“La pregunta sobre LA EXISTENCIA DE DIOS sigue rondando hoy”
“La pregunta sobre LA EXISTENCIA DE DIOS sigue rondando hoy” "Las ciencias no pueden demostrar ni refutar la existencia de Dios, pero sí proveen una plataforma para el diálogo interdisciplinar", señala Juan Larraín, director del Instituto de Éticas Aplicadas de la UC. FELIPE BÁEZ B. E l genetista Francis Collins (1950) es uno de los científicos más relevantes de Estados Unidos. Dirigió el proyecto Genoma Humano y los National Institutes of Health, tras ser designado por el presidente Barak Obama. Conocido como un "cazador incansable de genes", poco después de leer la obra "Mero cristianismo" de C.S.
Lewis, Collins se convirtió al cristianismo, "tras una extensa caminata en otoño". En 2007 escribió su comentado libro "¿ Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe" y creó el centro BioLogos, para abordar temáticas científicas, religiosas y sus intersecciones. Terreno pantanoso y origen de frecuentes controversias, los lazos entre ciencia y religión han sido, desde hace siglos, un asunto que muchos académicos prefieren esquivar. Pastelero a tus pasteles, sería la consigna. Pero el tema interesa hoy y diversos centros de estudio, como Oxford, Edimburgo y Columbia, tienen programas académicos dedicados a estudiar la relación entre ciencia y religión. También aparecen nuevos libros, como "Dios. La ciencia. Las pruebas", que ha logrado un gran éxito editorial en Francia y ya se tradujo al español.
Esta obra, escrita por los ingenieros Michel Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, contó con la colaboración de una veintena de científicos y explora, por ejemplo, cómo la relatividad y la expansión del universo podrían sugerir la existencia de Dios. Se trata de un libro de divulgación que incluye pruebas vinculadas a la ciencia y también a otras esferas, en una mezcla curiosa, que ha dado que hablar. Juan Larraín, bioquímico chileno y PhD en Biología Celular y Molecular, ya se leyó el libro. Nada raro, pues siempre le ha interesado el diálogo entre ciencia, religión y filosofía. Durante décadas, Larraín investigó sobre el nacimiento del sistema nervioso y también su regeneración, pero también estudió un Máster en Filosofía, Ciencia y Religión en la Universidad de Edimburgo. Exvicerrector académico y de investigaciones de la UC, hoy se enfoca en las líneas de la ética y filosofía de la ciencia y dirige el Instituto de Éticas Aplicadas de la UC. Entre esas labores, Larraín se hizo un tiempo para conversar con "El Mercurio". "Me llama la atención el alto interés por este libro en Francia. También por otras obras similares, como la del profesor Joseph Ramos en Chile.
Esto muestra que la pregunta sobre la existencia de Dios sigue rondando hoy, algo que podría ser inesperado en nuestro mundo secularizado". Las esquirlas del Big Bang --La teoría del Big Bang, que propone un momento inicial del universo, es abordada en este libro como posible "prueba" de la existencia de Dios. "Creo que aquí vale la pena hacer una precisión. Dar la idea de que la ciencia provee pruebas empíricas que demuestran la existencia de Dios --o que, por el contrario, demuestren que Dios no existe-puede inducir a una confusión. En palabras del biólogo evolutivo Stephen J.
Gould, `la ciencia no es teísta ni atea, es solo ciencia'. Es importante tener claro que hallazgos científicos como el Big Bang, que demuestra que el universo se habría iniciado hace 13.800 millones de años, no son una prueba directa ni a favor ni en contra de la existencia de Dios". "Lo que sí permiten hallazgos como el Big Bang es un diálogo fecundo entre disciplinas diferentes, en este caso, entre la cosmología, la filosofía y la teología. Si se analiza desde la razón, para explicar que exista algo donde antes no existía nada, se requiere de una creación, entendida como el dar existencia y no solo como un cambio.
Más aún, como indica el profesor William Carroll, creación no significa un acontecimiento específico y acotado en el tiempo, sino que es la causa permanente y constante de todo lo que existe, lo que implica la existencia de un creador que causa cuando se empieza a existir, y que es la causa del ser todo el tiempo que estos entes existen". --En el prólogo del libro, el Nobel de Física Robert W. Wilson se refiere al "impacto de la teoría del Big Bang en nuestras creencias y representación del mundo". "Lo comparto plenamente. Los hallazgos de la ciencia permiten conocer y maravillarnos respecto del universo, y en especial de todos los seres vivos.
Esto sin duda nos lleva a representarnos el mundo de manera diferente y a hacernos preguntas tales como ¿ por qué existe algo?, ¿qué es el ser humano? Interrogantes que tienen que ver con el sentido y significado de la realidad y que para ser respondidas requieren de la filosofía y de la teología, así como también de las humanidades y las artes en general". Darwin, Dios y la biología --Así como cita los descubrimientos de la física, el reciente libro se refiere a hallazgos matemáticos y biológicos. "Los avances en biología han sido impresionantes. Pero no comparto los argumentos del libro sobre la aparición de la vida y la complejidad. Creo que se basan en la idea más bien creacionista o de diseño inteligente de que por ser los seres vivos tan complejos, no se podrían explicar como parte del proceso evolutivo. Se desconocen así las evidencias que existen en favor de la teoría de la evolución de Darwin.
