Otto Dórr: “Quien mejor ha conocido al hombre es la literatura”
Otto Dórr: “Quien mejor ha conocido al hombre es la literatura” U n cuarto de lectura. Semisecreto.
Estaba terminando el colegio interno, cuando uno de sus profesores, el crítico literario Francisco Dussuel, decidió adecuarle un espacio ubicado entre el edificio antiguo del Colegio San Ignacio y el por entonces, a inicios de los 50, nuevo inmueble del establecimiento. Un Otto Dörr adolescente hizo las instalaciones eléctricas y se metía ahí después de clases a leer.
Incluso después de la hora de dormir, él seguía en esa pieza entre libros de Sartre, Dostoievski, Romain Rolland y Goethe. "Tengo la sensación de haberme empezado a asomar al pensamiento", recuerda 70 años después el psiquiatra. Premio Nacional de Medicina 2018, Dörr (Curicó, 1936) tiene una trayectoria que lo ha situado en el rol de maestro y referencia de la psiquiatría. Académico y médico prácticamente, hasta hoy ejerce en la Unidad Docente de Postgrado de la Universidad de Chile en el Hospital Psiquiátrico y todas las semanas evalúa a pacientes. Sus años perfeccionándose en Alemania --en los años sesenta, setenta y ochenta-afinaron no solo sus conocimientos científicos, sino también humanistas y éticos.
Terminaron por definir su mapa de referencias en las coordenadas del romanticismo alemán y aún hoy está interesado en la obra de Rainer Maria Rilke, Goethe o Kierkegaard como prisma para entender el alma y el cerebro humano. "En psiquiatría no hay forma de hacerlo mínimamente bien sin tener una visión del ser humano en su totalidad.
Y quien mejor ha conocido al hombre es la literatura", sostiene Dörr en el escritorio de su casa, donde entre libros y documentos brilla una copia de "Melancolía", el tratado del psiquiatra alemán Hubertus Tellenbach, su maestro y amigo, a quien está traduciendo. A lo largo de su trabajo médico, Dörr ha desarrollado un amplio trabajo como ensayista conectando sus investigaciones psiquiátricas con reflexiones literarias y filosóficas.
Una parte de esa labor está en el libro Psiquiatría y cultura (Ediciones UDP), que el miércoles lanzará en el Instituto Chile junto al rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, a las 11:30 horas.
El volumen recoge 14 ensayos en que las obras y trayectorias de Rilke, Karl Jaspers, Goethe, Kierkegaard o Tellenbach, por nombrar a algunos, se entrecruzan e iluminan con reflexiones sobre la melancolía, la neurosis o la angustia. Incluso documenta el decisivo impacto de la poesía en la rebelión alemana que llevó a un grupo de uniformados a atentar contra Hitler en 1944. Poesía y realidad --Como plantea en el prólogo, los ensayos de este libro los une "el hilo de su propia vida". ¿Este volumen constituye su autobiografía literaria o intelectual? --En cierto modo sí lo es. Cada uno de los artículos representa una inquietud particular, un momento determinado en el que surgió la idea, por lo general a raíz del encuentro con una persona que me impresionó profundamente.
Es el caso del estudio de Goethe como científico, que fue inspirado ya en mi juventud por ese gran psiquiatra e investigador en neurociencias que fue Alfred von Auersperg, profesor de la Universidad de Concepción desde 1950 hasta su muerte en 1968.
Él fue una víctima de la Segunda Guerra y así es como tuvo que abandonar Austria, ocupada por los soviéticos, ante el riesgo que significaba para él y su familia el pertenecer a la alta nobleza. Consciente de la proximidad de su muerte, me contó un día que en esa época sus lecturas se concentraban en el Evangelio de San Juan y la obra poética y científica de Goethe. Y así, los estudios sobre Rilke y Kierkegaard surgieron de la amistad con mi profesor en la Universidad de Heidelberg, Hubertus Tellenbach. El encuentro con esa mente extraordinaria que fue Hans-Georg Gadamer me iluminó en mis estudios sobre temas como el delirio y más tarde la educación. Ese personaje único que fue Giuseppina Grammatico, una italiana experta en estudios clásicos, profesora de la UMCE, fue quien me introdujo en las complejidades del tema del laberinto, etc.
