Autor: ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
“Muchas personas escogen un libro por su portada”
“Muchas personas escogen un libro por su portada” “P ublicar solo aquellos libros que misas con que partió el sello esamigo”. Esa fue una de las pre te atreverías a recomendar a un pañol Libros del Asteroide.
Su especialidad no es precisamente la astronomía, pero su nombre quiso homenajear al asteroide, “más pequeño y más libre que un planeta, pues no tiene una órbita tan fija”. Esa idea de libertad, más allá de modas y de best sellers, ha ido marcando un interesante camino en el mundo editorial, donde la sobrevivencia de los sellos pequeños, que no pertenecen a grandes conglomerados, se torna un desafío cada vez más complejo. Licenciado en Derecho, Luis Solano Santiago de Compostela, 1972 trabajó en el grupo Planeta, se afincó en Barcelona y allí fundó, en 2005, Libros del Asteroide, que hoy publica alrededor de 24 títulos al año. En 2024 el sello vendió cerca de 320.000 ejemplares, entre libros, ebooks y audiolibros.
Desde Cataluña, el fundador de Libros del Asteroide se dio el tiempo para compartir con “El Mercurio” sus reflexiones sobre el oficio de editor, el rol del diseño y su búsqueda de libros “con vocación de permanencia”. Cuenta por Zoom que es tarde, que aun hace mucho calor en Barcelona y que en la oficina no queda nadie más que él. Buen momento para conversar con tranquilidad sobre libros.
Cuando inició su aventura editorial habló de buscar libros que generaran emoción, entretenimiento y que ampliaran la visión de mundo. ¿Han evolucionado estos criterios en veinte años? Creo que se mantienen, y lo que ha evolucionado, seguramente, es mi visión del mundo. Hace 20 años, a lo mejor los libros sobre la vejez me interesaban menos. Ahora tengo 52 años, tampoco me considero una persona tan mayor (ríe), pero sí me veo más cercano a esa etapa. Y entonces, de repente, aparecen intereses que antes no tenía, que pienso enriquecen el catálogo. Me siguen interesando las historias de amor, las novelas de formación, pero hay otros temas que van entrando. Y hay personas jóvenes que trabajan conmigo, a las que de repente les parece un poco rara una novela sobre la crisis de los 40. Les digo, bueno, ya te llegará... Por eso es importante tener colaboradores jóvenes, que me ayuden a estar atento, a no dejar de mirar hacia todos lados. Su sello no tiene colecciones por género literario. Es algo inusual en el mundo editorial. Así es. Publicamos juntos todo tipo de géneros: novela negra, biografías, ensayos, libros de viajes. Tengo la idea de que al final lo que publicamos es narrativa con un anclaje fuerte en la realidad, con independencia de que se cataloguen como libros de ficción o no ficción. Ha dicho que no simpatiza tanto con la autoficción, tan en boga hoy. Creo que la sociedad contemporánea tiene esa cosa autorreferencial, de mirarse mucho el ombligo y observar menos hacia fuera, que puede ser muy narcisista. Hay autores maravillosos que hacen literatura del yo, y para mí no hay mucha diferencia entre un diario, unas memorias y una autoficción. Pero como género en sí, creo que a veces aporta poco, contribuye más alguien que sepa imaginar o inventar. Al leer, a mí me interesa que el libro tenga verdad. Y la verdad en la literatura no es exactamente lo que sucedió, sino que es aquello que AELOREIVAJOCSICNARF nos convence el autor que sucedió o aquello que percibimos que transmite vida.
Al final, ¿qué buscamos los buenos lectores en un libro? Que tenga vida, pienso. ¿Y cómo observa la literatura actual? ¿ Mejor o peor que hace unas décadas? No me atrevería a decir que el estado de la literatura mundial es mejor hoy que hace 20 años. Pero sí que me atrevería a defender que no es peor. Hay grandísimos escritores intentando contarnos el mundo, relatándonos historias para entendernos mejor. Debemos tener la capacidad de encontrar a esos autores. Perfil del lector actual La categoría de “clásicos modernos”, traducidos al español, fue uno de los pilares de la editorial en sus inicios.
El primer año se publicó, por ejemplo, “A la caza del amor” de Nancy Mitford (luego vendrían sus otras novelas y también las memorias de Jessica, “la Mitford comunista”. ) A los tres años empezaron a publicar literatura española y a los cinco se lanzaron con literatura contemporánea. Hoy el autor más antiguo del catálogo es Henry James (nacido en 1843) y el más joven es Jonathan Arribas, nacido en 1997. También se han sumado autores latinoamericanos, como Leila Guerriero, Eduardo Halfon, Pedro Mairal y Edmundo Paz Soldán. “Esperamos pronto tener a un chileno”, dice Solano. Al comienzo apostó por los “clásicos modernos”, pero pronto incorporó literatura actual. ¿Los clásicos son una etapa superada? Siguen presentes. Al principio publicábamos 10 libros al año y eran todos clásicos. Ahora editamos 23 o 24 al año, pero intento que al menos ocho sigan siendo clásicos modernos. Todo bajo el principio de que, para leer solo libros buenos, a veces es mejor ir hacia atrás, antes que insistir en las novedades. Cuando empezamos a publicar, editamosclásicos de los años 50,60.
