Cuando no queda otra que seguir trabaiando despnués de los 65
Cuando no queda otra que seguir trabaiando despnués de los 65 Rodrigo Contreras Vergara trabajando después de los 65 Las declaraciones del Presidente Boric en una actividad especialmente escenificada para la ocasión, provocaron revuelo en un momento álgido de la reforma previsional. E l anciano estaba sentado en una banca de cemento a mitad de cuadra de la 7 Oriente, entre la 5 y la 6 Sur. Se notaba un poco agitado. Le pregunto si está bien. Me dice que sí, que solo descansa un momento antes de reanudar su caminata hasta su casa que queda a unos metros por la 6 Sur. Le noto un acento extranjero. Cuenta que se llama Felipe "Pipo" Rigetti y que tenía 20 años cuando llegó a Talca desde Italia. Ahora tiene 85. De repente se para con algo de dificultad, pero no es necesario que lo ayude. Lo acompaño. Trabajó durante 40 años en la arrocera J.B., en los tiempos en que abundaban las industrias. Le pregunto por las pensiones en Chile. "No son buenas las pensiones", dice mientras detiene sus pasos unos segundos y luego sigue su caminata. Sin preguntarle, saca el tema del abandono en que está Talca, no le gusta eso de expandirse hacia otros sectores y no renovar el centro de la ciudad. Llegamos a su casa, saluda a una vecina y se despide. Así me imagino mi vejez. Una vejez plácida, autónoma, de caminatas y charlas ocasionales. No alcancé a preguntarle a "Pipo" por su pensión o qué opinaba sobre la reforma al sistema de pensiones y la distribución del 6 por ciento. Seguir después de los 65 A Manuel Lara le faltan siete años para jubilar. Tiene 58 años y ya se hizo a la idea de seguir trabajando después de cumplir 65. Calcula que debe tener unos 20 años de cotizaciones. Trabajó en la construcción, en la agricultura y su última pega formal fue la de colectivero, hasta que le sacaron una multa por andar fuera de recorrido. Sacó cuentas y concluyó que los números no le daban, además que estaba aburrido de pasar malos ratos. Optó por independizarse. En esta época vende agua mineral y otras bebidas en la esquina de la 8 Oriente con 2 Norte. En invierno se dedica a la leña. Un emprendedor nato. No le falta. Pero no le hablen de las pensiones. Perdió la esperanza. Años más o años menos de cotizaciones su pensión siempre va a ser poca. Por eso tiene claro que va a seguir trabajando una vez que se jubile. Vive en el barrio norte, en la población José Miguel Carrera. Antes votaba por la izquierda, pero ahora no confía en los políticos, sean del sector que sean. Va a votar porque es obligatorio. No tiene muy claro lo que se está discutiendo sobre la reforma a las pensiones y el seis por ciento.
Y aunque tiene un hijo que está estudiando en la universidad con la gratuidad, asegura que hay muchas cosas que están mal, partiendo por la salud. "Hoy no dan ganas de ir a un hospital", dice antes de seguir ofreciendo agua mineral a los conductores que se detienen ante la luz roja del semáforo. El asesor Carlos Rivera pensó lo mismo que Manuel. Decidió, un poco obligado por el monto de su pensión, seguir trabajando tras cumplir los 65.
Hoy tiene 72 y es asesor previsional, una profesión poco conocida pero que puede llegar a ser fundamental en un sector donde abundan los tecnicismos. ¿Pensionarse en una AFP o en una compañía de seguros? Es mucha plata en juego, que tanto las AFPs como las aseguradoras quieren llevar a sus arcas.
Con un evidente sentido de marketing, Rivera puso un cartel afuera del Edificio Capitanía, en la Dos Sur, donde tiene su oficina, que advierte que "a las AFP nunca solo". Frase que resume un sentir ciudadano que, digamos, está en el fondo del espíritu de esta última reforma que se discute a nivel parlamentario y también en otras que se le han realizado al sistema de pensiones. Las pensiones en Chile son bajas. Y pese a los arreglos el asunto no mejora. Bueno, sí. Ha mejorado.
