Autor: MAURICIO SILVA
Velorios narcos, balazos y tráfico: El calvario de los vecinos del edificio que usó el Tren de Aragua
Ni siquiera la compañía eléctrica se atrevía a cortar la luz, para no arriesgar la seguridad de sus trabajadorespara explicar la larga presencia delictual enun condominio construido por el Serviuen Villa Alemana y que llegaría a cobijar allíder local del crimen organizado.
“Debido a la situación de vio-lencia en el sector, donde se hanregistrado amenazas con armas, no ha sido posible realizar los cor-tes de suministro eléctrico pordeuda”. Esta es la respuesta quela compañía Chilquinta dio a “ElMercurio” al ser consultada porlas denuncias de vecinos de la po-blación Gumercindo (Villa Ale-mana), que viven próximos a laesquina de Champagnat con Lé-rida, donde está el edificio quefue uno de los objetivos del masi-vo allanamiento con que la PDI yel Ministerio Público buscarondesarticular una célula local de lapeligrosa banda criminal venezo-lana Tren de Aragua.
“La seguridad de nuestros tra-bajadores es nuestra máximaprioridad”, justifica la empresaal confirmar así laversión de los habi-tantes del sector, que indican que elrecinto de cuatropisos construidoen los años 90 parabrindar 52 vivien-d a s s o c i a l e s yque, según la fiscalía, estuvo to-mado por integrantes de esegrupo del crimen organizado, acumulaba millonarias deudaspor servicios básicos sin que alos morosos se les cortara el su-ministro.
“Están rotas las cañerías por-que están conectados en formadirecta, se roban todo el cobre, los tabiques están desmantela-dos para conectar los aparta-mentos en forma interna y facili-tar el ocultamiento de droga”, relatan los vecinos, que acusanque todo ello es consecuenciadel “abandono del Estado”, yaque hace años que el recinto ha-bía sido invadido por bandas de-lictivas nacionales, a las que sesumó ahora el crimen organiza-do internacional.
Un lugar estratégicopara los delincuentesLa reciente presencia venezo-lana parejas solas o con niñospequeños era de más bajo per-fil que los aparatosos delincuen-tes criollos e incluso, relatan, secaracterizaba por su amabilidady hasta ofrecía ser-vicios gratuitos, “alo Pablo Escobar”, como arreglos detechos. Aun así, losdisparos nocturnoseran tan frecuentescomo los velatoriosnarcos. Vecinos señalan que el año pa-sado fue el velatorio “más tras-cendental”, porque pasearon elféretro por todos lados y tirabanpetardos, sin que jamás apare-ciera la policía, reclaman. Advierten que hay una cultu-ra de homenaje a la violencia, PRÓFUGOOtro presunto sicario, Renzo EspinozaLópez, “Chucky”, logróhuir de la policía. Muros internos fueron derribados para conectar internamente departamentos y facilitar ocultar droga. ALLICNAMNAHTANOJsus administraciones, el inmue-ble cobijaba clanes familiares demicrotraficantes, lo que obliga-ba a coordinar procedimientospoliciales. El abandono de los departa-mentos por los propietarios ori-ginales, y su venta y arriendo aextranjeros, primero haitianos yluego venezolanos, desembocóen que los apartamentos fuerantomados, dicen los vecinos. Cuando se realizó la última di-ligencia policial, ya se apuntabaderechamente contra el Tren deAragua.
La delegada presiden-cial regional, Sofía González(PC), confirma que “personas te-nían tomadas viviendas queeran vendidas o revendidas demanera permanente, generandouna suerte de control territorialsobre lugares donde hay depar-tamentos”. A la célula local del crimen or-ganizado venezolano se le atri-buyen los acribillamientos detres víctimas en Viña del Mar, con el objetivo de eliminar yamedrentar a competidores enmicrotráfico en las plazas Verga-ra, México y Colombia. Para Fernando Wilson, analis-ta en Defensa y académico de laU.
Adolfo Ibáñez, el hecho deque parte de esta célula, inclu-yendo a su líder local Carlos Pa-dilla, escogiera para residir unedificio circular con control vi-sual del entorno y acondiciona-do para trasladar y ocultar dro-ga, revela una decisión racional. “Para el crimen organizado, setrata de un negocio. Todo estáorientado a generar dinero. Creoque la presión que el Tren deAragua está sufriendo en Santia-go y el norte lo lleva a mirar nue-vas ciudades. Tras Viña, podríanvenir otras más”, plantea. con un par de retratos de perso-nas que murieron en enfrenta-mientos de bandas rivales. Sobre el posible comercio dedroga, recuerdan que llegabanautos de alta gama a estacionar-se frente al edificio y sus ocupan-tes subían al cuarto piso, que erael copado por los venezolanos. También, dicen, los vieron reti-rarse en alguna ocasión acompa-ñados por niñas. La Delegación PresidencialProvincial de Marga-Marga y laMunicipalidad de Villa Alema-na declinaron responder con-sultas de este diario sobre la si-tuación del edificio.
Pero los ex-delegados y exgobernadoresprovinciales Carolina Corti(2018-2022) y Gianni Rivera(2014-2016) confirman que bajoIDPdetener a integrantes de la red del crimen organizado.. “Abandono del Estado”. Es el reclamo para explicar la larga presencia delictual en un condominio construido por el Serviu en Villa Alemana y que llegaría a cobijar al líder local del crimen organizado.
Ni siquiera la compañía eléctrica se atrevía a cortar la luz, para no arriesgar la seguridad de sus trabajadores El edificio permite tener un control visual del entorno y de las principales vías de acceso al sector. El recinto fue objeto de un masivo allanamiento para