrigeración del destilado..