COLUMNAS DE OPINIÓN: Un paso titubeante
COLUMNAS DE OPINIÓN: Un paso titubeante OPINIÓN Éramos pocos los estremecidos en el Planetario de la Usach, comparados con los miles que, desde 300 lugares en todo el mundo, seguíamos la ceremonia: daban a conocer las primeras imágenes tomadas por el telescopio Vera C. Rubin, en el cerro Pachón, en el valle del Elqui, Coquimbo. Abismados, nos sentíamos camaradas en un viaje histórico. Pero surgiría un titubeo.
Era como estar con Galileo, en 1610, cuando observó tres satélites de Júpiter (el primer telescopio suyo aumentaba tres veces la visión del ojo). El sensor de la cámara del Rubin está compuesto por 3.200 millones de pixeles. Para ver cada imagen se necesitarían 400 televisores de 4K, cubriendo un área como de una cancha de básquetbol. Cada noche, el Rubin capturará alrededor de mil imágenes. Las fotografías y su data solo estarán disponibles en plenitud, durante dos años, solo para EE.UU. y para Chile, según el New York Times. Pero todos pueden ya ver una versión en línea, en skyviewer. app/explorer. En el Planetario conversé con Wilfredo Palma, estadístico astronómico del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS). "Somos pocos estadísticos astronómicos en Chile", me dijo. Con su disciplina, distinguirán, clasificarán, interpretarán. También los expertos en datos, con inteligencia artificial, podrán identificar, interrogar, cada detalle. Como informó esta sección el martes 24, los centros de análisis de datos operarán en EE.UU. (tres), en Europa (tres) y uno en Chile. Encontrarán sentido a este puñado de lucecitas, este pozo de objetos astronómicos que debutan ante la humanidad. Pero el núcleo de analistas chilenos, concentrados en el MAS y en ALeRCE (Automatic Learning for the Rapid Classification of Events), sufren en estos días un titubeo. La metodología que emplea la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) para asignar fondos los dejó fuera: una comisión de expertos internacionales no los juzgaron suficientemente importantes. Esto es grave para la promesa que la astronomía nacional significa. Aquí hay una cuestión estratégica. Los afectados apelaron; llevaban años trabajando.
El telescopio fue financiado por la Fundación Nacional de Ciencias y el Ministerio de Energía de EE.UU. (US$ 800 millones la construcción e igual cantidad para su operación por diez años), y recibió aportes de Bill Gates y Charles Simonyi. Pero los fondos para la investigación de los chilenos los debe poner el país. Nuestro embajador en EE.UU., Gabriel Valdés, y la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry, reafirmaron nuestro compromiso de mantener oscuros los cielos. Y el jefe de procesamiento de datos, el Dr. William O'Mullane, celebró a los cien chilenos que diariamente suben al cerro Pachón, desde La Serena, para mantener el sistema. Alejandra Muñoz, del MAS, dijo que ver las nuevas imágenes había sido "un encontronazo". Para mí, es un alumbramiento. Estuve cuando la Presidenta Michelle Bachelet y la presidenta de la National Science Foundation, France A. Córdova, el 14 de mayo de 2015, pusieron la primera piedra. Pero hoy, Chile titubea. Un paso titubeante NICOLÁS LUCO. - -