Autor: JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA
El complejo panorama de Líbano, atrapado entre un Estado débil y el poder de Hezbolá
El complejo panorama de Líbano, atrapado entre un Estado débil y el poder de Hezbolá La nación es uno de los grandes escenarios del conflicto en Medio Oriente:La intensificación de la guerra entre Hezbolá e Israel no solo convirtió a Líbano en uno de los frentes principales del conflicto en Medio Oriente, sino que también dejó en evidencia la fragilidad crónica de su Estado.
La nación que hace décadas era reconocida como un importante centro cultural y económico en la región, hoy enfrenta la división política y sectaria que dejó de herencia su guerra civil, una severa crisis económica y un gobierno que ha mostrado ser incapaz de responder a las necesidades de la ciudadanía y de contener el gran poder de la milicia chiita Hezbolá en todos los ámbitos de la sociedad. n Un gobierno fracturado e ineficienteEl gobierno de Líbano tiene serias dificultades para ejercer control total sobre su territorio hace décadas, principalmente por el sistema de reparto de poder basado en lineamientos religiosos, y que surgió a raíz de la guerra civil que entre 1975 y 1990 enfrentó a las tres confesiones más importantes del país: los cristianos maronitas, los musulmanes chiitas y los musulmanes sunitas.
Y aunque ese sistema tenía por objetivo equilibrar los intereses de los distintos grupos de la población, las diferencias religiosas han sido un obstáculo constante para que los gobiernos puedan implementar políticas públicas coherentes y han llevado a que el Ejecutivo se vea obstaculizado por factores internos. La falta de acuerdos entre los partidos ha obligado en varias ocasiones a dejar vacante el cargo de Presidente (jefe de Estado), como ahora, que está desocupado desde 2022. “Hay grandes tensiones sociales y políticas en Líbano desde hace años, que han llevado a un gobierno cada vez menos eficiente”, dice Imad Salamey, profesor deSSERPDETAICOSSAEHTto actual. Con ello, además, gana popularidad entre la población”, afirma James Worrall, especialista en Medio Oriente de la Universidad de Leeds.
Facciones cristianas y sunitas acusan hace años que Hezbolá ha “secuestrado” al Estado libanés por medio de su fortaleza militar, al actuar constantemente al margen del gobierno, como hizo con la serie de ataques sobre Israel que llevaron a la actual operación militar israelí en Líbano.
Los críticos de la milicia la acusan de funcionar como herramienta de la influencia política de Siria, que desde 1991 hasta 2005 mantuvo una ocupación en el país, y que hoy tiene importantes nexos con el régimen de Bashar al Assad, al punto de que Hezbolá cuenta con milicianos y bases de operación en territorio sirio. n Las debilitadas fuerzas libanesasA pesar de ser el ejército oficial del país, con unos 80 mil efectivos activos y 38 mil en reserva, las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) prácticamente no han tomado parte del conflicto en el sur entre Hezbolá e Israel, ya que carecen del arsenal necesario y tienen graves problemas financieros que han deteriorado su preparación a lo largo de los años. Y aunque países como EE.UU. y Francia han donado equipos y dinero para ayudar a las FAL, su situación sigue siendo muy precaria.
Su falta de capacidades es tal, que las FAL no pudieron implementar junto a la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano la resolución de 2006 de la ONU que estipula el desarme de las milicias en el sur de Líbano, en particular de Hezbolá (y que puso fin a la guerra entre la milicia chiita e Israel ese año). Esta disparidad significa que, a pesar de ser el ejército nacional, en un conflicto como el actual las FAL juegan un papel muy limitado, manteniéndose al margen de los principales combates, incluso en el caso de una incursión terrestre transfronteriza como la que lanzó Israel hace algunos días. “Las FAL no pueden enfrentarse a Hezbolá, porque eso sería llamar a una guerra civil.
Están, al igual que casi todo el Estado, muy atadas de manos frente a Hezbolá”, dice Salamey, quien agrega que el Ejército tampoco tiene “la capacidad” de hacer frente a las fuerzas israelíes. n Líder iraní carga contra IsraelEl líder supremo de Irán defendió ayer en un inusual sermón el ataque con misiles contra Israel de esta semana y prometió que sus aliados en Medio Oriente seguirán luchando contra el “enemigo”. Este discurso, pronunciado en árabe y no en farsi, el idioma más hablado en Irán, fue el primero del ayatolá Ali Jamenei desde que la República Islámica lanzara el segundo ataque de su historia contra Israel.
