El valor de la inversión educativa
El valor de la inversión educativa COLUMNA Al Fundación San Carlos de Maipo 4 pp UTM El valor de la inversión educativa La educación parvularia es fundamental. Robert Fulghum publicó en 1986 su libro "Todo lo que hay que saber lo aprendí en el jardín de infantes", una serie de reflexiones en torno al aprendizaje en esa etapa de la vida.
Sus recomendaciones son tan simples como relevantes: limpia lo que ensucias, de perdón cuando lastimes a alguien, vive una vida balanceada: aprende, piensa, dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja un poco todos los días, entre otras. Según el autor, la sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la carrera educativa, sino en la caja de arena del jardín. Ahora bien, al revisar el presupuesto de educación para 2025 el panorama es desolador.
El aumento de los recursos destinados para educación superior es casi seis veces más que el destinado a la educación inicial y que el presupuesto de las iniciativas orientadas a la reactivación educativa, disminuye en un 10%, probablemente explicado (aunque resulte paradójicamente inexplicable dada la importancia que este tema tiene en este minuto) por la baja ejecución de los presupuestos 2024 asignados a este ítem.
La evidencia internacional y, en particular, el trabajo de Heckman, premio Nobel de Economía, es que mientras más temprano invertimos en el desarrollo educativo, mos en el desarrollo educativo, más efectivos son y mayor es su impacto en el largo plazo.
Heckman logró seguir a niños que habían recibido un programa en educación parvularia y apoyo en la crianza de sus padres, y evidenció que, incluso 50 años después de recibidos estos programas, las familias estudiadas, tenían menores tasas de conflicto con la ley, más estabilidad económica y afectiva. La educación no es solo moldear una manera de trabajar o de incluso pensar, la educación puede ser una oportunidad de generar más condiciones para desplegar el potencial al máximo.
Eso se construye desde los primeros años, por ello es tan importante cerrar las brechas educativas que tenemos ahí, porque no es la inasistencia grave en educación media o en educación básica, que llega al 20%, la más grave que enfrentamos como país, sino la inasistencia a educación de párvulos, que se ha mantenido en un 50%, incluso mucho antes de la pandemia, y mucho más bajo que el resto de la OCDE. Necesitamos un equilibrio: es indispensable invertir, tanto en educación superior, como en educación inicial, no solo porque es de toda justicia social. No podemos olvidar a los niños y niñas solo porque su manito, al levantarse, no seve. Pongamos atención en ellos, hagámonos cargo..