Muy pedagógico, Carlos Rivera señala que el Pilar Básico Solidario (Bono por Hijo, Pensión Básica Solidaria y Aporte Previsional Solidario), implementado en el primer gobierno de Michelle Bachelet; y la Pensión Garantizada Universal, PGU, despachada en el segundo mandato de Sebastián Piñera, fueron un paso adelante. Pero, no ha sido suficiente. Y por eso que, nuevamente, se está intentando arreglar la carga en el camino. Rivera explica que hay varias situaciones que influyen en las bajas pensiones. Las resume en cuatro puntos. Las lagunas previsionales, las altas tasas de desempleo, bajo nivel promedio de ingresos y baja tasa de cotización. Antes de la creación de las AFPs se cotizaba, por ejemplo, entre un 20 y 25 por ciento, dependiendo de la caja previsional. Era un sistema de reparto, donde trabajadores y empleadores hacían aportes a un fondo común. Pinochet habría aceptado a regañadientes la fórmula de las AFPs y, quizás intuyendo algo, dejó afuera a las Fuerzas Armadas. El asesor previsional comenta que quienes se acercan a consultar, en general, no manejan mucha información del proceso. Lo que él hace, asegura, es "meterse en el corazón" de la situación personal y familiar del solicitante para entregarle la mejor opción de jubilación. No es llegar y optar entre una AFP o una aseguradora. Por lo menos hasta los 70 Parecen obvios los argumentos de Carlos Rivera. Pero son difíciles de aceptar cuando un porcentaje importante de trabajadores considera que hagan lo que hagan, coticen lo que coticen, no van a obtener una buena pensión, una que les permita vivir dignamente. Entonces, no les quedará otra opción que seguir trabajando después de los 65. José Díaz hace una pausa junto a su carro de aseo en la esquina de la 2 Sur con 7 Oriente. Un haitiano se acerca a ofrecerle una fruta luego que José le prestara su teléfono para hacer una llamada. "No, gracias", le responde José, quien planea seguir trabajando una vez que cumpla los 65. Le quedan 3 años para jubilar. Y tiene pensado, si la salud se lo permite, seguir hasta los 70. Dice que debe tener unos 40 años de cotizaciones. No ha preguntado aún de cuánto podría ser su jubilación. Asume que será poca. Por eso es mejor hacerse a la idea. No queda otra.
Mientras tanto, los señores diputados y senadores, que no tendrán problemas con sus jubilaciones, intentarán ponerse de acuerdo para mejorar las pensiones de los chilenos. ¿O no? Mientras la discusión de la reforma de pensiones entra en días claves, la ciudadanía asume que haga lo que haga, cotice lo que cotice, su jubilación será escasa. Mejor hacerse a la idea de seguir trabajando cumplidos los 65 pr en sa. p residen ci a. c l.
Cuando no queda otra que seguir trabaiando despnués de los 65 Rodrigo Contreras Vergara trabajando después de los 65 Las declaraciones del Presidente Boric en una actividad especialmente escenificada para la ocasión, provocaron revuelo en un momento álgido de la reforma previsional. E l anciano estaba sentado en una banca de cemento a mitad de cuadra de la 7 Oriente, entre la 5 y la 6 Sur. Se notaba un poco agitado. Le pregunto si está bien. Me dice que sí, que solo descansa un momento antes de reanudar su caminata hasta su casa que queda a unos metros por la 6 Sur. Le noto un acento extranjero. Cuenta que se llama Felipe "Pipo" Rigetti y que tenía 20 años cuando llegó a Talca desde Italia. Ahora tiene 85. De repente se para con algo de dificultad, pero no es necesario que lo ayude. Lo acompaño. Trabajó durante 40 años en la arrocera J.B., en los tiempos en que abundaban las industrias. Le pregunto por las pensiones en Chile. "No son buenas las pensiones", dice mientras detiene sus pasos unos segundos y luego sigue su caminata. Sin preguntarle, saca el tema del abandono en que está Talca, no le gusta eso de expandirse hacia otros sectores y no renovar el centro de la ciudad. Llegamos a su casa, saluda a una vecina y se despide. Así me imagino mi vejez. Una vejez plácida, autónoma, de caminatas y charlas ocasionales. No alcancé a preguntarle a "Pipo" por su pensión o qué opinaba sobre la reforma al sistema de pensiones y la distribución del 6 por ciento. Seguir después de los 65 A Manuel Lara le faltan siete años para jubilar. Tiene 58 años y ya se hizo a la idea de seguir trabajando después de cumplir 65. Calcula que debe tener unos 20 años de cotizaciones. Trabajó en la construcción, en la agricultura y su última pega formal fue la de colectivero, hasta que le sacaron una multa por andar fuera de recorrido. Sacó cuentas y concluyó que los números no le daban, además que estaba aburrido de pasar malos ratos. Optó por independizarse. En esta época vende agua mineral y otras bebidas en la esquina de la 8 Oriente con 2 Norte. En invierno se dedica a la leña. Un emprendedor nato. No le falta. Pero no le hablen de las pensiones. Perdió la esperanza. Años más o años menos de cotizaciones su pensión siempre va a ser poca. Por eso tiene claro que va a seguir trabajando una vez que se jubile. Vive en el barrio norte, en la población José Miguel Carrera. Antes votaba por la izquierda, pero ahora no confía en los políticos, sean del sector que sean. Va a votar porque es obligatorio. No tiene muy claro lo que se está discutiendo sobre la reforma a las pensiones y el seis por ciento.
