Transición energética
E Chile vive un momento clave en su transformación energética. Tenemos lamirada puesta en alcanzar la carbono-neutralidad al 2050, un desafío que exige altos grados de coordinación, cuantiosas inversiones y visión estratégica de largo plazo. En ello, el sector eléctrico juega un rol central. Sin embargo, a pesar de los esfierzos, no es aún seguro que lleguemos triunfantes a la meta.
Engran medida, ello se debe a que mientras celebramos récords en el desarrollo de capacidad instalada de enerpías limpias (particularmente, generación solar y eólica), los “cuellos de botella” en su transmisión dificultan su plena integración al sistema. La paradoja es evidente: nos hemos preocupado de fortalecer el corazón que bombea sangre limpia al sistema, pero hemos descuidado el entramado de “venas y arterias” que permiten que el ecosistema perviva. Mejor dicho: sin una infraestructura suficiente, segura y resiliente, los avances en generación renovable podrían quedar estancados y no beneficiar, en definitiva, alas personas y empresas que impulsan nuestra economía. Actualmente enfrentamos un déficit de transmisión de 3.000 MW en el Sistema Eléctrico Nacional, el cual persistirá al menos hasta el año 2030. Sia usted esto le dice poco, equivale a invertir unos US$900 millones solo para ponernos al día.
Si se considera, además, la necesidad de dotar al sistema de mayor Nexibilidad y almacenamiento, la estrategia futura de inversión debe ser una que contemple una sobreinversión marginal en transmisión, de modo de reducir costos futurosante variaciones en la demanda y la ubicación de la generación. Por ello, modernizar la planificación de la transmisión y adecuarla a las necesidades de hoy es un tivo que no puede esperar más. Deno cerrarse la brecha, el crecimiento sostenible del sistema eléctrico y la posibilidad de alcanzar las metas de descarbonización pueden verse comprometidos. La buena noticia es que, al parecer, las autoridades se han ta de la urgencia y magnitud del problema de la transmisión. El proyecto de ley de transición energética debiera convertirse en ley muy pronto—representa un avance significativo para el sector y debiera permitir destrabar proyectos, pues soluciona un conjunto de otros temas que entrababan su desarrollo. Él incluye medidas para agilizar la expansión del sistema, reducir los tiempos de ejecución de los proyectos y aminorar la conflictividad, entre otras. Quedaron importantes aspectos fuera durante la tramitación, que esperamos sean retomados ala brevedad. Javier Tapia, director ejecutivo de la Asociación de Transmisoras de Chile