Ahora, tampoco comparto el argumento contrario, esto es que la existencia de los seres vivos podría ser explicada solo en base a la selección natural y que, por ende, la evolución habría demostrado que Dios no existe.
La humildad intelectual ayuda a aceptar que estamos lejos de comprender a cabalidad cómo apareció lo vivo desde lo inerte". "Pienso que la teoría de evolución de Darwin explica de muy buena manera el proceso de cambio, es decir, señala cómo los seres vivos, incluidos nosotros los humanos, llegamos a ser lo que somos en cuanto a material biológico.
Sin embargo, no explica el ¿ qué somos?, y ¿ cuál es el significado y sentido de la vida? Aceptar una respuesta a dichas preguntas solo en base a la teoría de Darwin sería reducir a los seres humanos a ser solo materia". --¿ Hay un giro ahí, tras el rechazo inicial de la teoría de la evolución por parte de varios credos religiosos? "A mi entender, el cristianismo, incluyendo la Iglesia Católica, nunca ha manifestado un rechazo oficial y transversal a la teoría de la evolución.
Quizás en un principio se mantuvo un cierto silencio, pero ya en Humani Generis, con Pío XII (1950) y luego de forma definitiva en diversas alocuciones de Juan Pablo II y sus sucesores, se estableció con claridad la compatibilidad del magisterio católico con la teoría de la evolución.
Esto en la medida que esta teoría explica cómo los seres humanos llegamos a ser lo que somos en cuanto a material biológico, pero no provee una explicación completa para entender a cabalidad qué es el ser humano, ya que solo se enfoca en sus aspectos materiales.
Y tampoco la teoría de la evolución explica cuál es la causa de la existencia de algo en lugar de nada". Dialogantes o entrometidos --En el libro está la tesis del "gran vuelco", desde una oposición entre ciencia y fe a un diálogo. ¿Concuerda? "Vuelvo a comentar que las ciencias no pueden demostrar ni refutar la existencia de Dios, ya que miran la realidad desde otra ventana, pero sí proveen una plataforma para el diálogo interdisciplinar. Es cierto que con el inicio de la revolución científica se instaló la idea de un mundo determinista y controlado por la ciencia que parecía incompatible con la existencia de Dios. Pero no tengo tan claro si ha existido un vuelco tan grande.
Siempre han existido autores que han defendido la necesidad del diálogo interdisciplinar, quizás no del todo escuchados". "Siempre ha existido, y pienso que seguirá existiendo, la tensión y el desafío de instalar un diálogo entre ciencia y teología. Eso requiere que ambas perspectivas tengan amplitud de mente para escuchar al otro y comprender cuáles son los límites de cada saber. Las ciencias, la filosofía y la teología son ventanas con diferentes perspectivas.
Un diálogo armonioso requiere que las personas de cada disciplina tengan honestidad intelectual y eviten el traspaso o intromisión epistémica". --¿ Qué implica evitar la "intromisión epistémica"? "Tener la precaución de no usar la experticia en un saber para hablar de otros saberes. Cuando se habla desde la filosofía o la teología, no se tiene la autoridad epistémica para establecer cómo funcionan las cosas. Tampoco desde las ciencias es posible tener respuestas definitivas respecto de la existencia o no de Dios.
Para evitar la intromisión epistémica, se requiere distinguir de forma explícita cuándo se está hablando desde el área de conocimiento propia de cada experto y cuándo se dan opiniones no fundamentadas en el quehacer de investigación". -¿Cómo puede haber un legítimo cruce de perspectivas si cada disciplina tiene su autonomía y límites? "Si aceptamos que la realidad tiene distintas dimensiones, entonces para poder comprenderla requerimos diversas perspectivas, pero no meras opiniones, sino visiones desde el conocimiento fundado y justificado.
Si pensamos que la realidad es solo materia, entonces bastan las ciencias naturales, pero si reconocemos otras dimensiones, necesitamos el diálogo de saberes para comprender la realidad en sus distintas dimensiones". Amores y razones --¿ Corresponde hablar de Dios en la universidad, donde la idea es desarrollar un saber racional? "Sobre la existencia o no de Dios, me parece importante que dicho tema no sea excluido de la investigación académica, para lo que es necesario el desarrollo de la filosofía, la teología y también de los estudios de la religión. Muchas universidades que hoy no se declaran como confesionales tienen programas y unidades académicas sobre esas temáticas.