Y aunque tiene un hijo que está estudiando en la universidad con la gratuidad, asegura que hay muchas cosas que están mal, partiendo por la salud. "Hoy no dan ganas de ir a un hospital", dice antes de seguir ofreciendo agua mineral a los conductores que se detienen ante la luz roja del semáforo. El asesor Carlos Rivera pensó lo mismo que Manuel. Decidió, un poco obligado por el monto de su pensión, seguir trabajando tras cumplir los 65.
Hoy tiene 72 y es asesor previsional, una profesión poco conocida pero que puede llegar a ser fundamental en un sector donde abundan los tecnicismos. ¿Pensionarse en una AFP o en una compañía de seguros? Es mucha plata en juego, que tanto las AFPs como las aseguradoras quieren llevar a sus arcas.
Con un evidente sentido de marketing, Rivera puso un cartel afuera del Edificio Capitanía, en la Dos Sur, donde tiene su oficina, que advierte que "a las AFP nunca solo". Frase que resume un sentir ciudadano que, digamos, está en el fondo del espíritu de esta última reforma que se discute a nivel parlamentario y también en otras que se le han realizado al sistema de pensiones. Las pensiones en Chile son bajas. Y pese a los arreglos el asunto no mejora. Bueno, sí. Ha mejorado.
Muy pedagógico, Carlos Rivera señala que el Pilar Básico Solidario (Bono por Hijo, Pensión Básica Solidaria y Aporte Previsional Solidario), implementado en el primer gobierno de Michelle Bachelet; y la Pensión Garantizada Universal, PGU, despachada en el segundo mandato de Sebastián Piñera, fueron un paso adelante. Pero, no ha sido suficiente. Y por eso que, nuevamente, se está intentando arreglar la carga en el camino. Rivera explica que hay varias situaciones que influyen en las bajas pensiones. Las resume en cuatro puntos. Las lagunas previsionales, las altas tasas de desempleo, bajo nivel promedio de ingresos y baja tasa de cotización. Antes de la creación de las AFPs se cotizaba, por ejemplo, entre un 20 y 25 por ciento, dependiendo de la caja previsional. Era un sistema de reparto, donde trabajadores y empleadores hacían aportes a un fondo común. Pinochet habría aceptado a regañadientes la fórmula de las AFPs y, quizás intuyendo algo, dejó afuera a las Fuerzas Armadas. El asesor previsional comenta que quienes se acercan a consultar, en general, no manejan mucha información del proceso. Lo que él hace, asegura, es "meterse en el corazón" de la situación personal y familiar del solicitante para entregarle la mejor opción de jubilación. No es llegar y optar entre una AFP o una aseguradora. Por lo menos hasta los 70 Parecen obvios los argumentos de Carlos Rivera. Pero son difíciles de aceptar cuando un porcentaje importante de trabajadores considera que hagan lo que hagan, coticen lo que coticen, no van a obtener una buena pensión, una que les permita vivir dignamente. Entonces, no les quedará otra opción que seguir trabajando después de los 65. José Díaz hace una pausa junto a su carro de aseo en la esquina de la 2 Sur con 7 Oriente. Un haitiano se acerca a ofrecerle una fruta luego que José le prestara su teléfono para hacer una llamada. "No, gracias", le responde José, quien planea seguir trabajando una vez que cumpla los 65. Le quedan 3 años para jubilar. Y tiene pensado, si la salud se lo permite, seguir hasta los 70. Dice que debe tener unos 40 años de cotizaciones. No ha preguntado aún de cuánto podría ser su jubilación. Asume que será poca. Por eso es mejor hacerse a la idea. No queda otra.
Mientras tanto, los señores diputados y senadores, que no tendrán problemas con sus jubilaciones, intentarán ponerse de acuerdo para mejorar las pensiones de los chilenos. ¿O no? Mientras la discusión de la reforma de pensiones entra en días claves, la ciudadanía asume que haga lo que haga, cotice lo que cotice, su jubilación será escasa. Mejor hacerse a la idea de seguir trabajando cumplidos los 65 pr en sa. p residen ci a. c l.