El problema del subsidio
El problema del subsidio El Gobierno cree estar en un problema porque no haysuficientes postulantes al subsidio eléctrico. Habien-do declarado que quería alcanzar 4,7 millones de sub-sidios, las postulaciones en el primer llamado alcan-zaron a solo el 9% de los potenciales beneficiarios. Y con elsegundo llamado se llegó a poco más de 1,9 millones de postu-laciones en total. Lo anterior debe ser decepcionante para un ministerio queha estado dispuesto a arriesgar la reputación del país comodestino de inversiones, con el objetivo de recaudar los recursosrequeridos para su meta de subsidios.
Esto, por la vía de unasuerte de expropiación regula-toria para obtener US$ 150 mi-llones de ingresos de los Pe-queños Medios de GeneraciónDistribuida (PMGD). Ante lasprotestas de estos inversionistas, la autoridad redujo la contri-bución de los PMGD en un 60%. Pero con tan pocos postulan-tes, también eso podría ser innecesario, ya que las otras fuentesde recursos, como el IVA, el aumento del impuesto al carbonoy el subsidio provisto por Hacienda, serían suficientes. Ante este seudodilema, el Ministerio de Energía ha plan-teado dos ideas. Una es subsidiar paneles solares con los exce-dentes. En principio, la idea de subsidiar estos paneles tienealgún atractivo, al menos inicialmente, para popularizar estasinstalaciones. Pero los paneles solares domiciliarios ya se be-nefician de normas que les dan acceso a un precio estabilizadopara sus excedentes de generación. Además, cada kW genera-do y consumido por el hogar tiene para este un valor muchomayor. Y es que no solo se ahorra el costo de la energía, sinotambién el pago adicional que hoy se cobra para saldar la deu-da con los generadores, contraída a raíz del congelamiento detarifas. Por lo demás, afectar a un grupo de empresas para tras-pasar los dineros a subsidios de inversión en paneles solarestiene un aire de desorden y discrecionalidad. Si se desea ofre-cer el subsidio debería ser a partir de una política coherente yusando recursos fiscales. La segunda idea es realizar un tercer llamado para lossubsidios. Pero en este se eliminaría una de las exigencias quesupuestamente habría restringido el número de postulantes:que tuvieran sus cuentas al día. Esto es una peor idea, porqueelimina el incentivo a pagar las cuentas futuras. Hace años seeliminó ya el castigo que re-presentaba tener que pagar elcosto de corte y reconexión, elque se ha socializado a lascuentas de todos los clientes. Siahora, además, se permite recibir el subsidio a los morosos, elincentivo a no pagar será aún mayor, rompiéndose un princi-pio básico en la entrega de beneficios. Estas y otras acciones muestran improvisación por partede la autoridad. Recordemos que hace un año se planeaba te-ner licitaciones de almacenamiento ante la falta de inversión enbaterías. Apenas se introdujeron las reglas requeridas paraoperar el almacenamiento en el sistema, las inversiones llega-ron y, considerando los proyectos en construcción, las cifrasque se deseaba se han alcanzado, sin las complicaciones de lassubastas. Ahora, cumplir la meta de 4,7 millones o, alternativa-mente, usar los recursos de los PMGD, parece más importanteque la real necesidad de los hogares: es lo performativo porsobre la sustancia. Como alguien comentó: “¿ O sea, recaudan, les sobra y están buscando en qué gastarlo?”. Cumplir la meta parece más importante quela real necesidad de los hogares..