Currywurst con papas fritas y Augustiner de litro: el gran premio de los chilenos en el maratón de Berlin
Currywurst con papas fritas y Augustiner de litro: el gran premio de los chilenos en el maratón de Berlin Tres chilenas cuentan sus historias y su sabrosa celebración a la alemana Currywurst con papas fritas y Augustiner de litro: el gran premio de los chilenos en el maratón de Berlin "Tenemos una cábala, el día antes hacemos un trote suave de 30 minutos y nos tomamos una cerveza", cuenta Valeria Argandoña. CATALINA HERRERA erca de 150 chilenos llegaron Cs Alemania para ser parte del aniversario número 50 del maratón de Berlín. La histórica carrera, que forma parte de las Six MaJors, comenzó en 1974 con solo 286 participantes. En esta versión llegó a un récord de 55 mil. Los corredores chilenos tuvieron una temperatura ideal de 15%C y después de correr 42 kilómetros se juntaron en una sabrosa celebración muy típica de la zona. Se dieron el gusto por un total de 20,5 euros en el restaurante y cervecería Zollpackhof.
Comieron currywurst, un plato típico de la comida rápida alemana que consiste en una salchicha de cerdo cocida, aliñada con tomate, ketchup y curry, por 6 euros, acompañado de una porción de papas fritas de 5 euros y un schop bien frío de cerveza Augustiner Hell Lager de litro por 9,5 euros. Total: 20,5 euros la gracia. euros. Total: 20,5 euros la gracia. No podía ser una opción más tradicional.
La cerveza Augustiner pertenece a la fábrica de cerveza más antigua de Munich, que comenzó en el año 1328 en manos de unos monjes de la Orden de San Agustín que se establecieron en la ciudad por mandato del arzobispado de Frisinga y el duque de Baviera. Hubo tres chilenas que llegaron a Berlín con distintos objetivos. Una de ellas fue Cecilia Varela, maratonista y anestesista de la Clínica Dávila. "Había corrido este maratón en 2018. En esa vez no tuve una buena experiencia, partí tan rápido que me pegó el muro en el kilómetro 26 y me fui sufriendo hasta la meta. Me propuse volver y mejorar la marca de 3:23 horas que tuve en ese año y terminé batiendo mi marca personal con 2:49:23", comenta Varela. Su entrenador, Carlos Warnke, vive en CEDIDA CEDIDA CEDIDA CEDIDA CEDIDA CEDIDA CEDIDA al al al El grupo de chilenos en el restaurante Zollobackhof de Berlín. Zollobackhof de Berlín. Berlín, por lo que debe preparase a distancia. "Entreno todos los días a las 5 de la mañana para dedicar la tarde a mi familia. Luego me baño y me voy a trabajar. Mi esposo, Raimundo Díaz, corre y me ayuda con nuestros hijos: Trinidad, de 3 años, y Santi, de un año. Ambos saben que la mamá corre y los llamo apenas termino", agrega. Otra chilena que se hizo presente fue Valeria Argandoña, profesora de educación física y maratonista. Ella llegó a disfrutar junto a su marido y también entrenador de Varela, Carlos Warnke.
Se conocieron hace once años en un grupo de running en Viña del Mar, ahí Carlos la llevó por el camino de las maratones, y la primera fue justamente la de Berlín, en 2018. e Vale Argandoña en lo primero que hay que 4 hacer tras el maratón: hidratarse. 4 hacer tras el maratón: hidratarse. CEDIDA CEDIDA CEDIDA CEDIDA Ella se enamoró tanto de la carrera, que volvieron a correrla juntos en 2022 y se repitieron el plato este año. "Nos gusta disfrutar la experiencia. Correr es parte de nuestro día a día, siempre le dedicamos un momento a correr un par de kilómetros. Salimos juntos, cada uno a su ritmo y a sus tiempos, pero también compartimos muchos kilómetros conversando, planificando tareas de casa y ordenando ideas. Para los maratones tenemos una cábala, el día antes hacemos un trote suave de 30 minutos y nos tomamos una cerveza. Después nuestra celebración es un currywurst con papas fritas y cerveza", cuenta Argandoña. A ellas se les suma la atleta y diseñadora con diabetes tipo 1 Denise Montt, quien tuvo una merecida celebración después de enfrentar un nuevo maratón tras su crisis de hiperglucemia en Londres 2023. El monitor de su bomba de insulina nuevamente tuvo problemas. "Era el maratón más multitudinario de la historia de Berlín, así que se perdió la señal, pero la recuperé en el kilómetro 10. Todo ¡ iba bien, a un ritmo increíble, pero en el kilómetro 26 se me desprendió el monitor de glucosa por el sudor. Alcancé a agarrarlo, pero a la vez me empezó a doler una lesión que tenía. Me fui llorando un kilómetro completo, hasta que llegó otro corredor de Gaza y me animó e hizo ver otro punto de vista y volví a disfrutar la carrera. Al final terminé todo y no hubo riesgo para mi salud", explica Montt..