Reflexión sobre el diaconado femenino
Reflexión sobre el diaconado femenino Reflexión sobre el diaconado femenino HUI\4Ñ1TAS POR MCCHCLINATCÑACC El artículo que prosentomnto continuación correspondo al oporto de Ja teólogo Mechetinu Tesoro en tu meso redondo “Lo mujery los ministerios, status quuestionis” del Simposio lntemacionol “Puro una teologiafnndueoentatdol sacerdocio” realizado en Romo entre el uy el cg defebrero del uño 2022, del csut Revista llumunirus fue nno de los auspiciadoros. Merhelino Tesoro es Cutedrétiro de Teología en taponlificia t. tuíversidud Gregoriana donde importe materias relativos a la antropología teológico, el Oriente cristiano y tu teología espirirual. En la mismo facsltadue directora del Departo monto de Teología Fundamental de 20110 2008. Desde 2018 es consultora dolo Congregación para la Doctrino dolo Fe, Agradecemos al Centre de Recherche of dAntloropologie des Vocafions par permitirla publicación de Oste artículo en el nso7 de nuestra revista. Lo comisión que el Papa Francisco instituyó en 2olñ para el diaconado femenino fue una sorpresa para los miembros llamados a participar en olla. La mitad, sois, éramos mujeres. Fue un acontecimiento que pretendía estar dentro dolo reflexión teológica do la Iglesia católica.
Ynofracasóen su cometido, Ida tenido un impacto cayos primerossignosyahomosempozado a ver el moto prnprio Spirilns Domini, Domini, del xx de enero de 2021, habla del acceso dotas personas de sexo femenino al ministerio instituido del lectorado y el acolitado. Más allá de esta perspectiva de estudio interno, la tarea aleta comisión comisión se entendió deforma reducida y poco apropiada.
Como sise tratase deencontrarargomontoshistóricos pata restauraron ministerio femenino femenino atestiguado con el término “diaconisa” en los primeros siglos (en algunas cartas de san Pabloyen otros documentos analimdos por la comisión). La comisión tenía la tarea de estudiar, sí, poro no de restituir. Al menos potalas motivos vinculados con la Escritura y lo Tradición, No so lee la Escritura pata justificar una corriente de pensamiento. Y el estudio de la Tradición no quiere reactualizar algo del pasado.
La Escritura se loe en elEs píritu la revelación yta Tradición soleo en la letra la historia De otro modo, socorre el riesgo de traicionar la novedad que el Espíritu aporta a cada momento do la historía, En la Escritura yen la tradición aleta Iglesia primitiva se menciona alas diaconisas, Lo que so deduce de ello es la participación dotas mujeres en la evangelización de la caridad para todos y la presencia de mujeres en los servicios (ministerios) que las hartan estocen contacto con otras mujeres en sto lugar donde laroltoradelpudorasiloindicaba (sobre todo pura elbautismoyla unción dolos enfermos). La cuestión que se plantea hoy es, por tanto, diferente, ¿es necesario restablecer un servicioministerio? servicioministerio? ¿ Porqué razón? ¿ No deberíamos quizá preguntarnos preguntarnos más bien qné ministerio necesita hoy el pueblo de Dios? Lo valiente hoyos la novedad, nola mora restauración de algo que pertenece al pasado. Elio tentoderestaurarosanacrónica. La búsqueda de la novedad es profética porque la novedad ha de tener en cuenta el camino de rrecímietstodenttodeloscambios culturales, socialesyteológicos.
La primera comisión que so dedicó a la investigación histó [ “Entonces, ¿por qué es tan importante y urgente instituir ministerios para las mujeres No por un reconocimiento de la dignidad de las mujeres, sino por un reconocimiento de la verdadera identidad de la Iglesia.
Es la iglesia la que necesita a las mujeres y debe llamarlas al servicio”,. Reflexión sobre el diaconado femenino Reflexión sobre el diaconado femenino rica estableció algunas datas indiscutibles, Evoco tres de ellos: En la Iglesia primitiva había diaconisas; había un cito propio vinculado vinculado a este ministerio; y la presencia de diaconisas ha desaparecido por completo en la Iglesia latina.
Sin embargo, el verdadero éxito de la comisión fue que abrió un caminoy orientó en varias direcciones: la desaparición de las diaconisas no implicó la desaparición de las mujeres en la Iglesia; la santidad de las mujeres se ha reconocido sin ninguna discriminación;y la diaconía el servicio, se ha desempeñado sin “ministerio instituido”. ¿Porqué razón ahora hay que reflexionar sobre la historia de los ministerios que no se han conferido a las mujeres? Porque este momento histórico de la ausencia de las mujeres en tos ministerios ha coincidido con una deriva “machistaclericalista” de la Iglesia que no ha permitido que resplandezca su verdadero rostro de humanidad nueva, donde hombres y mujeres estén revestidos dula misma dignidad de hijos. Entonces, ¿por qué es tan importante y urgente instituir ministerios para Iatmujeres? No por un reconocimiento de la dignidad de las mujeres, sino por un reconocimiento de la verdadera identidad de la Iglesia. Es la Iglesia la que necesita a las mujeres y debe llamarlas al servicio. A partir de esta llamada de la Iglesia, las mujeres podrán responder “sí” y hacer fructíferos sus dones para el bien de todos. Si la Iglesia no las llama, es probable que un ministerio se considere un derecho. Pero servir no es un derecho, sino un deber.
