Autor: SANTIAGO. POR Florencia Ramos Berríos.
DESCONEXIÓN EN ISLA DE MAIPO
DESCONEXIÓN EN ISLA DE MAIPO DIARIO DE VIAJES SOÍRREBSOMARAICNEROLF UTIRÍPSELEDOSNAMER SOÍRREBSOMARAICNEROLF Apenas a una hora de Santiago, de camino a Isla de Maipo, ya todo es diferente: la calma, los paisajes rurales teñidos ya de café y anaranjado predominan en sector La Herradura, donde un cartel indica que hemos llegado.
El sonido de las aves, la brisa de la tarde meciendo las ramas de los árboles, todo parece aislarnos completamente de cualquier cosa que ocurra más allá de 2,5 hectáreas de naturaleza que guarda este sitio, Remanso del Espíritu. A medida que avanzo para llegar a mi carpa, la yurta número dos, veo entre los senderos del parque pequeños mensajes tallados en madera: “Detén tus agitados días”, dice uno. Y dan ganas de hacerle caso. “Esta es una experiencia autoguiada”, explicará luego Fernando Padilla, que es cofundador de Remanso. Ya veremos. Tras acomodarme en la yurta, comienza el recorrido. Entre silencio y árboles, camino y camino. Pronto me encuentro con un pequeño bosque nativo, unas bancas y una ecolaguna donde flotan flores de loto. Para cuando comience a caer el atardecer, reflejará los dorados rayos, como recordándonos que los días que vienen son cada vez más cortos.
Adelante, otro cartel: “Explora en profundidad”. Con esa idea, sigo hacia un frondoso bosque de bambúes, que me cuentan luego data de hace 25 años, de cuando se creó este sitio y que se ha vuelto uno de los principales atractivos de este glamping. Porque de eso se tratan las carpas o yurtas: de acampar, pero con estilo.
“Todo partió con 40 árboles, y hoy son miles de altas varas que cobijan una calma inigualable”, diría unos momentos antes Fernando y, al menos en este lugar exacto, se sentía todo como si estuviese en algún rincón asiático. El glamping Remanso del Espíritu abrió en 1999 para, dicen, transformar la experiencia del viaje o escapada, librando a las visitas del ajetreo citadino a cambio de un momento de conexión espiritual. De entrada, aquí llaman la atención sus carpas con puntiagudos techos que combinan la comodidad de una suite (sin baño interior) con las sensaciones de conexión con la naturaleza que ofrece el camping. “Buscamos que se cree una conexión y un viaje de transformación, basándonos en la teoría de la economía de la experiencia.
Intentamos que las personas que vengan encuentren en su paso cuatro componentes, algo que sea entretenido, educativo, estético y escapista, no en el mal sentido de la palabra, sino que te ayude a reconectar contigo mismo”, explica Fernando. Además de naturaleza y carpas, aquí hay piscinas, un par de cabañas, sitios para camping y una tiny house, alternativas para los que buscan otro tipo de estadía. Detrás de todo esto también está Marie Parot, que transformó lo que alguna vez fue un predio agrícola en lo que vemos hoy, donde además está la alternativa de probar terapias de sanación alternativa. Como el que sigue.
En una de las habitaciones, con música suave de fondo y tenue luz, experimento un masaje de relajación con digitopuntura, terapia de reflexología en los pies y, para finalizar, un masaje metamórfico de pies, manos y cabeza en zonas reflejo del cuerpo. Es solo una parte de los servicios adicionales que hay, y que también consideran flores de Bach, en base a ejemplares cultivados aquí mismo.
A propósito, también puede visitarse un invernadero y un pequeño vivero de suculentas (donde puede comprar alguno de los cientos de ejemplares). Ya relajada, liberada de cualquier energía que pudiera perturbar mi calma en el momento, venía bien comer. El salón Octágono es donde pueden reunirse los visitantes del glamping, manteniendo la sensación de estar en medio de la naturaleza. Hay una cocina y comedores, donde tranquilamente preparo el menú que planée antes de llegar. Otros pasajeros pasan el rato en las mesas de ping pong o taca tacas. Para la noche, el cielo despejado, con escasa contaminación lumínica, permite ver estrellas con el sonido de los grillos como atmósfera. Una tinaja de agua caliente completa el momento. No hace falta más antes de irse a dormir plácidamente, cobijados por el eficiente sistema de calefacción de las carpas, que no interrumpe el murmullo de la naturaleza que nos acompaña. Al amanecer, el olor a tierra mojada nos da los buenos días. También las aves. Y el abundante desayuno en la cama reconforta. D MÁS INFORMACIÓN: Reservas y contacto, en el Whatsapp: +569 3373 9211.
En Instagram, @glampingremanso ENTRE FRONDOSOS BOSQUES Y JARDINES, UN GLAMPING INTENTA QUE SUS VISITAS SE DESENCHUFEN EN SERIO DEL RUIDO Y AJETREO DE LA CIUDAD, CON UNA VARIEDAD DE ACTIVIDADES Y EXPERIENCIAS EN UN SITIO QUE CUESTA CREERLO ESTÁ MUY CERCA DE. Las tinajas son ideales para la noche. El bosque de bambú tiene 25 años. Perfectamente calefaccionadas. Una yurta por dentro. Octágono: cocina y recreación.