COLUMNAS DE OPINIÓN: Inquisición y medicina
COLUMNAS DE OPINIÓN: Inquisición y medicina El Tribunal del Santo Oficio, la Inquisición Española, se estableció en época de los Reyes Católicos en la Península Ibérica, en el siglo XV, y llegó a la Nueva España, hoy México, en el siglo XVI. El actual Palacio y Museo de la Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México ocupa hoy lo que fue el edificio inquisitorial y sirvió como escuela de medicina hasta mediados del siglo XX. La Plaza de Santo Domingo, frente a la cual se encuentra, al igual que la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, fue escenario de más de algún auto de fe. Paradójico no es, asevera Critilo, que la Medicina se aloje hoy en lo que fue el edificio inquisitorial.
La inquisición se preocupaba de la salud de las almas, manteniéndolas ajenas a la herejía y las desviaciones de la fe, y la medicina se ocupa de la salud del cuerpo, manteniendo a este a salvo de las perturbaciones de la naturaleza. Por tanto, hay cierta continuidad en lo saludable.
La Inquisición Española se abstenía de juzgar a los naturales indios del lugar, objeto de la evangelización y perdonables por su naturaleza, pero ello no fue óbice para que su misma existencia formara parte de la Leyenda Negra que ensombrece la historia de la monarquía hispanoindiana. En ese edificio centenario se celebran hoy muchas reuniones destinadas a estudiar la historia de la medicina mexicana y sus repercusiones en la vida social. Quienes aprecian la historia valoran que allí se estableciera, antes de la medicina, la preservación de la fe católica. D Í A A D Í A Inquisición y medicina ANDRENIO.