EDUARDO CHILLIDA El escultor que poetizó la materia y el vacío
EDUARDO CHILLIDA El escultor que poetizó la materia y el vacío E duardo Chillida (1924-2002) eligió los acantilados de Monte Igueldo, ubicados al final de la ciudad vasca de San Sebastián, para emplazar sus "Peines al viento". Y ancló entre las rocas esas tres impresionantes esculturas de fierro para que el viento y las olas ingresaran en ellas, las hicieran desaparecer y aparecer. Quería que esas monumentales obras se volvieran livianas en el paisaje del mar.
Es su obra tal vez más emblemática, conmovedora y visitada: una intervención artística y de arquitectura que sintetiza sus inquietudes con el trabajo de la materia y el vacío, la fusión con el paisaje y su desafío de la gravedad. "Busca lo que está fuera de ti. Mira más allá... ", decía Chillida. Él buscaba en su obra la luz para sus preguntas.
El trabajo del artista vasco marcó la escultura de los siglos XX y XXI y no solo en España, Europa y Estados Unidos, sino que en Latinoamérica y Chile, aquí son muchos los artistas que lo admiran, lo citan y/o están influenciados por él.
Hace unos días el escultor Mario Irarrázabal recordaba su admiración y fascinación por las obras de Eduardo Chillida, mientras recorríamos su casa taller en lo alto de Peñalolén, y agregaba "lo admiro por sus valores, por su sensibilidad, por su mirada". Chillida era profundamente espiritual y le preocupaba el ser humano. Le interesaba la filosofía. Cuando joven, todo parecía estar destinado a que fuera futbolista. No pudo ser. "Pero para ambos hay que desarrollar la capacidad de controlar el espacio y el tiempo", sostenía. El 10 de enero se cumplieron 100 años de su muerte y se dio inicio a una intensa agenda en España y en otros países para celebrarlo. Hay numerosas exposiciones, libros novedosos (desde biografía hasta un manga) y un documental en estreno.
El Centro de Extensión de la Universidad Católica se une a esas celebraciones y trae en marzo la muestra "El espacio de las cosas". Es una exposición que aborda esa inquietud del gran escultor vasco sobre si "el espacio está antes de que los materiales dibujen sus límites, o los límites acaban configurando el espacio". Chillida planteó y desarrolló un diálogo entre los materiales y el vacío, el espacio, en lo que constituye una de las esencialidades del influyente artista de los siglos XX y XXI. "Vámonos de aquí (París): estoy acabado" Eduardo Chillida nació en San Sebastián y creció en una familia vasca y católica. Su padre llegó a ser un alto oficial y su madre era una muy buena cantante clásica. Eso lo permeó en su sensibilidad hacia la música. Ingresó, primero, a estudiar Arquitectura en la universidad, en Madrid, pero luego se cambió a una escuela de arte a estudiar dibujo. "Dibujar es hermoso y tremendo", decía. Se trasladó a París para ampliar sus horizontes y fue cercano a Pablo Palazuelo, quien lo impulsa hacia la abstracción, la geometría y esa espiritualidad que impregnan sus obras. Conoció allí el trabajo en terreno de Picasso, Brancusi. Pero París... lo agobió. Y le dijo entonces a Pilar Belzunce, su mujer: "Vámonos de aquí. Estoy acabado.
Al llegar comprendí por qué me sentía así: mi país tiene una luz negra, el Atlántico es oscuro". Contaría que la capital francesa lo llevaba hacia la luz blanca de Grecia, del Mediterráneo y ello le confundía su mirada y estética. En el País Vasco empezó su luminosa carrera, primero con tímidas obras en hierro y madera. Su pieza "Ilarik" marcó un antes y un después: delineó los conceptos de su obra madura como es el espacio, la materia, el vacío y lo espiritual. Para él, las cuestiones de fe estuvieron siempre muy unidas a su arte. "Mi concepción del espacio tiene una dimensión espiritual y filosófica. Mi rebelión contra las leyes de la gravedad tiene un aspecto religioso", comentaba, según recordó la experta e historiadora alemana Christa Lichtenstern.
En el parque museo Chillida Leku --"lugar de Chillida", el espacio más íntimo y personal del artista-en Hernani, partieron las celebraciones con una de sus exposiciones más completas: "El universo Maeght", en la que se exponen obras suyas junto a las de artistas que recuerdan la comunidad privilegiada que se formó en la galería francesa junto a Giacometti, Braque, Calder, Chagall, Miró y Palazuelos. Su individual en la galería Maeght le abrió las puertas, en 1956, al reconocimiento internacional.
El museo Chillida Leku fue reabierto hace solo unos años y constituye entre su casa de piedra, austera y cálida, en la que se despliegan obras junto al parque de muchas hectáreas, una de las visitas privilegiadas para el mundo del arte en el hermoso País Vasco. Es un viaje a su ambiente más personal. Cómics, libros, cine y novedosas exposiciones En las letras y libros hay también sabrosas sorpresas. Se publicará un cómic con "El mapa de Chillida", que editará Norma. El proyecto "Escritos de Chillida" es una biografía ilustrada del gran artista. Y entre las novedades resalta una inédita recopilación de vivencias en "Una vida para el arte", que publica la editorial Galaxia Gutenberg y HW Publisher. En cine arte, este mes, se estrena "Ciento volando", un documental sobre Chillida, dirigido por Arantxa Aguirre, que busca llevar el lenguaje audiovisual del autor a la experiencia de Chillida Leku. En mayo se suman significativas exposiciones como la del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Estará dedicada a su obra en espacios públicos, en hierro, acero, madera, hormigón. Se trata de uno de los pasajes de más interés de Chillida, pues proyectó y emplazó obras y monumentos en medio de la arquitectura, del patrimonio natural e histórico del Viejo Mundo. Y emplazó obras en "Honor a la luz", a la música. Está su "Elogio del agua". Se contempla una muestra individual en Menorca. También se suma el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
La Fundación Chillida, impulsora del centenario, subraya tres muestras fuera de España: la inaugurada en el Museo Würth de Alemania; la que abrirá el Museo de Arte de San Diego en 2025 y la de la Universidad Católica, que se inaugura en marzo. Esta muestra --iniciativa de esa casa de estudios enmarcada en traer artistas internacionales trascendentes-surge en diálogo con la Fundación Chillida y expondrán hermosas piezas, dibujos, grabados y también libros de artista. Gira en torno a esa pregunta clave del artista vasco: el espacio y los límites. Para él, el espacio está presente en todo. "El espacio de las cosas gira alrededor de esa reflexión sobre el límite, la escala, el tiempo que inunda su obra", subraya la curaduría.
