Editorial: El combate a la nueva criminalidad
Editorial: El combate a la nueva criminalidad L a región, al igual que el resto del país, enfrenta una drástica transformación delictual. Lo que antes era un panorama de criminalidad más tradicional ha dado paso a fenómenos complejos. El uso sistemático de armas de fuego, la asociación entre delitos como el narcotráfico y la violencia, y la trata de personas por parte de estructuras criminales, son claros indicadores de esta nueva realidad. La delincuencia ya no se limita a ilícitos aislados; hoy se observa la operación de organizaciones criminales con conexiones que trascienden fronteras. Frente a este desafio, el Estado ha comenzado a adaptarse para combatir esta nueva ola criminal. Un elemento clave es la especialización y enfoque de las instituciones encargadas de la persecución penal. Tanto el Ministerio Público como las policías requieren herramientas y estrategias distintas a las tradicionales. En este contexto, la PDI en Los Lagos ha dado un paso fundamental con la creación de la Agrupación de Alta Complejidad y Crimen Organizado. Esta nueva unidad se dedica a esclarecer investigaciones de envergadura. Sus primeros resultados ya son tangibles, demostrando la eficacia de este enfoque. Entre los éxitos más relevantes se cuenta la desarticulación de nueve organizaciones criminales y doce bandas delictuales. Un hito significativo fue la caída de la banda de "Los Hermanos Cartier", donde se logró la detención de sus integrantes, incluyendo al líder máximo capturado en Colombia. La persecución de esta nueva criminalidad pasa en gran parte por seguir la huella del dinero. Las organizaciones criminales operan con una lógica de negocio.
En este sentido, el reciente golpe comunicado por la Fiscalía en todo el país, que junto a la policía desbarato una red de lavado de activos del Tren de Aragua, es un ejemplo claro de la dirección correcta. Este tipo de operaciones, que apuntan a la estructura financiera de los grupos delictuales, son determinantes para mermar su capacidad y desmantelarlos. La especialización en la labor de fiscales y policías es crucial para el futuro inmediato. Para enfrentar la sofisticación del crimen organizado, se necesitan recursos adecuados, sólida inteligencia policial y determinación para adaptar procesos investigativos y colaborar interinstitucionalmente. Sólo con una estrategia integral y el compromiso sostenido de todas las partes, será posible contener y revertir el avance de esta criminalidad evolucionada. Perseguir a las bandas más violentas de la región, con más recursos e inteligencia, requiere de fiscales y policías especializados.. E Editorial