Hoy estamos editando libros de los 80 y 90, igual que libros del siglo XXI. ¿Cree que el lector actual tiene menor capacidad de atención? No creo que haya disminuido tanto la capacidad de atención, sino más bien la disposición de tiempo para leer. Antes había menos alternativas de ocio, te ibas de vacaciones y en el lugar de veraneo no tenía televisión, entonces leías. Hoy te llevas un ordenador donde tienes toda la biblioteca audiovisual del mundo y además tienes wifi.
El lector tiene menos tiempo y eso hay que tomarlo en cuenta. ¿De qué manera? Cuando le propones un libro al lector que va a ser muy largo, debe ser muy bueno en términos de calidad literaria.
Para que un lector acepte y se dé el tiempo de leer un libro de 600 o 700 páginas, la obra tiene que ser mucho mejor que un libro de esa extensión años atrás. ¿La pandemia impulsó un cierto redescubrimiento del papel? La pandemia lo puso de manifiesto, pero es algo que me parece hubiese pasado más tarde o más temprano. Los ordenadores y los teléfonos móviles nos reclaman una atención permanente y en la pandemia, como era lo único que podíamos hacer, llegó un momento que eso nos hartó. La gente volvió a darse cuenta que la lectura es perfecta para aislarte del ruido. Te permite evadirte sin tener que estar perdido en la selva, viajar a otros sitios de una manera mucho más real. En la pantalla enseguida se te va el dedo a buscar otra cosa. Todos hemos perdido un poco la capacidad de abstraernos en una historia, pero cuando la recuperamos, pues nos encanta.
La franja blanca Libros del Asteroide tiene una identidad gráfica marcada, con su franja blanca y su variedad de colores. ¿Le dedican mucho tiempo al diseño? No sé el caso de otras editoriales, pero nosotros sí le dedicamos mucho tiempo, desde nuestra fundación, cuando diseñamos el rostro editorial. Somos muy conscientes de la importancia que tiene el diseño o la parte física del libro, que muchas veces logra que un lector se acerque a él. Uno no debería juzgar nunca un libro solo por su portada, pero al final muchas personas eligen un libro por su cubierta o portada. Cuando hablo con editores que están empezando, les insisto mucho en esa parte. Ha dicho que un libro mal encuadernado o impreso en un papel mediocre contradice su propio contenido. Sí, recuerdo una frase de Juan Ramón Jiménez, muy bonita, que decía que, en ediciones diferentes, los libros dicen cosas distintas. Y es verdad, un libro en una edición barata o en una versión escolar, está proponiendo una manera distinta de acceder al texto. Los editores, al final, con el ropaje que le damos al libro, intentamos predisponer al lector de una determinada manera hacia esa lectura.
Buscamos que sea coherente con la manera en la que nosotros hemos leído ese libro. ¿Es cierto que los libros de contenido más melancólico tienen portadas de colores menos intensos en su editorial? Diría que cuando hay mucho dolor en el libro, el color no puede ser tan alegre. Si hablas de los horrores del siglo XX, no puedes ponerle una portada con rosa o fucsia. En general el color es lo último que le ponemos al libro. Trabajamos mucho la imagen de la cubierta y después el color. Y tratamos de no publicar cuatro libros azules a la vez. Ocaso de la editorial mediana Ha comentado que ya no existen editoriales medianas, ¿se refiere al caso español? En España no las hay. Las que había las absorbieron, casi todas, los grandes grupos editoriales. Creo que hoy es más difícil que hace veinte años empezar una editorial pequeña y también convertirse en mediana. Es más complicado y hay menos oportunidades.
Con otras editoriales afines, como Impedimenta y Sexto Piso, usted fundó la agrupación Contexto de Editores. ¿Con qué objetivos? Esta alianza nos permite, por un lado, hacer actividades en común de difusión, ir a ferias en conjunto, contratar publicidad. También compartir mucha inteligencia del negocio: tarifas de impresión, consejos sobre determinados asuntos. Y tenemos una red de distribución en Latinoamérica que es relativamente común, coincidimos en varios países. Siendo pequeños o estando solos, eso era difícil. Libros del Asteroide está llegando más a Latinoamérica. Nos ha costado llegar. O llegar bien. Lo complejo es que Latinoamérica hay cinco o seis mercados de libro importantes, como México, Argentina, Chile, Colombia y Uruguay. Son mercados muy separados, y un libro que funciona bien en México, no necesariamente tendrá éxito en Chile. Pero hoy intentamos que todas nuestras novedades lleguen a Latinoamérica. Juan Ramón Jiménez decía que, en ediciones diferentes, los libros dicen cosas distintas.
Es verdad, los editores le damos al libro un ropaje que busca ser coherente con la forma en que nosotros hemos percibido el libro”. Hemos perdido un poco la capacidad de abstraernos en una historia, pero cuando la recuperamos, pues nos encanta. Redescubrimos que la lectura es perfecta para aislarnos del ruido, sin tener que viajar a la selva”. La edición española de Hamnet de Maggie O´Farrell lleva casi 200 mil ejemplares vendidos. Más que una menor capacidad de atención, el lector actual tiene menos tiempo para leer. Antes había menos alternativas de ocio.
Hoy te llevas a las vacaciones un ordenador con toda la biblioteca audiovisual del mundo”. Calidad literaria, amenidad y buen diseño son rasgos que ha buscado conjugar el sello español, que celebra 20 años de actividad editorial, con más de 360 títulos publicados (muchos disponibles en Chile). La experiencia de este sello pequeño, pero con horizontes amplios, que acumula reconocimientos y lectores, es observada con atención en el mundo editorial hispanoamericano. ENTREVISTA Luis Solano, editor de “Libros del Asteroide”.