"Debemos apoyarnos quienes estamos en la Alameda frente a la inseguridad"
SOLEDAD ABARCA, NUEVA DIRECTORA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL L a Biblioteca Nacional es uno de centros patrimoniales más antiguos de Chile y América Latina. Fue creada en 1813 con la tarea de recoger las donaciones de libros que los vecinos de Santiago y otras ciudades comenzaron a entregar a la naciente república. A lo largo de los años tuvo varias locaciones en la capital y se nutrió de las antiguas colecciones que habían pertenecido a los jesuitas y que se encontraban en la Universidad de San Felipe. En 1913 se inició la construcción de su actual edificio, el que fue inaugurado en 1925, con el objetivo de convertirse en el principal espacio de resguardo y preservación del patrimonio bibliográfico del país. Desde mediados de abril Soledad Abarca es la directora de la biblioteca, allí ocupa el mismo despacho que utilizara la primera mujer en desempeñar ese cargo, Marta Cruz-Coke (1993-2000), fallecida hace sólo unos días.
Desde ese lugar Abarca no esconde su admiración hacia su antecesora, especialmente "por haberse rodeado de un equipo que tendió muchas redes en el ámbito del patrimonio, con nuevas ideas de la misión de las bibliotecas públicas". "Es muy lindo estar acá hoy, mirando ese legado y viendo que, si bien se han hecho muchas cosas, todavía queda bastante por hacer", agrega Abarca, conservadora y gestora en patrimonio cultural de la Universidad Católica, con estudios de postgrado en preservación de fotografías y manejo de colecciones en la Ryerson University de Toronto, Canadá.
Por cierto, no se trata de una afuerina: Abarca ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en la biblioteca y hasta su nominación como directora, se desempeñaba como jefa del Archivo Fotográfico y Audiovisual de la institución. --¿ Cuáles son los desafíos que, a su juicio, enfrenta hoy la Biblioteca Nacional? --Ya hemos empezado a crear grupos de trabajo que están dedicados a ir mejorando distintos ámbitos. Hemos tenido reuniones con varios ministerios, con instituciones dentro del Servicio Nacional del Patrimonio y con otras entidades que nos pueden ayudar a hacer grandes proyectos.
También concretamos encuentros con el Centro del Patrimonio UC, porque trabajamos con ellos en la elaboración del plan maestro para ampliar la biblioteca y eso lo estamos retomando ahora para poder abordar en conjunto temas de infraestructura del edificio.
Mi intención es tomar contacto Soledad Abarca, directora de la Biblioteca Nacional: "Debemos apoyarnos quienes estamos en la Alameda frente a la inseguridad" La nueva jefa de la institución dice que "hay espacios que aún no hemos abierto y nuestra aspiración es habilitar la mayor cantidad de espacio posible, pero considerando la seguridad de las colecciones, de los usuarios y del edificio". F O T OGR AFÍA : CL A UDIO COR TÉ S V.
Por Paulina Modiano "Debemos apoyarnos quienes estamos en la Alameda frente a la inseguridad". con la alcaldesa de Santiago, con quien ya tuvimos un encuentro preliminar, y también con el gobernador Claudio Orrego, porque obviamente necesitamos apoyarnos entre las instituciones que estamos en el eje Alameda para fortalecernos frente a los temas de seguridad que nos afectan. "Nos ha costado retomar el ritmo tras la pandemia" --¿ Por dónde piensan partir? --Lo que deseamos iniciar ahora es un plan de trabajo que esté orientado a celebrar los 110 años del "Palacio de los Libros", que era la forma en como se conocía a la biblioteca en sus inicios. Queremos darle una apertura y una visibilidad mayor, entregar nuevos servicios que son más adecuados para estos tiempos y recuperar algunos que se vieron interrumpidos por la pandemia, como el café y la librería. Nuestra intención es que esta sea una plaza pública que tenga una importante oferta cultural.
Tenemos salas donde tradicionalmente se han hecho conferencias, conciertos o ciclos de cine, pero nos ha costado mucho retomar el ritmo después de la pandemia, como ha ocurrido con muchas otras bibliotecas. --¿ Y en qué quedó el plan maestro de la biblioteca que se aprobó en 2013 y que contemplaba una importante ampliación de la infraestructura de la institución? --Estamos retomando los estudios del plan maestro que se hizo para el bicentenario de la biblioteca y que contó con una mirada bien interdisciplinaria en colaboración con la Universidad Católica, con un equipo encabezado en su minuto por Fernando Pérez (premio nacional de Arquitectura). Todas esas conversaciones las estamos reabriendo para reiniciar el trabajo de la forma más exitosa posible. --¿ Y cuál es el objetivo principal del plan maestro que quedó suspendido? --El objetivo principal es reconstruir parte de la historia del edificio, porque estaba un poco disperso. Primero se elaboró una maqueta del inmueble original. Después se vio cómo se ejecutó y las distintas transformaciones que tuvo con el paso del tiempo. Nos dimos cuenta que muchos salones habían cambiado sus usos originales, por las secciones que fueron naciendo a lo largo de los años. De hecho, yo llegué trabajar acá cuando se creó el archivo fotográfico, que antes no existía. También tenemos un área digital, la sección de Memoria Chilena y un laboratorio de digitalización que hace 30 años no existían. Todos esos nuevos proyectos han creado diversas necesidades en el edificio. Eso quedó plasmado en el plan maestro.
