La hora del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda (1938)
La hora del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda (1938) L La elección de 1938 se dio en un contexto internacional peligroso. En Chile, la década de 1930 fue muy importante, por el nacimiento de nuevas iniciativas políticas, algunas de corta duración y otras que marcarían largamente la historia nacional.
Entre ellas debemos mencionar, por orden cronológico, al Movimiento Nacional Socialista, el nacismo chileno (con "c", como se decía); posteriormente surgió el Partido Socialista de Marmaduke Grove, en 1933; finalmente, en 1938 comenzó la Falange Nacional, que tres años antes había aparecido como una expresión juvenil del Partido Conservador. Otro elemento central de aquellos años fue la superación del militarismo, que había estado muy presente entre 1924 y 1932. Con todo, en el plano político había tres fuerzas políticas principales: eran los partidos Conservador, Liberal y Radical, precisamente los que encabezarían la disputa de 1938.
Los radicales y el Frente Popular El Partido Radical era una agrupación centrista, que se movía hacia la izquierda y la derecha, partidario de una especie de socialismo de Estado desde comienzos de siglo, fruto de la influencia del intelectual y político Valentín Letelier. En la década de 1930 terminó siendo claro opositor al gobierno de Arturo Alessandri, aunque también participó en su administración.
En ese contexto nacional y en una situación mundial que se debatía en la lucha entre el comunismo y el fascismo, así como en la crisis de las democracias liberales de entreguerras, se produjo un hito político crucial: el Informe de Dimitrov ante el VII Congreso Mundial de la Internacional Comunista, en 1935.
En esa ocasión presentó una idea original y que haría historia: ampliar la base política del comunismo, sumando a otros sectores además de "la clase obrera", para luchar "contra la burguesía, contra el fascismo". Esa sería la tarea inmediata, manteniendo una ambigüedad sobre el futuro de las sociedades. Como muestra la completa investigación de Pedro Milos, Frente Popular en Chile.
Su Configuración: 1935-1938 (Santiago, LOM Ediciones, 2008), ese mismo año existió un llamado a "todas las organizaciones políticas revolucionarias y de oposición, sindicales, gremiales, estudiantiles, culturales, deportivas, etc., a constituir un gran Frente Popular pro defensa de las libertades democráticas y reivindicaciones políticas y económicas del pueblo". El 1 de noviembre de 1935, el secretario general del PC, Carlos Contreras Labarca, informó a Moscú: "El hecho más característico que se destaca últimamente en el movimiento revolucionario chileno de Chile es el comienzo de la formación del Frente Popular antiimperialista" (en Olga Ulianova y Alfredo Riquelme (editores), Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo 3. Komintern y Chile 1935-1941 (Santiago, DIBAM/Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2017, p. 209). A la demanda por crear un Frente Popular "antiimperialista y antireaccionario", adhirieron el Partido Socialista, el Comunista y el Radical.
Su comité ejecutivo quedó conformado de la siguiente manera: el radical Gabriel González Videla como presidente, mientras como vicepresidentes asumieron Óscar Schnake (socialista), Carlos Contreras Labarca (comunista) y Juan Pradenas (democrático). Los ojos se ponían en las elecciones presidenciales de 1938. La elección de Pedro Aguirre Cerda El primer presidente de la época radical fue Pedro Aguirre Cerda, perEl primer gobierno radical fue sin duda novedoso en su ejercicio y resultados. Marcaron dicho periodo desde la creación de una imagen mítica del mandatario hasta la construcción de un esquema de desarrollo que perduraría por décadas.
Lecturas & Documentos Alejandro San Francisco La elección de Pedro Aguirre Cerda dio lugar a la llamada "era radical": a su gobierno le sucedieron los de Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla, de su mismo partido. La hora del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda (1938) (Continúa en la página 12). La hora del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda (1938) sonaje de larga trayectoria en la vida política chilena. Había nacido en 1879, y fue profesor, abogado y agricultor. La revista Topaze lo bautizó como "don Tinto", por su piel oscura y por participar en el negocio del vino.