De igual forma, en las universidades con una identidad religiosa, creo que debemos tener un fuerte y central desarrollo de las perspectivas propias de nuestra identidad en todas las disciplinas, pero para poder buscar la verdad necesitamos también construir comunidades con perspectivas y miradas diversas". --¿ Podemos llegar a Dios por la razón? "Pienso que sí y esto es algo en que las universidades, en especial las de identidad católica, podemos aportar como una posibilidad desde el punto de vista de la aproximación desde la razón.
En lo personal pienso que la razón es un camino que ayuda, junto a la fe, a llegar al `Dios de los creyentes' de forma más robusta y más armónica". --En su experiencia, ¿es complejo el diálogo del que se habla en el mundo académico actual? "Esa pregunta nos lleva al tema de la importancia de la pluralidad en las universidades.
Una de las misiones de las universidades es la búsqueda de la verdad, que no es lo mismo que poseer la verdad. ¿Cómo podemos entonces aproximarnos a la verdad? Desde la filosofía se plantea la idea de una epistemología social.
Esto es, que para poder buscar la verdad se necesita construir comunidades académicas plurales, que sean diversas y balanceadas en cuanto a su sexo, lugares de formación, escuelas de pensamiento y trayectorias de vida, entre otras cosas.
Así se pueden abordar los problemas desde distintas perspectivas, y fruto del intercambio de ideas y la crítica cruzada podremos avanzar en la búsqueda de la verdad". --¿ Sería una verdad socialmente construida? "Ese es un gran tema en filosofía de la ciencia y podría conducirnos a una suerte de `constructivismo'. Pero esa no es la idea, lo que dice la epistemología social es que al tener múltiples perspectivas se puede dar la corrección y crítica cruzada, pero en ningún caso eso significa llegar a un acuerdo, ya que no todas las críticas podrán ser validadas.
Así es como se logra el avance". CONTROVERSIA Juan Larraín y su mirada al diálogo entre ciencia, religión y filosofía: "La pregunta sobre LA EXISTENCIA DE DIOS sigue rondando hoy" ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ Más de 250 mil ejemplares se han vendido en Francia del libro "Dios. La ciencia. Las pruebas", que toca temas como el Big Bang, el ADN y otros descubrimientos que sugerirían la existencia de un creador. La obra ha generado gran interés, pero también reparos y dudas.
Inquietudes que conversamos con el científico y director del Instituto de Éticas Aplicadas de la UC, Juan Larraín. `` Los hallazgos de la ciencia nos maravillan, representan el mundo en forma distinta y nos plantean preguntas. `` Como dice Stephen J.
Gould, `la ciencia no es teísta ni atea, es solo ciencia'". `` Siempre ha existido tensión entre ciencia y teología". `` El tema de la existencia de Dios no debe ser excluido de la investigación académica". `` Un diálogo requiere apertura mental y honestidad intelectual.
También evitar la intromisión epistémica". "Descubrimientos como el Big Bang permiten un diálogo fecundo entre disciplinas con distintos objetivos, como la cosmología, la filosofía y la teología". Imagen de la Nasa con las zonas antiguas y nuevas del Universo. NASA/AFP "La teoría de la evolución darwinista explica cómo los seres vivos, incluidos los humanos, llegamos a ser lo que somos en cuanto a material biológico". Retrato (detalle) de Darwin. FITZWILLIAM MUSEUM El libro "Dios. La ciencia. Las pruebas" ya se tradujo al español, pero aún no llega a Chile. FUNAMBULISTA `` La búsqueda de la verdad no es lo mismo que poseer la verdad". `` Buscamos instalar el hábito del discernimiento ético.
A veces, cuando hay acciones que no pueden ser castigadas legalmente, se dice que `solo fue una falta ética', como una suerte de condonación". Clima, migración, corrupción, IA: dilemas éticos actuales El cambio climático, el medio ambiente, la inteligencia artificial, la migración, las finanzas, la corrupción y los modelos de desarrollo son hoy temas candentes.
Todos ellos tocan aristas éticas, desafío que impulsó la creación del Instituto de Éticas Aplicadas (IEA) de la UC, que inició sus funciones en 2022 y fue inaugurado con una conferencia de la destacada filósofa española Adela Cortina. Es una institución interdisciplinaria, con profesores de distintas formaciones y facultades.
Larraín explica que un propósito central del IEA es a nivel formativo. "Se busca instalar el hábito del discernimiento ético para que podamos enfrentar de mejor forma los desafíos en este ámbito, que se nos presentan tanto a nivel profesional como en nuestra vida ciudadana", explica. El académico reconoce que "es una aspiración difícil de alcanzar, pero es importante aportar en este sentido. A veces, cuando hay acciones que no pueden ser castigadas legalmente, se dice que `solo fue una falta ética', como una suerte de condonación.
En esto hay que ser enfáticos, las faltas a la ética son graves, en especial porque dañan la confianza". El Instituto también desarrolla investigaciones interdisciplinarias "para promover la reflexión y la propuesta de acciones ante los desafíos éticos actuales"..