EDITORIAL: Crecer, sí, pero ¿cómo?
EDITORIAL: Crecer, sí, pero ¿ cómo? Pareciera existir unánime consenso de que Chile necesita crecer económicamente. Si queremos mejorar las condiciones materiales de una sociedad, el crecimiento económico es necesario; sin ir más lejos, las prestaciones sociales necesitan financiamiento y ello no es posible sin crecimiento. En años pasados, este crecimiento se vio como algo evidente para los gobiernos. Hubo años en que Chile creció al 7%. Éramos «jaguares». En un par de décadas, el país triplicó su ingreso per cápita y la pobreza se redujo a mínimos históricos. Con el pasar de los años, sin embargo, el término «crecimiento» «crecimiento» adquirió mala fama, volviéndose una mala palabra. Habíamos crecido, pero descuidado el cuidado de lugares y comunidades. comunidades. El desarrollo parecía reñido con la sustentabilidad. Y es cierto: el crecimiento en sí mismo puede tener costos muy altos; hemos experimentado que no da lo mismo cómo crecer. Esta tensión nos fuerza a acordar socialmente una idea de crecimiento. Es importante crecer, pero sustentablemente. Es necesario progresar, pero incluyendo otros valores al meramente económico. Hay que crecer, pero de otro modo. ¿Estamos de acuerdo en esto? Parece que sí. Pero ¿ cómo lo hacemos? Aquí hay menos consenso. Da la impresión de que aquí radica el tema en disputa. El crecimiento en un planeta finito Nuestro planeta es una fuente de recursos económicos, materias primas necesarias para el desarrollo productivo. En él disponemos disponemos de algunos insumos que son renovables y otros que no lo son. De los recursos renovables, renovables, estos tienen una velocidad de renovación. renovación. Cuando la velocidad de extracción es mayor que la velocidad de recuperación, obviamente el recurso se va agotando. Lamentablemente, Lamentablemente, los recursos naturales que es capaz de regenerar el planeta en 365 días, los consumimos en solo 200. Los otros s6 nos «comemos» el capital natural del planeta y, con eso, hipotecamos el futuro. Es decir, las generaciones siguientes tendrán menos de ese capital natural para desarrollarse. Pero a ello hay que sumar los otros beneficios de contar con capital natural, como los bosques bosques que absorben dióxido de carbono para liberar oxígeno y atenuar el calentamiento global. Por tanto, los futuros habitantes del planeta contarán con una menor proporción de esos beneficios. Ante esto, quizá valga la pena distinguir distinguir entre prosperidad y crecimiento.
Si el crecimiento se apoya en la explotación de recursos naturales no renovables o cuya velocidad de explotación es muyalta, como es el caso de nuestro país, tarde o temprano esto significará pobreza, a no ser que se cumpla la hipótesis de que el desarrollo tecnológico podrá suplir las consecuencias de no contar con estos recursos. Pero eso es una apuesta. Podríamos, efectivamente, crecer en el presente, presente, sin que haya prosperidad en el futuro.
La pregunta de fondo es ¿ cómo crecer en el presente sin hipotecar la prosperidad futura? ¿ Cómo generar riqueza sin disminuir el capital natural? Un camino fundamental es exigir a nuestros sistemas productivos aumentar la regeneración del capital natural mediante políticas de «sembrado» de recursos renovables o inversión en ellos. ¿Podremos iniciar políticas de recuperación de bosques de algas o bosque nativo? ¿ Cuántos árboles pueden absorber la huella de carbono de un ser humano? ¿ Podrá la política económica promover esa inversión? Es imperativo modificar modificar los sistemas productivos, de manera que se apoyen cada vez en menor proporción de materias primas recién extraídas. ¿Será posible desarrollar nuevas tecnologías que hagan más barato utilizar el material reciclado que el extraído por primera vez? Otro dato clave es que nuestro planeta es finito y no es solo una fuente de materias primas, sino que es el espacio donde habitamos habitamos todos los miembros de la raza humana junto al resto de los seres vivos. Las externalidades externalidades negativas de los procesos productivos afectan no solo a los productores, sino a todos los habitantes del planeta. Son consecuencias que dañan la vida principalmente de los más pobres que no tienen recursos para paliar esas derivaciones. Quizá un indicador más correcto del ma debiera restar el costo que tiene reparar el daño que genera el proceso de producción de ese PIE. Sin embargo, hasta aquí solo hemos planteado un asunto técnico. Hay algo más de fondo en la relación que tiene la humanidad con el medioambiente. No se trata simplemente simplemente de hacer que la explotación sea viable, sino que la relación con la naturaleza esté fundada en el respeto y el cuidado de ella, que es nuestro hogar. El «jaguar» sin selva puede ser un triste «jaguar», no sobrevivirá. El crecimiento en un mundo injusto Un segundo matiz necesario de instalar es el viejo, pero siempre urgente, tema de la justicia. Nuestro actual sistema económico, fuertemente sustentado en la competencia entre actores productivos, ha generado un incremento rápido de eficiencia, precios más bajos, mayor calidad e innovación. Empero, el sistema no se pregunta por los perdedores, es impersonal e invisibiliza a las personas que pierden. Tampoco el sistema se pregunta por la justicia de la competenCrecer, sí, pero ¿ cómo?. EDITORIAL: Crecer, sí, pero ¿ cómo? cia. No es de su incumbencia, solo atiende a premiar al ganador. Sin embargo, una sociedad humana debe preguntarse por los perdedores, más todavía porque, en tanto personas, merecen respeto. Actualmente, hemos visto que los estallidos sociales en el mundo tienen un componente fuerte de malestar por la sensación sensación de que las sociedades no sonjustas en la repartición de cargas y beneficios sociales. La desigualdad genera disgusto, más todavía todavía cuando se percibe que las diferencias se deben a factores que las personas no pueden elegir, ni responden a su esfuerzo. Durante décadas el tema fue contar con un salario mínimo que permitiera un nivel de vida digno. Se puso poca atención a las diferencias de salario. Sin embargo, hoy es claro que crecimiento sin equidad termina siendo una bomba de tiempo a la convivencia en cualquier sociedad. Habitualmente se justifican las diferencias salariales aludiendo a que hay personas más productivas que otras, o que añaden más valor que otras.