Tuvo una larga trayectoria en el radicalismo: fue primero diputado, luego senador, también fue llamado como ministro de Justicia e Instrucción Pública del presidente Juan Luis Sanfuentes, y después ministro del Interior, por un brevísimo mes, de Arturo Alessandri Palma. Los vericuetos y altibajos de su trayectoria política están bien narrados en la completa investigación de Cristóbal García Huidobro, El presidente de todos los chilenos.
Una biografía de Pedro Aguirre Cerda (Ediciones B, 2024). El político radical tenía alto interés en diversos temas, como ilustró en sus libros El problema agrario (París, 1929) y El problema industrial (Santiago, 1933). Asimismo, viajó a Europa, para conocer la realidad de otros países: Italia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Francia y Checoslovaquia. En la década de 1930 fue dirigente político, organizó su estudio de abogados y contribuyó a crear la Facultad de Economía y Comercio de la Universidad de Chile, donde impartió clases. Por otra parte, ayudó a que el diario La Hora se convirtiera en un medio del Partido Radical. Desde 1934 fue presidente del Partido Radical. La candidatura surgió de un doble proceso. En un comienzo, los radicales definieron entre Aguirre Cerda y Juan Antonio Ríos, triunfando el primero.
Posteriormente, el 15 de abril de 1938, se realizó la Convención Presidencial de Izquierdas, en la cual surgieron diferentes candidaturas y varias rondas de votaciones, tras las cuales bajaron sus postulaciones el democrático Juan Pradenas y el comunista Elías Lafferte. Hubo intentos de reponer la postulación de Ríos, pero finalmente subsistieron dos postulantes: Pedro Aguirre Cerda y el socialista Marmaduke Grove. El 17 de abril Grove depuso su candidatura en favor del liderazgo de Aguirre Cerda, gesto que se vivió con emoción y vítores.
En su discurso, el ahora candidato radical y de la izquierda, afirmó que esta era "la primera vez que en la historia de la República se reúne el pueblo, legítimamente auténtico, para reconocer y proclamar los derechos políticos, sociales y económicos de nuestra democracia, mantenida hasta hoy en la esclavitud de la ignorancia y de la desigualdad social", precisando que no bastaba una "democracia simplemente política", sino que Chile requería una "democracia económica" y exigía "una democracia con sentido social" (La Nación, "La promesa de cumplir el programa del Frente Popular es la reiteración de la obra de toda mi existencia, 18 de abril de 1938). Los partidos tradicionales de derecha --el Conservador y el Liberal-levantaron la candidatura de Gustavo Ross, ministro de Hacienda de Alessandri.
Nacido también en 1879, era un hombre muy admirado por su labor en la recuperación económica de Chile, que le valió el apelativo de "mago de las finanzas", en su calidad de ministro de Hacienda al comenzar el gobierno de Alessandri, desde diciembre de 1932.
Sin embargo, recibía críticas desde la izquierda, porque a su juicio carecía de sentido social de sus tareas en la conducción económica, e incluso llegaron a bautizarlo "ministro del hambre". No cabe duda de que la gestión de Ross permitió la recuperación del país, así como sentar las bases de la economía nacional para las décadas siguientes.
Como sostienen Patricio Bernedo, Pablo Camus y Ricardo Couyoumdjian, "pese a las adversas condiciones mundiales, logró estabilizar la hacienda pública y encauzar la economía nacional a través de un estricto plan de austeridad", (en 200 años del Ministerio de Hacienda de la República de Chile, Santiago, 2014). Su capacidad económica contrastaba con calidad política y electoral, pues demostró no ser buen orador, tampoco se veía cómodo en campaña y carecía de aquellas dotes que pudieran hacerlo más cercano o atractivo para los votantes. En septiembre de 1937, Ross escribió a Agustín Edwards desde el extranjero: "No estoy dispuesto a luchar por una candidatura presidencial.
