Las temidas muelas del juicio son cada vez menos frecuentes en la población
A penas aparecen, su presencia suele asociarse con dolores, molestias e infecciones que obligan a extraerlas.
Las muelas del juicio pueden ser una verdadera pesadilla que a veces se repite por dos, tres o cuatro veces para los menos afortunados, o que, en el mejor de los casos, no generan ningún problema o, incluso, no llegan a formarse.
Esto último parece ser cada vez más común, según la evidencia disponible que apunta a que, por razones evolutivas, las nuevas generaciones nunca llegarán a desarrollar estas muelas, también llamadas terceros molares. "Existen teorías bastante aceptadas en la comunidad científica respecto a que las diferentes formas de sobrevivir durante la historia del hombre, principalmente a la forma y tipo de alimentación, han hecho que el tamaño y morfología de la cara haya ido disminuyendo con el transcurrir de miles y miles de años", explica Ana Luisa Alarcón, cirujana maxilofacial y académica de la Facultad de Odontología de la U. de Chile.
Se cree que las muelas de juicio no siempre fueron una molestia y que alguna vez cumplieron un rol clave para los primeros humanos que los usaban para masticar alimentos duros o crudos, según explica el odontólogo Hernán Guiñez, especialista en periodoncia e implantología y docente de la U. Mayor. "El cambio de dieta hizo que ya no fueran necesarios. Desde el punto de vista evolutivo, se sabe que el tamaño de los huesos, tanto maxilar como mandibular, ha ido disminuyendo progresivamente según se puede ver en osamentas", agrega.
Eso en parte explica por qué hay algunas personas a las que no les salen estas muelas o solo dos o tres. "Las ausencias congénitas de piezas dentarias o agenesias pueden afectar a cualquier pieza dentaria", sobre todo definitivas, precisa Alarcón.
Dentro de ellas, "lejos la agenesia más prevalente es la de la muela del juicio, llegando a considerarse una adaptación de la `evolución', siendo mucho más prevalente en poblaciones asiáticas (25% de la población)". Selección natural En el resto del planeta, agrega la especialista, la agenesia de este tercer molar es variable, por tanto "si no le aparece la muela del juicio en la boca no significa que no esté, puede estarse desarrollando dentro del hueso sin tener espacio para erupcionar e incluso puede provocar algunos problemas más serios en el hueso o en dientes vecinos, de ahí la importancia del control clínico e imagenológico preventivo". Este control debe realizarse en el período de erupción del tercer molar, que suele oscilar entre los 16 y los 24 años en la gran mayoría de la población.
De ahí proviene el nombre de "muela del juicio", explica Guiñez, porque tiende a aparecer después de los 18 años, "cuando la persona ya es adulta y tiene juicio". Los expertos concuerdan en que una situación que cada vez es más frecuente es que haya pacientes en los que no se forma ninguna muela del juicio.
Un estudio de investigadores australianos, de las universidades de Adelaida y Nueva Gales del Sur, establece que los niños ya no nacen con muelas del juicio y que la explicación a esto es que en las últimas décadas la evolución del hombre se ha acelerado más que en los últimos 250 años.
Publicado en el Journal of Anatomy en 2020, el trabajo también comprueba que las nuevas generaciones tienen caras más cortas, así como huesos adicionales en pies y piernas. "Los humanos nos encontramos actualmente en un estado relajado de selección natural ya que nuestro entorno es considerablemente favorable", dijo Teghan Lucas, a cargo del estudio. "Esto tiene una explicación médica y es que simplemente hay personas en las que se forma el germen dentario --células que constituirán el futuro diente-y hay otras en las que no", explican los autores.
Guiñez agrega que es en la etapa intrauterina cuando se produce la formación de estos gérmenes dentarios. "Hay personas que pueden llegar a formar hasta ocho o doce muelas del juicio, pero son de muy pequeño tamaño"; sin embargo, todo indica que esto será cada vez menos habitual. "La evolución se toma su tiempo y la ausencia o agenesia de todos los terceros molares en todos los seres humanos seguramente tomará varios miles de años más", comenta Alarcón, quien enfatiza que, "mientras tanto, se aconseja controlar la evolución de tales piezas dentarias y prevenir complicaciones derivadas de su desarrollo y erupción en la boca". Se cree que alguna vez fueron útiles para consumir alimentos duros o crudos: Las temidas muelas del juicio son cada vez menos frecuentes en la población C. GONZÁLEZ A partir de evidencia disponible, se estima que, por razones evolutivas, las nuevas generaciones nunca llegarán a desarrollar estas piezas dentarias. Esto implica cambios en el rostro. ¿Se deben extraer? Tan molesto y doloroso como la erupción de una muela del juicio es su extracción.
Esto se suele realizar cuando no hay espacio para que salgan a la superficie y provocan dolor. "La mayoría de las veces puede alterar la posición del resto de las piezas dentarias", explica Guiñez, quien precisa que a veces se cae en una sobreindicación de exodoncias, es decir, se extraen cuando no es necesario hacerlo.
Al respecto, Alarcón advierte que "si el tercer molar logra erupcionar completamente, con suficiente espacio, sin alteraciones en los tejidos blandos que lo rodean, y usted logra un adecuado cepillado que evite la ocurrencia de caries y enfermedad periodontal, se debe mantener en boca". La especialista agrega que las extracciones de terceros molares "pueden llegar a ser cirugías muy complejas y no están exentas de riesgos y complicaciones, su cirugía y posoperatorio serán mejores y mucho más seguros al dejar el procedimiento en manos de expertos en el tema (cirugía bucomaxilofacial)". Los especialistas recomiendan realizar a los 18 años un control clínico y mediante radiografías para identificar si hay muelas del juicio, su posición y si será necesaria su remoción. ISTOCK PHOTO Las temidas muelas del juicio son cada vez menos frecuentes en la población.