El gobierno de Starmer quiere evitar que las universidades británicas sean entrada de solicitantes de asilo
El gobierno de Starmer quiere evitar que las universidades británicas sean entrada de solicitantes de asilo tranjeros. En centros como el de Hertfordshire (55%), Coventry (42%) o Bedfordshire (38%), la proporción es más elevada. Precisamente, una de las críticas al actual sistema británico de visados para estudiantes es que no ha atraído a jóvenes en busca de la excelencia universitaria, sino a inmigrantes deseosos de quedarse en el país. De acuerdo con diferentes estudios, en la última década han sido las universidades que ocupan puestos más bajos en las clasificaciones de nivel académico las que han registrado un mayor aumento de estudiantes extranjeros. Eso queda reflejado en la proliferación de centros académicos en la ciudad de Londres, un sitio mucho más atractivo para cualquier extranjero que, por ejemplo, una pequeña ciudad localizada en mitad del campo.
E l gobierno británico se prepara para endurecer drásticamente la concesión de visados de estudiantes tras detectar que nada menos que 16.000 beneficiarios de ese sistema de inmigración temporal los usaron solo en el curso 2023-2024 para entrar legalmente en el Reino Unido y, una vez dentro, solicitar asilo y quedarse. Las nuevas reglas, que según el diario The Times entrarán en vigor en septiembre, impondrán condiciones más estrictas a las universidades. Si menos del 95% de los estudiantes extranjeros con visado no empieza el curso académico, o si lo termina menos del 90%, la institución será penalizada. También habrá sanciones para los centros docentes si más del 5% de los visados que han patrocinado para un año académico son rechazados por las autoridades de inmigración. Las universidades con peores resultados en este terreno aparecerán en una lista pública, verán limitado su cupo de estudiantes internacionales y podrían incluso perder la licencia para patrocinar visados. El objetivo: cerrar la puerta trasera que representa este visado para quedarse en el país. Solo en 2023,16.000 personas que habían entrado legalmente como estudiantes pidieron asilo, casi la mitad de los que cruzaron el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones. Se trata de una de las mayores vías de inmigración irregular en el Reino Unido, pese a que, por su propia dinámica, pasa en gran parte desapercibida. Golpe a las finanzas de las instituciones Para las universidades, las nuevas medidas son un problema económico. En el curso 2023-2024, los estudiantes extranjeros aportaron 12.100 millones de libras (unos 16.300 millones de dólares), lo que supone aproximadamente la cuarta parte de los ingresos totales de las universidades.
En el Reino Unido, alrededor del 25% de los estudiantes universitarios son exPara la oposición conservadora, que ha calificado las medidas del gobierno que dirige Keir Starmer de "insuficientes", esas universidades son verdaderas "fábricas de visados". Es una crítica que muchos comparten.
Pero no es menos cierto que el entorno regulatorio británico favorece esa estrategia, que es, además, muy lucrativa: en la práctica, la totalidad de los estudiantes extranjeros, al contrario que los británicos, pagan el total de sus matrículas, lo que los hace mucho más rentables para las universidades.
En Estados Unidos sucede exactamente lo mismo, lo que explica el interés de las universidades de ese país por atraer a alumnos de fuera de sus fronteras, algo que ahora el Presidente Donald Trump está tratando de liquidar, aunque en su caso, no se debe a problemas de visados, sino, lisa y llanamente, a rechazo a los extranjeros.
Impuestos para las universidades Pese a las críticas de los tories, el gobierno de Starmer está estudiando endurecer más su postura, lo que incluiría aplicar a las universidades un nuevo impuesto del 6% por cada matrícula internacional. Además, el visado de posgraduación --que hoy permite quedarse dos años tras finalizar los estudios universitarios-se reduciría de 24 a 18 meses, salvo si el graduado consigue un empleo cualificado. Ese visado --paradójicamente implantado por el gobierno conservador de Boris Johnson-ha sido considerado por muchos como un verdadero "coladero" de inmigrantes indocumentados. También se intensificará el control a solicitantes procedentes de países con altas tasas de solicitudes de asilo o permanencias irregulares, como Pakistán, Nigeria y Sri Lanka. Sus ciudadanos deberán pasar por filtros más duros, que incluirán revisiones estrictas de sus activos financieros y redes sociales para verificar si su objetivo real es estudiar o quedarse. Otra opción sería la imposición de restricciones a naciones cuyos ciudadanos tienden a abusar más del sistema. Entre las opciones que baraja Londres está la limitación del número de visados a esos países o incluso la suspensión del permiso para entrar en el Reino Unido sin visado en ciertos casos. Las pruebas: el crecimiento de visados De hecho, parece indiscutible que una parte de los visados de estudiante son, simplemente, una manera de entrar en el Reino Unido. En el año posterior al restablecimiento por Johnson de los visados de posgraduación --que, además, cubrían no solo al estudiante, sino también a un dependiente de este--, se multiplicó el número de visados. El crecimiento fue surrealista. En algunos casos, como el de India, el número de matriculados se multiplicó por 4,5; en África subsahariana, por seis, y en Pakistán, por nueve.
Esta reforma, que marca uno de los mayores giros en política migratoria educativa en años, se sitúa dentro de las medidas de control de la inmigración del gobierno de Starmer, que le han valido duras críticas del sector más a la izquierda del laborismo, para quien el Primer Ministro está copiando las recetas de los conservadores o, incluso, del partido de Reform UK, de Nigel Farage. Para las grandes universidades, este es un problema menor.
No así para las pequeñas, a las que Westminster está poniendo ante una situación complicada: reducir su dependencia del dinero que generan los e s t u d i a n t e s e x t r a n j e r o s o arriesgarse a sufrir las sanciones del gobierno.
Administración laborista: El gobierno de Starmer quiere evitar que las universidades británicas sean entrada de solicitantes de asilo PABLO PARDO EL MUNDO Desde Londres Una de las críticas al actual sistema de visados para estudiantes es que no ha atraído a jóvenes en busca de la excelencia universitaria, sino a inmigrantes deseosos de quedarse en el país. LAS UNIVERSIDADES tendrán que cumplir condiciones más estrictas con sus estudiantes extranjeros. En la imagen, el King's College de Cambridge. EFE APORTE Los alumnos extranjeros aportaron 12.100 millones de libras a las universidades británicas, casi un cuarto de sus ingresos totales..