Autor: gAbRIEL ZEgERS, DIRECTOR REgIONAL DE INDAP
Unidad para la soberanía alimentaria
Unidad para la soberanía alimentaria El pasado 4 de septiembre celebramos el día de las campesinas y los campesinos, conmemorando los 57 años de la promulgación de las leyes de Reforma Agraria y Sindicalización campesina.
Miembros y dirigentes de las 16 organizaciones campesinas usuarias de INDAP, trabajadores y trabajadoras del servicio y del Ministerio de Agricultura, autoridades de gobierno y el Director Nacional, nos reunimos para compartir de manera sincera y fraterna, en torno a una discusión central: La unidad, como requisito esencial para el camino de Magallanes a la Soberanía Alimentaria. Existen muchas definiciones para la soberanía alimentaria, las hay de movimientos campesinos de todo el mundo, coordinados internacionalmente por la Via Campesina.
También de la academia, y hoy por cierto, de nuestro Ministerio de Agricultura, en la bien planteada “Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria” (ODEPA, 2023). Todas tienen algo en común: que no basta con tener alimentos en las góndolas del comercio local, sino que importa también de donde vienen, como se producen y quienes lo producen. Por ejemplo, hoy en chile el 54% de las hortalizas y verduras que se consumen día a día provienen de huertas y manos campesinas. Estas huertas y manos han conservado y mejorado los conocimientos, las técnicas, las herramientas y las semillas por generaciones, dándole estabilidad y seguridad alimentaria a nuestro país.
Tanto la experiencia internacional de países llamados desarrollados, como nuestra propia historia, deja en evidencia que las sociedades que promueven la producción local de alimentos a través del fortalecimiento económico de las familias campesinas, tienden a disponer de una mayor diversidad de alimentos y un suministro más estable en el largo plazo.
A eso se suma la menor huella de carbono que emiten los sistemas de producción con base territorial e inclusive, con sistemas agroecológicos, pueden capturar carbono en el suelo, formando así parte de la de solución resiliente al calentamiento global. Lejos de un mero discurso, pareciera ser que el tejido común de la ciencia, los conocimientos milenarios de campesinos y campesinas y hoy, la institucionalidad pública, tienen también un sentido común. El encuentro de organizaciones y Estado, tuvo por sustento una compleja red de vínculos entre campesinas, campesinos, productores, técnicos, administrativos, profesionales, hombres y mujeres de ciencia y tantos otros que han trabajado toda una vida. Vínculos fundados en el afecto y el compromiso social y cuyos frutos están de muestra en la proteína, frutos y hortalizas de las quintas de la región..