Este libro refleja parte de la historia de mi vida. --Según relata en el artículo dedicado al atentado contra Hitler en 1944, (publicado originalmente en Artes y Letras), fue en la década del 60 que conoció detalles inéditos de los hechos en la voz de su profesor Hubertus Tellenbach. ¿Qué elementos de esa acción le han llamado la atención por tantos años para que llegara a escribir este texto? --Tellenbach fue quien, a fines de los 60, me habló de su pasión por la poesía de Stefan George, de que él mismo había pertenecido al grupo de seguidores del poeta más allá de su muerte, círculo en el cual había escuchado la historia de la estrecha relación de Claus von Stauffenberg con el poeta y de que este, en su lecho de muerte, le había entregado dos poemas, "El anticristo" y "La acción", lo que claramente significaba un mandato a realizar la misión de "asesinar al tirano". Mi interés por este movimiento heroico surgió antes de la conversación con Tellenbach, a raíz de haber atendido en la Clínica de Heidelberg a la hija de uno de los miembros civiles más importantes de la Resistencia, ejecutado con parte de su familia en los primeros días después del fracasado atentado, junto a 200 personas más. Mi paciente sufría de una paranoia cuyo contenido era obviamente el de ser perseguida por los nazis.
Cuando llegué por primera vez a Alemania en 1962, recuerdo que nadie hablaba sobre lo ocurrido y el único tema era la reconstrucción del país. ¿Habrá sido por culpa, por vergüenza o quizá también por el dolor que cada uno llevaba en silencio? Porque no había nadie que no hubiese perdido a uno o a varios familiares, su casa, sus propiedades, su trabajo, etc. Fue el encuentro con esta paciente lo que me hizo empezar a dimensionar el horror que había sido el nazismo.
Y mientras más estudio esa etapa de la historia de Alemania, más horrorizado quedo. --En el mismo ensayo sobre el atentado sobre Hitler sostiene que tras el acto fueron centrales poemas de Stefan George. ¿Cree que la poesía puede efectivamente modificar la realidad? --Solo puedo responder que, sin duda alguna, así lo es. La poesía es fuente de vida, alimento del espíritu y puede cambiar el mundo. El lenguaje, la palabra, nos hizo lo que somos: seres humanos únicos e irrepetibles.
Y porque una de las grandes revoluciones en la historia ha sido el descubrimiento de la escritura, porque eso permitió liberarse de la fragilidad de la memoria, que pesaba sobre los relatos orales, y permitió también el desarrollo del comercio y el crecimiento exponencial del conocimiento y del manejo de la realidad.
El Evangelio de San Juan comienza con esa tremenda sentencia: "En el principio era el Verbo (la palabra)... ". La influencia que han tenido los grandes escritores en la historia humana, en general, y en la de cada uno, en particular, es incalculable. Pensemos, para nombrar solo a algunos, en Sófocles, Sócrates, Platón, Aristóteles, San Agustín, Shakespeare, Cervantes, Descartes, Goethe, Dostoievski, Tolstoi, Proust, Rilke y Thomas Mann. El ser humano en toda su complejidad, su grandeza y su menesterosidad es retratado en esas obras. Siempre es la palabra la que crea y sostiene.
