Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC
“Que todo Chile cante”: libro rescata el legado de Mario Baeza
“Que todo Chile cante”: libro rescata el legado de Mario Baeza AZEABOIRAMOVIHCRAponer solo lo bonito, pero si quería entregar un retrato realista, también había que incluir las sombras. Una de sus características, y que a veces le hizo ganar enemigos, fue su carácter explosivo. No tenía filtro para decir las cosas. Y en el aspecto material, siempre estaba pidiendo apoyos, contaba con recursos limitados. Pero tomando en cuenta el objetivo final al que apuntó, uno le perdonaba todo”. UN INSPIRADORAndrés Rodríguez-Spoerer, gerente del área de música de la Fundación Ibáñez Atkinson, celebra la publicación de esta biografía. A su juicio, estamos ante un hito-leyenda. “En gran parte del siglo XX, todos los coristas pasaron por Mario Baeza. Encarna la figura del director, maestro, profesor y gestor”. Mauricio Cortés, exdirector del Coro de Cámara UC, lo define como un inspirador.
“Nunca más he visto una persona con tanto magnetismo, con tanta capacidad para captar al público, para entusiasmarlo y motivarlo”. Cortés afirma que los dos pilares en la música chilena en el siglo XX fueron Mario Baeza y Fernando Rosas. “Siempre los vi dialogar y se entendían muy bien”, afirma.
Guido Minoletti, Premio Presidente de la República a la Música Nacional 2020, complementa que le parece trascendental que quede un registro histórico de la notable labor de este músico curicano, “considerando que, gracias a su aporte, se crearon muchos coros y surgieron directores. Su entusiasmo y estímulo hizo que la actividad coral se magnificara en el país en una forma sin precedentes, incluso en Latinoamérica”. HCASULAINOMIRTAPOVIHCRAAfiche de “El Mesías”, de Haendel. La obra se dio en 1950. vínculo con esta agrupación finaliza en 1955. El músico está afectado, pero inmediatamente es convocado por el director del Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile y funda el llamado Coro del Físico. Con el correr de los años fue asumiendo con gran éxito el liderazgo de otros conjuntos, como el Coro Familia Domínguez y el de la Universidad Técnica del Estado.
Ana Carolina Reynaldos destaca como uno de sus grandes aportes su capacidad de integrar diversas artes sobre el escenario, y valora que desde 1975, hasta su partida, publicó todos los años un documento, “20 tareas para el año”, donde se planteaba metas. “Es impresionante cómo las cumplió. Fue un fantástico gestor cultural, en un momento en que no existía esa carrera universitaria”, afirma. Uno de los aportes del libro es que no idealiza a este director. “Así es.
Estaba la tentación derios más diversos, desde el Salón de Honor del Congreso Nacional hasta la cárcel pública de Talca, y agrega que la orientación ha sido “llevar el canto a todas partes, a todas las clases sociales, a todos los rincones, en conciertos públicos, en locales cerrados o al aire libre”. También se lee que, en 1950, realizó una segunda gira al norte del país con el Coro de la Universidad de Chile.
Ana Carolina Reynaldos aclara que, antes de ese viaje, el director ya había acogido en la sede del coro, en la calle Lira 150, a un joven y afligido artista, Alejandro Jodorowsky, a quien habían sacado con sus títeres del Teatro Experimental de la Universidad de Chile. Baeza lo sumó a la gira, sin imaginar que en décadas posteriores alcanzaría fama mundial.
Por razones poco claras, suOMORSOLRACNAUJSe lo conoce como una figura clave del movimiento coral chileno, pero además de fundar conjuntos de primera línea como el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile y el Grupo Cámara de Chile, Mario Baeza Gajardo (1916-1998) organizó festivales; contribuyó de manera decisiva a concretar la última visita del pianista Claud i o A r r a u a nuestro país, en 1984, y fue impulsor de numerosas actividades, siempre con su lema “Que todo Chile cante”. La psicóloga Ana Carolina Reynaldos cantó en el Grupo Cámara de Chile de 1975 a 1978. Pese a ser un período corto, el contacto con Mario Baeza la marcó “a fuego” y decidió publicar, en autoedición, la primera biografía de este hijo ilustre de Curicó. Como parte del proceso de investigación, contó con el apoyo de la cantante y profesora Grete Bussenius y del reconocido fotógrafo Álvaro Hoppe, vecino de Baeza en el barrio Bellavista. De esta manera, hoy, a las 19:00 horas, en el Instituto Luis Campino (Pedro de Valdivia 290, Providencia) colegio donde el director trabajó durante cuatro décadas, Reynaldos presentará el volumen “Mario Baeza Gajardo. Músico y gestor cultural del siglo XX” ($10.000 ). “Él tenía esa capacidad de convencerte de lo que estaba haciendo y te daba buenas razones. Como me dijo una de las personas que entrevisté para el libro: fue un influencer”, recuerda la autora.
Entre otros hitos de su carrera que se recogen en este volumen, en 1949 el músico traduce yadapta el oratorio “El Mesías”, de Haendel, para ser interpretado con el Coro de la Universidad de Chile en una función benéfica para el Hogar de Cristo, en el Teatro Municipal de Santiago, respondiendo a una petición del padre Hurtado. En la víspera del estreno de esa obra, Mario Baeza hace una evaluación de su trabajo: estima en unos 700 los conciertos realizados en los escena-.