“Lo que hicieron nuestras fuerzas militares fue el menor de los castigos por la agresión del régimen israelí”, afirmó Jamenei, quien sugirió la posibilidad de nuevos atentados al señalar que “volveremos a tomar decisiones (contra Israel) cuando sea necesario”. ciencias políticas y asuntos internacionales de la Universidad Libanesa Americana.
Otra evidencia es la mala gestión de dificultades internas, como la crisis que el país arrastra desde el colapso financiero de 2019, que resultó en la pérdida de los ahorros personales y una devaluación del 98% de la libra libanesa.
Entonces vino la pandemia de covid-19 y, peor aún, la explosión en el puerto de Beirut en 2020 una de las mayores no nucleares registradas en el mundo y que según investigaciones de medios y grupos de DD.HH. tuvo su origen en la negligencia, corrupción y mala gestión del Ejecutivo. Hoy la investigación está estancada, el puerto devastado si-gue intacto, con sus enormes silos destrozados y rotos, como símbolo de un país en ruinas. Un reporte de mayo del Banco Mundial reveló que la pobreza se ha triplicado en 10 años.
El 44% de la población vive en la pobreza monetaria, pero si se considera una definición multidimensional (acceso a cuidados de la salud, a energía, a educación), más del 73% de residentes libaneses y casi todos los no libaneses (principalmente sirios) están en la pobreza.
Salamey considera que debido a esta poca capacidad de respuesta y recursos del gobierno la extensión del conflicto hacia Líbano puede ser “catastrófica”. Es que con los combates que comenzaron hace un año, sobre todoen el sur, la agricultura ha sufrido un fuerte impacto: las tierras se han contaminado, los agricultores se han tenido que desplazar, se han interrumpido las cadenas de suministro y se ha dañado la infraestructura, amenazando, además, a los cultivos orgánicos, consigna la Deutsche Welle. El economista libanés Roy Badaro comentó a la cadena alemana que antes de la guerra había una parte de la economía que se estaba recuperando. Pero que hoy, sobre todo quienes dependen de un salario fijo, están sufriendo las consecuencias del conflicto armado.
Entre los sectores más afectados se halla el turismo, que está “esencialmente muerto”, dice el economista: “La mayoría de los clubes y los restaurantes están prácticamente cerrados, con una caída en la actividad de al menos 50%, y hasta el 60% o 70%”. n Un Estado paraleloSurgido como una milicia chiita en respuesta a la invasión israelí de Líbano de 1982, en el marco de la guerra civil, Hezbolá es hoy una de las fuerzas políticas y militares más poderosas del país: se calculaque tiene unos 30 mil combatientes en activo y 20 mil más en reserva, principalmente infantería ligera, según el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) y de acuerdo con las estimaciones recientes de diferentes fuentes (anteriores a la actual ofensiva israelí) tendría entre 120.000 y 200.000 cohetes y misiles, la mayor parte de ellos tierra-tierra no guiados y que se transportan fácilmente, consigna El País. Con esos recursos es considerada la fuerza paramilitar más importante de todo Medio Oriente y es calificada como una organización terrorista por países como EE.UU. y Reino Unido.
La milicia chiita cuenta con el apoyo de Irán y tiene amplios recursos, lo que le ha permitido construir una suerte de estructura paraestatal dentro de Líbano, particularmente en las áreas de mayoría chiita, como el sur del país y algunas zonas de Beirut, donde el grupo proporciona servicios sociales, sistemas de salud, educación y seguridad, con lo que llena vacíos dejados por el Estado. “Hezbolá en muchos aspectos funciona más que el propio gobierno, al menos antes del conflic-. Las fracturas políticas han paralizado al gobierno, mientras la milicia chiita cimenta su posición en la nación. La nación es uno de los grandes escenarios del conflicto en Medio Oriente: terrestre en el sur de Líbano, Israel sigue con los bombardeos sobre bastiones de Hezbolá en Beirut, como Dahiyeh, en la foto.