De este deber de servir como hizo jesús, la Iglesia da cuenta también, a través de su estructura jerárquica, de que debe preguntarte preguntarte constantemente cómo servir mejora la humanidad en su búsqueda de la salvación ysegúnla forma más conforme al mandato del Maestro. Este es el ámbito del discernimiento de la Iglesia sobre los ministerios de las noujeres: el bien del pueblo de Dios en contextos geográficos, geográficos, culturales, eclesiales tan diferentes.
Para que no sea una respuesta dictada por el vaivén de una ideología feminista que ha argumentado demasiado sobre el derecho, la reflexión sobre los ministerios tiene que regresar a lafuente: al bautismo donde nace y florece toda vocación.
Así se constata algo que nunca le falta a un bautizado: al haber entrado como nueva criatura en la muerte y la resurrección de Cristo, es partícipe de su sacerdocio y, por ello, incorporado a la dignidad del cuerpo que continúa en la historia para asegurar el camino al Padre, La dignidad del bautizado es la dignidad de todos, hombresymujeres. Lo recuerda en muchas ocasiones el Papa Francisco. El bautismo es la fuente indiscutible indiscutible de la santidad de todos. Si partimos de ahí, descubriremos cómo enunciar el servicio yen relación con qué ministerios. Porque la dignidad no tiene que ver únicamente con el servicio sacerdotal: deahique sea una contradicción pensar que concederel sacerdocio alas mujeres seria una manera de reconocersu dignidad. El servicio viene determinado por la necesidad, por la exigencia, por la urgencia de la caridad. ¿Qué necesitan los hombres ylas mujeres de hoy? Salvación, testimonio, reconcdiación, comunión, formación. Por eso, la Iglesia reconoce reconoce carismas o llama a “servicios”, para que el edificio esté asentado en la caridad. De manera que no se trata de restablecer el diaconado femenino; sería demasiado pobre si se limitase alas funciones que tuvieron las diaconisas que ha conocido la historia. Delo que se trata es de hacer algo más: escuchar qué le sugiere el Espíritu ala Iglesia para que serestablezcaelcostro tnasmlinoyfemenino de la humanidad hacia el Reino. Respetando la vocación de cada uno, sin permitir que la diversidad sea usada en contra unos de otros, sino haciendo que se reconozca como un beneficio de los unos hacia los otros.
De lo contrario, se corre el peligro de que el “sacerdocio común” permanezca como una expresión sin cuerpo, como un espejismo en espera de la realidad, Tal vez haya otro peligro, la promoción de los laicos, y por tanto de las mujeres, que consiste la mayoría de las veces en dejarles entraren la zona gris del sacerdocio minis “Porque la dignidad no tiene que ver únicamente tun el servicio sacerdotal, de ahí que sea una contradicción pensar que conceder el sacerdocio alas mujeres seria una manera de reconocer su dignidad.
El servicio viene determinado par la necesidad, por la euigencia, por la urgencia dela caridad”, En la imagen, Papa Francisca so reúne can Hermanas Tr, nitarias en el Vaticano, 2023, @Filippo ManteínrteAFPlGetty Images terial, lo más cerca posible del altar en la celebración eucarística. Celebración que es considerada como la única realidad digna, porque allí solo “actúa Cristo en persona”. El Cristo hombremasculino (no mujer) es una realidad vinculada a la lógica de la encarnación.
El Salvador, por respeto ala humanidad que ha querido asumir, nació como un niñovarón enel que quedó grabada la antigua alianza mediante la circuncisión; para revelar la dignidad de la humanidad femenina nace de una mujer que, “llena de gracia”, se convierte enla primera redentora asuntaalos cielos en la morada de laTrinidad, Creemos que la cuestión de los ministe ríos de la mujer tiene dos reducciones: la reducción de la dignidad de todo ministerio a la dignidad del sacerdocio ministerial, y la reducción de la dignidad del sacerdocio ministerialal sacerdocio de Cristo en cuanto “varón”. Esta reducción no es conforme a la fe: el Hijo, segunda persona de la Trinidad, es nuestro Salvador en cuanto persona de naturaleza humana y divina.
La salvación abarca atados, hombresymujeres, en cuanto personas diferentes, ¿A qué reflexión nos conduce esta consideración consideración de la fe? Hombre y mujer son dos realidades que expresan una diversidad complementaria respecto a la reproducción: de acuerdo con su propio “género”, los hombres “engendran” ylas mujeres “traen al mundo”. Así, simbólicamente, hombresy mujeres participamos del único sacerdocio de Cristo que ha confiado ala Iglesia a los que “engendran” en virtud del sacerdocio ministerial y a los que “traen al mundo” en virtud del sacerdocio común en una dependencia y sostén recíprocos.
La reflexión sobre los ministerios de las mujeres en la Iglesia no puede prescindir de una teología renovada sobre la persona humana antropología que considera lo masculino y lo femenino de acuerdo con la creacióny con la vocacióny esta antropología antropología de lo masculinoyde lo femenino debe ser el fundamento de la reflexión sobre los ministeriosenelcontetrtodeunaeclesiología de comunión en un camino de sinodalidad, Me gustaría concluir con las palabras del título de un libro de Bernard Pottier, uno de los miembros de la comisión. Tan solo añadiré un signo de interrogación al final del litulo. Le diurovutférniviu. ludio et bieutet. Yo diría: el diaconado de las mujeres; ¿ en el pasado y próximamente? Continuarál;1] uAN ItAS;0] Veintiséis uf os sirviendo al encuentro de late y la cultura www, humarsitas. cl.