Es interesante preguntarse, entonces, por las diferencias salariales al interior de una misma empresa empresa u organización. ¿Cuál es la proporción entre el salario más alto y el menor? ¿ Qué proporción es justificable? ¿ Cinco veces, diez veces, cincuenta veces mayor? Es decir, a la sustentabilidad ambiental hay que añadir la sustentabilidad social. Hemos visto cómo la desigualdad de ingresos incide en la desigualdad de poder y de libertad efectiva. Esto termina afectando la idea de democracia, cuya hipótesis de contar con ciudadanos libres e iguales se ve contradicha cotidianamente en los hechos. Nuevamente, el paradigma del cuidado parece dar una clave relevante. Un «jaguar» sin manada no tiene destino.
Eliminar las trabas al crecimiento Crecientemente se ha puesto atención a la llamada «permisología», la idea de que para emprender cualquier negocio se debe pedir una cantidad de permisos enorme, contar El crecimiento económico es valioso. Por sobre eso, un crecimiento sustentable y justo es imprescindible. con múltiples aprobaciones por parte de organismos burocráticos e ideologizados que buscarán evitar el negocio a como dé lugar. Aquí creemos que es importante aclarar, primero, que requerir permisos responde a excesos que se han cometido en el pasado y que tuvieron costos sociales o contravinieron valores importantes. Y, segundo, que el fondo del asunto no está en necesitar permisos, sino en la velocidad con que se otorgan o rechazan. Entonces, no se trata de evitar el emprendimiento, sino de impedir que los emprendimientos generen costos sociales altos, o algunos irreparables. Pero, para fomentar la creación de empresas y trabajo, es imprescindible hacer más rápida la verificación de esos cumplimientos legales. Para emprender la senda del crecimiento, crecimiento, es imprescindible realizar inversión inversión de capital.
En este punto es urgente preguntarse por la inversión que hace el país en capital humano que aumente la productividady productividady que las personas perciban que ese desarrollo personal de verdad hace un aporte para sus vidas. Por otra parte, no podemos aplazar la pregunta por la inversión en proyectos productivos dentro del país.
Por ejemplo, ¿qué proporción de los fondos de pensiones de invierte en empresas nacionales? Aun cuando sea menos rentable para el valor del fondo en el mediano plazo, ¿no es valiosa a largo plazo la creación de empleo formal dentro del país, que los trabajadores puedan imponer en sus cuentas individuales porque están trabajando y que el Estado no se lleve el peso de financiar pensiones de trabajadores informales que no cotizaron? Invertir dentro del país puede mejorar, además, el lugar donde vivirán los jubilados. Crecimiento, ¿opuesto al desarrollo humano? Hasta aquí, se han planteado mínimos de sustentabilidad, para que el «jaguar» sobreviva sobreviva en adelante, ély su raza. Pero eso es solo una condición de posibilidad de lo más importante y central. Hemos de recordar aquí que el desarrollo desarrollo económico debe estar al servicio del desarrollo de todo el ser humano y no solo de sus condiciones materiales de vida. En este sentido los lugares de trabajo y las condiciones laborales juegan un papelprincipal. papelprincipal. La búsqueda de eficiencia económica debe equilibrarse con condiciones mínimas de seguridad, buenos tratosyremuneraciones tratosyremuneraciones adecuadas. Pero ese es solo el punto de partida de la dignidad humana.
El espacio laboral debe llegar a ser un lugar de desarrollo desarrollo de la creatividad, la responsabilidad, la comunidad y la solidaridad y, a la vez, permitir complementar el trabajo con la vida familiar y las amistades, el esparcimiento y la vida cultural, el aprendizaje de nuevas habilidades y conocimientos, el cuidado de la salud, el despliegue político o social, y el cultivo la religiosidad. En este sentido, el crecimiento económico de una empresa, puede ser el fundamento para mejores condiciones condiciones laborales y de desarrollo humano, a condición de que parte de la utilidad se utilice para ello. Efectivamente, el crecimiento económico es valioso. Por sobre eso, un crecimiento sustentable yjusto es imprescindible. imprescindible. Pero este es solo el cimiento para un anhelo más profundo: un desarrollo genuinamente humano. 1t.