Se exhibirán maquetas (piezas en sí), como la que hizo para su monumental obra abstracta geométrica en la Plaza de los Fueros, en Vitoria (Bilbao); el "Elogio del horizonte 1", "Elogio del agua" (en la imagen) y su proyecto "Buscando la luz". También expondrán obras de su serie "Gravitación" y aquellos sutiles esbozos de manos. El imaginario social y sus homenajes a la tolerancia conforman parte destacada de su trabajo. Y entre los libros de artista, la UC expondrá el que hizo con el filósofo Martin Heidegger, con quien fue muy cercano. La publicación recoge textos y obras de Chillida.
También llegan a la muestra libros sobre Isidora Khan, Jorge Guillén y su delicado libro de artista "Homenaje a Bach". Obra pendiente en una montaña "vaciada" La lectura y diálogos con poetas, músicos y filósofos fue una constante y marcó su poética constructiva. Fue muy cercano a la poesía. Y uno de esos poetas cercanos fue el premio Nobel Octavio Paz. El gran escritor y también crítico de arte mexicano apuntaba que las obras de Eduardo Chillida "son como un pájaro.
Son un signo en el espacio". Uno de los proyectos de arte de Chillida más ambicioso pero inconcluso es un Homenaje a Hokusai (1760-1849), de 1992, en hormigón y acero, dedicado a ese gran dibujante, pintor y grabador japonés, de la Escuela Ukiyo-e del período Edo; autor de las "Treinta y seis vistas del monte Fuji". Se unían --a través del tiempo-en esa fina y profunda sensibilidad hacia la naturaleza, la belleza y el patrimonio que resuenan en sus imaginarios: en el dibujo magistral de Hokusai y en la potencia tridimensional del artista español. La música integró también algunas de las más significativas creaciones. El compositor Johann Sebastian Bach era su favorito. Inspiró muchas obras y le hizo una serie de homenajes con esculturas en granito, acero y terracota concebidas como gravitación, en fusión entre el espacio, el tiempo, la escultura y la música. Fue expuesto, primero, en la Escuela San Fernando de Madrid. Y varias de ellas se han emplazado en el espacio público de diversos países. "La sirena varada" que hizo emerger del suelo, en Madrid y en Toledo, está marcada por su infancia junto al mar.
Y entre sus primeras piezas notables está la serie "Elogio de la luz", en alabastro, en la que utiliza la técnica del vaciado que desarrollaron en la Grecia clásica y el Renacimiento... En Alemania hay una decena de importantes obras públicas como su emblemática "Berlín", un encargo del gobierno alemán que simboliza la reunificación alemana. Hay esculturas públicas desde Houston a Catar. Pero Chillida dejó pendiente tal vez uno de sus más desafiantes proyectos y en homenaje a la tolerancia, en la montaña de Tindaya.
Quería "vaciar el cerro en donde el espacio interior no sería visible desde su exterior, pero los que entraran en ella verían la luz del sol y de la luna, dentro de una montaña volcada al mar y al horizonte inalcanzable, necesario e inexistente", explicó.
No sin motivo, el artista al referirse a su obra hablaba de "un enigma estético y de un asombro poético". CECILIA VALDÉS URRUTIA 100 AÑOS Entre un enigma estético y un asombro poético EDUARDO CHILLIDA CORTESÍA SUCESIÓN E. CHILLIDA Y HAUSER & WIRTH. © ZABALAGA-LEKU. SANTIAGO. VEGAP, 2024 "Peines del viento" en San Sebastián. Una obra que estremece. EFE "Plaza de los Fueros", Chillida, Vitoria, Bilbao. El escultor vasco inserta y realza el patrimonio urbano. La arquitectura con su abstracción geométrica dialogan. GENTILEZA SUCESIÓN CHILLIDA/ STGO VEGAP 2024 "Elogio al agua", Barcelona. La materia y el vacío, la gravedad, son constantes. "Mi concepción del espacio tiene una dimensión espiritual", señalaba. "Berlín", año 2000. Esta celebrada escultura fue un encargo del gobierno alemán, emplazada en la cancillería y en diálogo con el lugar. Celebra la reunificación de ese país. El escultor que poetizó la materia y el vacío Chillida en su taller.
Partió estudiando arquitectura, siguió con dibujo. "El dibujo es hermoso y tremendo", sostenía SUCESIÓN CHILLIDA/STGO VEGAP 2024 Cerca de 20 exposiciones que recorren museos del mundo, un filme y ocho nuevos libros se presentan en el centenario de Chillida, genial creador de un lenguaje escultórico "ingrávido". Un artista que fusionó su obra con el paisaje, el patrimonio y las artes, en una renovadora propuesta abstracta. La U. Católica trae también una exposición de este gran artista vasco..