El poeta Stefan George tiene un verso que resume todo lo que hemos querido decir: "No hay cosa alguna allí donde falta la palabra". --"Pienso que las anorétnicas representan un ejemplo extremo de la pérdida del sentido religioso que caracteriza a nuestra época", dice en el artículo sobre los trastornos de la alimentación. ¿Bajo qué mecanismos nuestra época ha ido creando nuevas patologías y enfermedades? --Sin duda que las enfermedades, sobre todo las mentales, están muy condicionadas por las características de una época determinada. Así, la esquizofrenia fue descrita recién en la segunda mitad del siglo XVIII, que es justamente el siglo del imperio de la razón. Sin embargo, hay indicios de que esta enfermedad existió siempre, porque está muy vinculada a la esencia del ser humano. La anorexia nerviosa fue descrita por primera vez en 1868 y la bulimia, en 1972. La primera, en la plenitud de la modernidad y la segunda, en los comienzos de la posmodernidad. Hasta la Segunda Guerra los casos de anorexia eran aislados e incluso se discutió su existencia. Es a partir de los años 60 cuando la frecuencia de esta enfermedad aumenta en forma exponencial y a poco andar aparece la bulimia. No hay descripciones anteriores de ninguno de los dos cuadros. Me pareció legítima entonces la pregunta del "¿ por qué ahora?" de estas enfermedades.
En mi búsqueda encontré tres elementos de la modernidad/posmodernidad --entre los muchos que la caracterizan-que podrían estar en relación con el surgimiento de la anorexia: el imperio de la técnica, la obscenidad y la pérdida del sentido religioso de la existencia. Usted me pregunta por esto último. El ámbito de lo religioso tiene que ver fundamentalmente con la trascendencia hacia el otro y, en último término, hacia Dios. La anorétnica vive presa de su cuerpo, solo desea no tener cuerpo, no tener volumen, no ocupar espacio. Nada más le importa.
Vive en la pura inmanencia y en un cuerpo desacralizado, un cuerpo que, como dice el filósofo Jean Baudrillard a propósito de los obesos (que también sufren de una extraña adicción), es un "... cuerpo metastásico y fractal, ya no llamado a ninguna forma de resurrección". Pródigos en dolores --La relación entre genialidad y melancolía aparece más de una vez en los textos. ¿Por qué la tendencia a la melancolía caracteriza a genios como Alexander von Humboldt, Rilke o Kierkegaard? ¿ Es la admiración lo que lo ha llevado a escribir sobre genios o el misterio? --La relación entre la genialidad y la melancolía es un misterio, pero Aristóteles ya alude a este contexto en el Capítulo XXX de sus Problémata, cuando se pregunta, "... ¿por qué todos los hombres extraordinarios son melancólicos?", e intenta una explicación basada en la teoría de los humores imperante: en los genios dominaría la bilis negra, pero esta se mantendría a temperatura normal. Si la temperatura aumenta, se presentaría la euforia o manía, y si disminuye, la depresión.
En un estudio biográfico y genético de todos los poetas y escritores ingleses importantes de los siglos XVIII y XIX, entre los que se encuentran figuras tan conocidas como Lord Byron, Lord Tennyson, William Wordsworth, John Keats, Percy Shelley y William Blake, se pudo establecer que todos sufrían de episodios de melancolía mono o bipolar. Ahora bien, es probable que, como sostiene Tellenbach e insinúa Aristóteles, la melancolía de los genios no sea idéntica a la enfermedad depresiva propiamente tal. Para Tellenbach, aquella se caracteriza en lo fundamental por períodos de apagamiento de la creatividad y el sufrimiento que ello implica. Él observó, asimismo, un menor compromiso de la corporalidad en ellos que en la depresión clínica.
Yo agregaría que también es diferente la actitud frente al futuro: en el depresivo patológico el futuro se cierra e impera la desesperanza, mientras que el genio añora cada día que la vida vuelva a fluir y, con ello, su capacidad creativa. Ahora, ¿qué me ha llevado a escribir sobre los genios? Usted me pone la alternativa entre la admiración y el misterio. Yo diría que ambos. La historia la han hecho los genios. Todos, tanto los creadores de religiones como los poetas, los grandes conductores como los filósofos, los científicos y los músicos. El mundo sería diferente, mucho más pobre, si no hubiera existido un Bach o un Beethoven.
