Ruidos: preocupación ciudadana
Ruidos: preocupación ciudadana EDITORIALas denuncias por ruiL dos molestos en Tarapacá están concentradas en un 90,7% en la comuna de Iquique. Los datos de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) dan cuenta de 594 denuncias históricas en la región, representando el 3,4% del total nacional. Mientras que Alto Hospicio reporta 48, PozoAlmonte 5, y Pica 1.
Las principales fuentes de estos reclamos son por el ruido que generan centros nocturnos o discoteasí como también cas, pubs, los cuales representan el 25,9% del total de denuncias, algo que actualmente es una preocupación y demanda un cambio en la cultura nacional que ha ido avanzandoen la búsqueda de mejor calidad dela vida en comunidad. Además, a nivel país, un informe nacional de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA)reveló que las denuncias por ruido son cerca del 50% delambiente que se vive durante las noches. Claramente es un camino que podrían tomartotal de denuncias ingresadas, superando las 17 mil, lo que muestra que se trata de un problema al que los ciudadanos le prestan gran atención y consideran fundamental.
ESLas principales fuentes de estos reclamos son por el ruidos que generan centros nocturnos o discotecas”. Anivel local un ejemplo claro fue el cambio en la ordenanza para los locales de Península, lo que tras una serie de denuncias delos residentes gene-ró que fuera posible legalmente un cambio en los horarios de expendio debebidas alcohólicas y por consiguiente mejorar elotras juntas de vecinos de la ciudad, aunque idealmente se requiere implementar protocolos que permitan a los locales nocturnos funcionar, pero con medidas que logren reducir los ruidos. Por otro lado, están los ruidos de construcciones, dondelos proyectos deben contar con medidas paliativas incluidas en sus planes. Además, se debería fortalecer la fiscalización conel fin de quesu impactono genere mayores efectos en los residentes de los sectores donde se ejecuten las obras.
Sin duda, se trata de una preocupación ciudadana en la que se necesita seguir avanzando y donde las autoridades locales deben generar los mecanismos que permitan escuchar este clamor, pero dando las opciones para que las empresas funcionen. EDITORIAL.