Autor: Lorena Espinosa Olguín Directorade Estudios y Capacitación, Centrode Estudios de las Américas (CEJA) y candidataa doctora, Universidad Diego Portales
LO QUE NO SE CUENTA, NO CUENTA
SEÑOR DIRECTOR: Gisele Pelicotnos ha dejado unaimportante lección: lavergúenzadebe Paraqueeso ocurra, las mujeres tenemos que hablar y alzar la voz; porque lo que no se cuenta, no cuenta.
Sinembargo, me pregunto: ¿ Qué incentivos tiene una víctima para contar siel propio sistema de justicialepregunta por quétarda en hacerlo? ¿ Cómose atreverá a hablar si la semana que recién pasó presenciamos que el juez del caso Errejón dudó abiertamente dela presunta víctima? Eljuez Carreterola cuestionó:"¿ No será que usted quería algo conese sañor?”. Le exigió: "¿ Le dijo (a Errejón) déjame en paz?” Eincluso lajuzgó:”No se entiende que usted nohicieraungesto”; “ustedesunamujeracostumbradaa tratarconel público, ¿cómo no es capaz de decirle que esascondiciones no eran aceptables?”. ¿No seráhorade quelos hombres se cuestionen, juzguenasimismosentodotipo de encuentrosexual? ¿ No será hora de quelos jueces se preguntena símismos porquédudan, cuestionan ojuzgan los relatos de las presuntas víctimas? Tal parece que, junto con la las preguntas también deben cambiar de bando.