Y ambos son un misterio y también todos los demás. --Los textos de "Psiquiatría y cultura" plantean la posibilidad de comprender mejor la labor médica a través de la literatura y la filosofía. ¿Su experiencia como lector, traductor y ensayista ha permeado su trabajo clínico? --La medicina está muy vinculada a las humanidades. Y esto, desde que surgió su forma científica en Grecia, con Hipócrates. Platón recurre a ejemplos tomados de la medicina o a consideraciones acerca de ella, en casi todos sus Diálogos.
Uno de los capítulos de este libro está dedicado al tema, ese que trata de la mayéutica socrática, la relación médicopaciente y la importancia del momento psicoterapéutico en toda la medicina, como nos lo enseña Sócrates en el diálogo Cármides: el joven Cármides sufría de fuertes dolores de cabeza y oyó decir que Sócrates disponía de un nuevo fármaco capaz de mejorar cualquier dolencia y recurrió a él, pero Sócrates le respondió que el fármaco no le haría ningún efecto si antes no le abría su alma: "... pues es del alma de donde arrancan todos los males y todos los bienes, tanto para el cuerpo como para todo el hombre, querido Cármides.
Así pues, es el alma lo que ante todo y sobre todo hay que tratar si se quiere el bienestar de la cabeza y del resto del cuerpo". Y el decir al enfermo la palabra justa es una capacidad que no es posible adquirir solo desde el estudio de las ciencias naturales que se ocupan del cuerpo. Es necesario conocer también lo que han dicho los grandes poetas y filósofos. Nadie ha expresado cosas más esenciales sobre el delirio de celos o sobre el comienzo de la demencia que Shakespeare en Otelo y El rey Lear. Nadie ha descrito mejor las distintas formas de epilepsia y sus respectivas y complejas personalidades que Dostoievski. Las páginas que Marcel Proust dedica a la memoria y a los sentidos del gusto y del olfato son insuperables. Los ejemplos no tienen fin. Para qué decir cuánto enseñan sobre el ser humano las tragedias griegas... Ahí está todo.
Usted me pregunta si estas modestas incursiones mías en la literatura, la filosofía y la música han influido o no sobre mi práctica cotidiana como psiquiatra y psicoterapeuta, y yo tendría que responderle que no concibo mi oficio de otra manera que como una permanente búsqueda del sentido de lo humano, en general, y del sufrimiento, en particular, tanto del otro como del mío propio, pues, como dice mi admirado poeta Rainer Maria Rilke en la "X elegía del Duino": "Nosotros, pródigos en dolores, / cómo los vislumbramos por anticipado en la triste duración / por si acaso terminan. Pero ellos son nuestro follaje invernal y perenne... ". ENTREVISTA Más allá de la medicina ROBERTO CAREAGA C. "Este libro refleja parte de la historia de mi vida", dice Otto Dörr.
SERGIO ALFONSO LÓPEZ PSIQUIATRÍA Y CULTURA Otto Dörr Ediciones UDP, 307 páginas, $31.000 Ensayos `` No concibo mi oficio de otra manera que como una permanente búsqueda del sentido de lo humano, en general, y del sufrimiento, en particular, tanto del otro como del mío propio". `` La poesía es fuente de vida, alimento del espíritu y puede cambiar el mundo.
En primer lugar, porque el lenguaje, la palabra, nos hizo lo que somos: seres humanos únicos e irrepetibles". E 6 ARTES Y LETRAS DOMINGO 14 DE JULIO DE 2024 Revista de Libros Otto Dörr: "Quien mejor ha conocido al hombre es la literatura" El psiquiatra y premio nacional de Medicina publica Psiquiatría y cultura, un volumen que recoge parte de su amplio trabajo como ensayista.
Son 14 textos en que las obras y trayectorias de Rilke, Karl Jaspers, Kierkegaard o Tellenbach, entre otros, se entrecruzan e iluminan con reflexiones sobre la melancolía, la neurosis o la angustia con el fin de entender los misterios del alma y el cerebro humano..