Autor: MARCELO SOMARRIVA
Las corrientes que mueven el mundo de SILICON VALLEY
Las corrientes que mueven el mundo de SILICON VALLEY En la biblioteca de Silicon Valley también ocupa un lugar privilegiado la ciencia ficción, y autores como Isaac Asimov, Iain Banks y Douglas Adams. máticas, afirmando que el respaldo de estos millonarios a Trump se debe a que temen que Harris les suba los impuestos e imponga nuevas regulaciones, hay indicios suficientes para creer que este fenómeno tiene raíces más profundas y complejas.
Autores que han investigado la cultura empresarial de Silicon Valley, como Fred Turner en “From Counterculture to Cyberculture”, destacan que ahí predominaba un ethos caracterizado por la ausencia de formalidades y una retórica contraria a las convenciones del mundo tradicional de los negocios. Muchas de estas empresas, al menos en sus comienzos, apostaron por explorar una vía directa y flexible de acercarse al público, eliminando intermediarios y oponiéndose a regulaciones que consideraban retrógradas.
Ya es casi un lugar común escuchar ese relato del origen de emprendimientos multimillonarios que conquistaron el mundo desde su origen en un humilde garaje a punta de esfuerzo individual, venciendo obstáculos y suspicacias mediante una combinación de juventud, d e t e r m i n a c i ó n, energía, trabajo mancomunado y bastante arrogancia. En muchos aspectos, Musk encarna este estilo informal, rupturista y medio surfista en su aproximación a la ciencia, la tecnología y las finanzas.
Por décadas, se ha asumido que estos empresarios serían proclives a adoptar discursos liberales ylibertarios, algo que Turner y otros denominan una ideología californiana caracterizada por su antiestatismo y una mezcla de cierto espíritu hippie con un instinto empresarial propio de los yuppies, que ha-bría permitido el ascenso global de esta industria.
Todo esto, no obstante, está cambiando, a tal punto que Adrienne LaFrance, en The Atlantic, propuso que la ideología dominante en Silicon Valley ahora es el “tecno-autoritarismo” o una “tecnocracia autoritaria”. Individualismo galácticoVale la pena indagar en las ideas o inclinaciones intelectuales de estos empresarios tecnológicos; mal que mal, vivimos en una época de bancarrota ideológica en todo el espectro político, y al contrario de lo que suele creerse, esta gente lee bastante y tiene muchas ideas.
Muchas veces se ha dicho que una de las autoras más influyentes en su formación ha sido la escritora Ayn Rand (19051982). Según el activista medioambiental Bill McKibben, ella sería por lejos la autora más influyente en la cultura norteamericana entre la segunda mitad del siglo pasado y lo que va de este, y la revista Vanity Fair declaró que Rand es la figura política decisiva en la industria tecnológica. Entre los rasgos característicos de la obra de Rand, se destaca un individualismo heroico y un rabioso anticomunismo. McKibben advierte que en su léxico no habría palabra más sucia que altruismo.
Muchas de las principales figuras del mundo de la tecnología, como Steve Jobs, Steve Wozniak, Travis Kalanick, Peter Thiel y Elon Musk, en alguna ocasión expresaron su admiración por ella, y puede trazarse una línea directa entre los temas favoritos de esta escritora y algunas actitudes de estos empresarios.
En la biblioteca de Silicon Valley también ocupa un lugar privilegiado la ciencia ficción, y autores como Isaac Asimov, Iain Banks y Douglas Adams, quienes suelen ser mencionados por Bezos, Page y Musk no solo como lecturas favoritas, sino también como fuente de inspiración de algunos proyectos.
Musk, por ejemplo, le atribuye una importancia de alcan-ce metafísico a la novela de Adams “Guía del autoestopista galáctico”. Una importante influencia ideológica ha sido desde hace algunos años la filosofía estoica, donde las lecciones de Epicteto, Séneca y Marco Aurelio se han interpretado en una clave de autoayuda individualista, como ocurre en los libros de Ryan Holiday.
En cierta forma, la cosmovisión de muchos de estos millonarios resulta de una mezcla de enseñanzas individualistas, con las biografías de algunos héroes de la tecnología como Nikola Tesla, la ciencia ficción y la obra de autores como el físico Richard Fey-nman y Raymond Kurzweil, un visionario de la inteligencia artificial muy influyente en lugares como Google.
TESCREALUno de los empresarios de Silicon Valley que tienen un discurso más articulado sobre el papel de la tecnología en el futuro es Peter Thiel, uno de los fundadores junto con Elon Musk de Paypal y Palantir, conocido por ser un libertario muy radical, que, sin embargo, se ha inclinado hacia el conservadurismo y el nacionalismo.
Es gay, católico y cercano a los autores del posliberalismo como Patrick Deneen y a ideólogos de la nueva derecha, como Curtis Yarvin y Nick Land, que estarían detrás del proyecto conocido como “Dark Enlightenment”, corrientes que comparten la idea del fracaso del proyecto liberal y desconfían de las visiones progresistas.
Thiel, en cambio, guarda grandes expectativas para el progreso de laMuchas veces se ha dicho que una de las autoras más influyentes en Silicon Valley ha sido la escritora Ayn Rand (1905-1982). La actual campaña presidencial en Estados Unidos ha dividido a los millonarios tecnológicos de Silicon Valley por sus diferencias políticas entre Kamala Harris y Donald Trump. Según el Wall Street Journal, se estaría dando “una extraordinaria batalla verbal pública” con descalificaciones recíprocas entre estos empresarios y capitalistas de riesgo que ha terminado con amistades y lealtades de años.
