COLUMNAS DE OPINIÓN: Un nuevo ciclo
COLUMNAS DE OPINIÓN: Un nuevo ciclo Comienza el temido mes de marzo, como todos los años, n nuevo ciclo, con tacos en nuestra gran ciudad, uno de los s se ubica en la rotonda del mate, con vehículos que desde el sector El Claro y Lago Atravesado, producto del apresurado dela pasarela en el Sector Piedra del Indio. los problemas siguen avanzando, las estadísticas actuales. nn que una de cada once muertes en Chile, es atribuible Lj)eso y obesidad. En estricto rigor, en nuestro país a persona obesa por hora. Este es un dato más que rile.
En nuestra región, la obesidad y el sedentarismo emas de salud pública presentes en sus habitantes. peor es que los principales afectados son nuestros niños y j&. enes. ya que lideramos históhcamente en indicadores neç, atvos en malnutrición por exceso en menores de seis años en escolares de primero básico.
Pese a todos los esfuerzos riLle se realizan en materia de políticas públicas al respecto, la Iuacór no mejora y esto tiene que ver con los cambios que ha expementado nuestra sociedad en materia de dieta y hábitos imentarios yen la forma de vida que llevamos en estos tiempos, nde cada vez nos movemos menos y pasamos gran parte de estras horas del día sentados, frente a un computador, un eviso, un celular o en el asiento de un vehículo.
Los estudiantes que vuelven a clases están sometidos hoy día a una jornada completa donde nuestro sistema educativo s obliga a permanecer quietos, donde incluso el movimiento es ccnsiderado una mala señal, mientras más estáticos permanezcan ns nños es sinónimo de buena conducta. Ya no solo se reprimen as ideas, sino que también el movimiento, esgrimen las nuevas eneraciones. Los padres se esmeran por llevar a sus hijos en omóviles o buses escolares hasta la puerta de las escuelas los colegios, hasta edades avanzadas, cada vez se camina enos, sobre todo en nuestra región.
En la tarde, de regreso, ocurre lo mismo, los cinco días de la mana, cuando llegan a sus casas, tienen que descansar, es omento del mundo virtual, de las tabletas, del notebook, del evisor, de cualquiertipo de pantalla, que los mantiene tranquilos, ices, seguros y por supuesto, quietos, sentados, tirados o ostados, hasta la hora de irse a dormir, y así sucesivamente el resto de la semana. Son los tiempos modernos. Antes, no había jornada completa de clases, no había redes sociales ni pantallas en todas partes.
Después de almorzar los ños se dedicaban a jugar con otros niños, en el patio, en la calle, cualquier lugar, corrían y saltaban, se subían a los árboles jugaban largos partidos de futbol hasta terminar rendidos, otados. Había menos vehículos, más espacios y también seguridad. Los vecinos se conocían unos a otros y existía solidaridad, vida de familia y espíritu comunitario. stían muchos factores protectores que se han perdido, y recido demasiados nuevos factores de riesgo. La vida s mucho más impersonal, violenta, fría, competitiva y existe nfianza entre las personas.
El desconcierto que provoca el mo de sustancias, el alcohol, actúan como símbolos de la rosidad” de nuestra sociedad actual, esto trae como efecto os padres sean sobreprotectores de sus hijos. uestra alimentación también ha ido cambiando a la par con tras dimensiones sociales y culturales. Comemos más y peor a vez gastamos menos las calorías que consumimos.
El tarismo nos está enfermando y matando y lo que comemos emos todos los días, también, estos malos hábitos de las nas producen toda una gama de enfermedades crónicas psmisibles a edades cada vez más tempranas en nuestra dón. Hipertensión, diabetes, canceres, por nombrar s.
Es un fatídico círculo vicioso, el cual estamos obligados lier. onsumimos grandes cantidades de los denominados nenos blancos, el azúcar y la sal, los mismos padres fomentan stos hábitos negativos en sus hijos desde muy pequeños. Somos os mayores consumidores de bebidas gaseosas en el mundo, ocorporamos gran cantidad de grasas saturadas en nuestra dieta limentaria. Comemos a cualquier hora y consumimos además a serie de alimentos procesados, que en el pasado no existían, ue contienen toda una serie de químicos y sustancias que antes estaban presentes en nuestra alimentación. Todo eso nos gorda y nos enferma.
La solución es simple, está a nuestro alcance, aumentar el ovimiento en nuestras actividades diahas y cotidianas, disminuir el consumo de azúcar y de sodio, beber agua, mucha agua e tar disminuir el consumo de alimentos procesados. Volver omida del hogar, hecha en casa, consumir legumbres, ados, frutas y verduras, a pesar del precio, a pesar de lo 1 que a veces resulta tener disponibilidad de estos alimentos mpo para prepararlos.
Depende de todos nosotros tomar conciencia de este grave problema y cambiar de una uena vez todos nuestros hábitos y conductas negativas, que tán enfermando a nuestros niños y jóvenes, a las nuevas neraciones.. Ylanuel Edo. Alvarez Lucero Antropólogo.