La apuesta de Milei
La apuesta de Milei Es clave para el gobierno mantener la fe de los argentinos en su conducción. El paso de Javier Milei por la presidencia argentina se ha hecho notar. Su fuerte personalidad y su forma de enfrentar la debacle financiera heredada luego de décadas de políticas populistas y clientelares han sido los protagonistas de su gestión. Y si bien la propuesta más polémica, la dolarización, ha quedado suspendida, es claro que Milei ha buscado hacer reformas profundas en un país que las necesitaba con urgencia.
El costo de impulsarlas ha sido alto: la economía argentina no solo tuvo un primer semestre negativo, sino que las proyecciones de las grandes instituciones financieras internacionales la sitúan en el último lugar de la r e g i ó n p a r a 2024. Sin embargo, el gobernante ha conseguido frutos que, en su apuesta, debie-ran sentar las bases para una nueva era de crecimiento.
En este sentido, un reciente artículo publicado por el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, en el diario británico Financial Times, destaca que en apenas siete meses las autoridades trasandinas lograron avances notables en la restauración del “muy necesario” equilibrio fiscal, al convertir un déficit primario del 2,9% del PIB a fines de 2023 en un superávit del 1,5% del PIB a fines de agosto pasado. Y con esa política de severa contención del gasto, el gobierno ha reducido dramáticamente la inflación: en septiembre, esta fue de 3,5%, su menor alza mensual desde fines de 2021.
Por cierto, este sigue siendo un registro altísimo, pero también un avance importante para un país que cerró 2023 con un IPC acumulado en docemeses de 211,4%. Pero el plan de reformas va mucho más allá de solo equilibrar las finanzas públicas, pues apunta a una verdadera modernización de la economía argentina, liberalizándola y promoviendo un Estado eficiente.
En esta línea, por ejemplo, uno de los próximos pasos es convertir al Banco Nación, la banca pública, en una entidad solvente y competitiva, incluida la apertura a privados de una parte de su propiedad, mientras se intenta lograr también la resistida privatización de Aerolíneas Argentinas. Nada de ello es fácil.
La semana pasada, el gobierno se anotó un triunfo luego de que la oposición no consiguiera en la Cámara de D i p u t a d o s l o s dos tercios necesarios para rechazar el veto presidencial a laley de financiamiento universitario antes sancionada por el Congreso. Sin embargo, el conflicto desatado ha llevado a masivas protestas, en medio de un clima social cada vez más tensionado.
De hecho, luego de meses de resiliencia, las encuestas empiezan a mostrar una caída en la aprobación de Milei, que ahora se mueve en torno al 40%, mientras la desaprobación se acerca al 60%. Con un 2025 que estará marcado por elecciones legislativas, es clave para el gobierno mantener la fe de los argentinos en su conducción, en lo que pueden ser cruciales las señales económicas de los próximos meses. Con todo, sigue por ahora jugando en su favor la división opositora, donde Cristina Kirchner protagoniza en estos días un sonado regreso, luego de anunciar su decisión de postularse para presidir el Partido Justicialista..