Se hicieron varias propuestas, sin embargo, eso quedó interrumpido porque después era necesario hacer un concurso público e iniciar la ejecución. --¿ Y la idea es retomar el plan maestro en la fase en que quedó? --Ahora hay que reestudiar algunos aspectos del plan maestro, porque también han cambiado algunas cosas. Por ejemplo, ha mutado el espacio donde antes funcionaba la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y otras dependencias del Ministerio de las Culturas, porque muchas de esas personas se fueron al Palacio Pereira.
Yo asumí hace poco más de un mes, pero en eso vamos. --Originalmente también se consideraba la idea de una ampliación física de la biblioteca, incluso subterránea, ¿en qué quedó eso? --Actualmente se está habilitando un espacio de depósito remoto que va a ser compartido, porque va a dar cabida también a otras instituciones.
Pero como decía, el plan maestro se está reestudiando. --¿ Y en materia de digitalización hay nuevos planes? --La Biblioteca Nacional Digital empezó hace más de 10 años y es algo que crece todos los días. Está el depósito legal electrónico que incorpora todos los medios de prensa, al igual que el depósito nacional de libros que aumenta a diario y el de colecciones que se va subiendo paulatinamente. Ahora se cumplen también 20 años de Memoria Chilena, que es una plataforma imprescindible para la cultura. Durante la pandemia tanto Memoria Chilena como la Biblioteca Nacional Digital, tuvieron un éxito increíble.
Nuestras métricas subieron enormemente porque era muchísima la gente que consultaba, lo que fue una gran alegría y orgullo para todos los que trabajábamos aquí; ver como la biblioteca fue tan imprescindible para las familias en medio de una crisis.
Aunque las bibliotecas tienen la mala fama de ser anticuadas, somos espacios súper innovadores. "El centro ha cambiado y viene menos gente" --Inicialmente mencionó la seguridad como un tema relevante en la reapertura física de la biblioteca. ¿Cuánto los ha afectado? --No podría dar un diagnóstico bien exacto, porque por el mismo tema de la pospandemia nos ha costado retomar la presencialidad. Todavía tenemos personas haciendo teletrabajo y empezamos a abrir paulatinamente, lo que se ha traducido en que ha ido aumentando el público. Nosotros no hemos tenido eventos especialmente complejos, pero el centro ha cambiado y viene menos gente.
Hay espacios que aún no hemos abierto, como el que da a calle Moneda, pero nuestra aspiración es habilitar la mayor cantidad de espacio posible, considerando la seguridad de las colecciones, de los usuarios y del edificio. A lo mejor necesitamos reformular, por ejemplo, nuestro sistema de ingreso, como ocurre en el extranjero, que es con el carnet de identidad. Pero eso lo estamos estudiando para ver si tecnológicamente lo podemos implementar. Como contraparte, está también el hecho de que a medida de que vayamos ampliando nuestros servicios va a venir más gente a la biblioteca y eso mismo va a ir copando espacios. Y al ocupar el entorno nos vamos a ir autoprotegiendo.
Esa es nuestra apuesta: que en la medida que la biblioteca se vaya llenando de vida, también los problemas del entorno se van a ir disipando. --¿ En qué porcentaje está funcionando la biblioteca actualmente, porque no está a un ciento por ciento? --Los servicios bibliotecarios sí están funcionando totalmente. Hay algunas salas que habitualmente atendían menos usuarios y hoy reciben más. Estamos funcionando con un horario de 10 a 17 horas, pero esperamos retomar el tradicional que era de 9 a 18 horas. Lo que no está operando completamente es la librería, que era grande.
Ahora tenemos una chiquitita y el café está cerrado, pero queremos abrirlo e instalar algunos sectores donde la gente pueda venir a hacer trabajo en grupo, a estar, leer o estudiar, que es algo que nos demandan mucho los usuarios. --¿ Los proyectos han sufrido restricciones presupuestarias? --El presupuesto de cultura este año creció.
Hay posibilidades de hacer proyectos de infraestructura interesantes y por eso vemos positivamente la construcción y habilitación del depósito. --Y mirando hacia adelante, ¿qué es lo que se viene, ir avanzando en el área tecnológica o la materialidad va a ser siempre relevante? --Nuestra primera preocupación es la base física del patrimonio documental. Por eso cuando hablo de tecnología, también me refiero a aquella que nos permite la conservación. Ahora, sí nos interesa todo el patrimonio digital, por eso estamos integrándonos a las conversaciones para generar una política pública al respecto, ya que hoy día la creación es también en formato digital.
Debemos hacernos cargo de esa creación, cómo la podemos ir guardando y también darle la perspectiva de preservación, porque los medios digitales tienen una obsolescencia mucho más rápida y eso nos obliga siempre a estar pensando en el futuro.
Hay un departamento específico en la biblioteca que se dedica a eso y estamos viendo posibilidades de alianzas con entidades como el Ministerio de Ciencia y Tecnología. --¿ Cuál sería el sello que le gustaría dejar durante su gestión como directora de la biblioteca? --Para mí sería maravilloso que la biblioteca pudiera proyectarse en los próximos 50 años con una infraestructura que sea un centro de acogida y de creación de conocimiento. Por otro lado, una institución que se piense con un pie en el pasado, pero también con otro en el futuro a través de la integración de nuevas tecnologías. Por supuesto, siempre al servicio de la comunidad, saliendo de las paredes de nuestro edificio y pudiendo llegar con nuestras colecciones en forma gratuita a la mayor cantidad de público.
Aunque las bibliotecas tienen la mala fama de ser anticuadas, somos espacios súper innovadores". A lo mejor necesitamos reformular nuestro sistema de ingreso, como ocurre en el extranjero, que es con el carnet de identidad". "Debemos apoyarnos quienes estamos en la Alameda frente a la inseguridad".