Autor: HARALD BEYER Escuela de Gobierno, UC
Celulares y prudencia
Señor Director: No está en disputa que en la adolescencia temprana se ha elevado la ansiedad y la depresión en las más diversas latitudes. Las causas son fuente de debate, pero la que apunta, como una de otras, al uso intensivo de los teléfonos inteligentes y su interacción con las redes sociales es plausible. Por cierto, en el estado actual de la investigación en este campo, ho se puede considerar definitiva, como tampoco otras explicaciones. Ello, porque la mayoría de los estudios son de corte transversal y los experimentales, escasos. Con todo, la prudencia en el uso de los celulares en el colegio para esas edades es atendible. No supone negar el beneficio de estas tecnologías para la población general. Que los estudios, por su carácter, no aseguren causalidad no parece una buena razón para descartar esa virtud. Se plantea, además, que varios estudios del impacto del uso intensivo de celulares en la salud mental de los adolescentes —por cierto, a partir de correlaciones— arrojan números muy pequeños.
Por ejemplo, si uno se concentra en los estudios revisados para población adolescente de Odger y Jensen (2020), citado en esta misma página por el señor Claudio Ibáñez los coeficientes de correlación obtenidos se moverían entre 0,07 y 0,1 (valores absolutos) (los otros estudios mencionados por el señor Ibáñez o analizados en el artículo citado son para otros grupos poblacionales que no son parte del debate. ) Efectivamente, parecen números pequeños, pero como sugieren Twenge y Hamilton (2022), no es la forma de evaluar su impacto (por ejemplo, mirando solo este elemento se habría descartado el impacto del cigarrillo en el cáncer al pulmón; la correlación solía ser más pequeña). Más útil es el riesgo relativo de desarrollar el síntoma y ahí, como muestran ellas tomando estudios con bajas correlaciones, las diferencias según intensidad de uso son muy marcadas. La prudencia, acotada a estas edades, resulta, por tanto, aconsejable. Además, no es muy evidente qué se pierde en los procesos escolares. Los resultados del uso de estas tecnologías en dichos procesos, en estos grupos de edad, no son particularmente interesantes.