Según otro artículo publicado en Politico, esto se debería a que un grupo reducido de empresarios decidió apoyar a Trump de una manera tan explícita y estridente que ha arrastrado a lo que califican como una derecha “nerdy” que se ufanaría de romper con la tradición liberal californiana.
En esta trifulca se destaca el papel de Elon Musk, el multimillonario propietario de Tesla, XSpace y X que hace algunos meses anunció su apoyo al candidato republicano a través de su propia red social que usa como un megáfono. Elon Musk en los últimos años ha tenido una transformación ideológica hacia posiciones conservadoras.
Según cuenta Walter Isaacson en la biografía de este personaje que publicó el año pasado, este cambio empezó hace cuatro años y se aceleró durante la pandemia y con la crisis familiar que produjo su ruptura con su hija transgénero.
Isaacson cuenta que las restricciones impuestas por el coronavirus y su obsesión con Twitter, la red social que más tarde compró y rebautizó X, influyeron en que Musk adoptara una actitud beligerante con lo que ha llamado “el virus mental woke” que, a su juicio, amenaza con destruir la civilización y según él se incubaría en el corazón del Partido Demócrata.
Es por esto que Musk, luego de haber sido un entusiasta admirador de Barack Obama, hizo pública la ruptura en mayo de 2022 cuando tuiteó que si bien siempre había votado por los demócratas, porque le parecía que representaban la gentileza, ahora se habían transformado en el partido de la división y el odio. El periodista Tim Higgins, autor de “Juegos de Poder.
Musk, Tesla y la apuesta del siglo”, dice que el millonario recientemente ha entrado en una fase cristiana que ha ido revelando a través de sus post en X, donde expone su interpretación de las enseñanzas de Cristo, afirma que el cristianismo necesita recuperar sus dientes y que el liberalismo se ha extremado demasiado.
El caso particular de Musk puede tomarse como parte de un fenómeno más extendido en Silicon Valley, desde donde en los últimos años se ha producido un éxodo de empresas tecnológicas hacia Texas, un lugar que no solo ofrece mejores condiciones tributarias, sino que también un clima ideológico más favorable. En la biografía de Musk, Isaacson explica que los empresa-rios tecnológicos tradicionalmente favorecían a los candidatos demócratas.
Eso significa que la actual división de este mundo es una novedad y que si bien la prensa tiende a atribuirla a razones prag-SAVIRNÁIBAFciencia, que a su juicio se encuentra detenido, no por falta de ideas, sino por un estancamiento cultural.
En una conversación con John Gray publicada el año pasado en la revista The New Statesman, Thiel sostuvo que la humanidad se ha vuelto reacia al riesgo y que podríamos hacer mucho más para cambiar el mundo, sin minimizar ni trivializar los legítimos temores de las personas ante el avance de la ciencia. Algunas de esas preocupaciones se manifiestan en una investigación sobre el panorama ideológico de Silicon Valley de la investigadora Timnit Gebru que antes trabajó en Google.
En un artículo académico publicado este año junto a Émile Torres, proponen que las principales doctrinas de Silicon Valley se resumen en el acrónimo TESCREAL, que solo agrupa los conceptos de transhumanismo, extropianismo, singulatarismo, cosmismo, racionalismo, altruismo efectivo y largoplacismo.
En pocas palabras, podría decirse que el transhumanismo supone la posibilidad de modificar la naturaleza humana mediante la tecnología y la biología; el extropianismo, la creencia en que la ciencia y la tecnología traerán una expectativa de vida indefinida; el singulatarismo, la posibilidad de superar la inteligencia humana mediante la inteligencia artificial, mientras que el cosmismo, la creencia en la capacidad humana de curar la muerte para expandir la vida humana por el cosmos.
El altruismo efectivo sería el movimiento social que calcula la manera de maximizar el beneficio que hacemos a los demás, y, por último, el largoplacismo, sería una forma de utilitarismo radical que propone que la humanidad tiene responsabilidades morales hacia las generaciones futuras, incluso a expensas de las actuales. Según estos autores, empresarios tecnológicos como Peter Thiel, Nick Land, Eliezer Yudkowsky y Curtis Yarvin adhieren de manera explícita a esta conjunción de corrientes, mientras que otros lo harían sin saberlo.
La investigación propone que, en la carrera por la inteligencia artificial, la atenciónse concentra en estudiar los problemas más bien borrosos del futuro, descuidando dilemas más urgentes del presente, como los problemas que supone el uso de algoritmos, los sesgos de la inteligencia artificial y una excesiva centralización del poder. Hasta ahora, nadie ha salido a rebatir las propuestas de este artículo. El acrónimo TESCREAL, en cambio, ha tenido bastante difusión. De muchas formas, refleja un rasgo particular de los proyectos de empresarios como Musk y Thiel, que tienden a expresarse como grandes visiones sobre el destino de la civilización. Solemos sorprendernos con los logros y éxitos de estos multimillonarios, pero ponemos poca atención en sus ideas.
Olvidamos que sus inmensas fortunas pueden convertirse en formas de poder político inconmensurable y de difícil control, más todavía en un escenario de crisis global, en medio de una proliferación de autocracias por el mundo como el actual.. Como nunca, los millonarios de las grandes empresas tecnológicas han entrado abiertamente en el debate político, lo que está permitiendo entender un poco más sobre los principios ideológicos que los mueven, que podrían ser bastante radicales. ENSAYO ¿ Qué leen sus grandes empresarios?