No soy capaz de solicitar el voto de nadie... yo no deseo ser presidente y si llegara a aceptar la candidatura sería un verdadero sacrificio para mí". Con cierta ambigüedad, concluía señalando que no volvería a Chile para luchar por ser candidato, pero sí lo haría por la Presidencia de la República, si lo proclamaban "los partidos de orden" (Joaquín Fermandois, Abismo y cimiento: Gustavo Ross y las relaciones entre Chile y Estados Unidos, 19321938,p. 136). Su lema era simple y claro: "Orden y Trabajo", sin programa de gobierno ni grandes promesas. La candidatura Ross tuvo repercusiones de largo alcance: los jóvenes conservadores rechazaban su nombre y promovían otras alternativas para enfrentar los comicios de 1938. Sin embargo, esa tesis no fue aceptada por los dirigentes del Partido Conservador, lo que llevó a que la Juventud no apoyara la postulación del ministro de Hacienda. En su reemplazo promovieron otras alternativas, como Francisco Garcés Gana, Máximo Valdés Fontecilla, Guillermo Edwards Matte, Jaime Larraín García Moreno y Jorge Matte Gormaz.
No obstante, fue una propuesta que no encontró eco en las autoridades del conservantismo (ver Alejandro Silva Bascuñán, Una experiencia social cristiana, Editorial del Pacífico, 1949). En consecuencia, al término de las elecciones hubo medidas disciplinarias contra quienes habían rechazado la candidatura Ross y ellos decidieron dar vida a la Falange Nacional. Un aspecto original del gobierno de Aguirre Cerda fue el trabajo de la Primera Dama, Juanita Aguirre, de prolífica acción social. Ficha de autor Alejandro San Francisco es académico de la Universidad de Tarapacá y profesor de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Coautor de la Historia de Chile 1960-2010 (USS). Licenciado en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile y doctor en Historia por la Universidad de Oxford. (Viene de la página 12). La hora del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda (1938) No podemos dejar de mencionar a un tercer candidato: Carlos Ibáñez del Campo. En 1938 fue candidato por la Alianza Popular Libertadora.
La APL fue integrada por grupos diversos que confluían en la candidatura Ibáñez: el Movimiento Nacional Socialista, la Unión Socialista y diversos grupos ibañistas: "La formación de la Alianza es una enorme trascendencia política y significa, desde luego, la organización de una entidad que cuenta con decisivas fuerzas electorales y una gran mística revolucionaria y nacionalista" (Clamor, "Alianza Popular Libertadora", sábado 4 de junio de 1938). Aunque existía cierta polarización en el país, como reflejaban las candidaturas y los medios de prensa, la revista Zig Zag ("Elección", 20 de octubre de 1938) observaba una realidad más equilibrada: que si triunfaba Ross adoptaría medidas "tenidas por socialistas" y en caso de ganar Aguirre Cerda, en materia de "reivindicaciones sociales" su tibieza lo haría aparecer entre los moderados pese a ser de izquierda. En otras palabras, llamaba a superar la "miopía política" que agudizaba las diferencias de clases y el clima de división que se apreciaba frente a los comicios. La elección fue compleja. Primero, porque se produjo un hecho dramático e inesperado, como fue la Matanza del Seguro Obrero.
No es el momento de detenernos a analizar este grave suceso, cuando fueron asesinados en las cercanías de La Moneda, por militares y carabineros, un grupo de más de sesenta jóvenes nacistas que habían comenzado un fallido golpe de Estado, tema que por lo demás está bien tratado en estudios como los de Marcus Klein y de Emiliano Valenzuela.
Pero la consecuencia electoral fue clave: el retiro de Carlos Ibáñez del Campo, quien --tras haber sido detenido-adhirió a Pedro Aguirre Cerda, votos que podrían ser decisivos en una elección estrecha como la que se disputaba. A ello se sumó otro aspecto, en base a los resultados de los comicios, que daban una victoria muy cerrada a Aguirre Cerda, en los primeros comicios normales desde 1925. La elección presidencial se realizó el 25 de octubre. Los resultados fueron estrechos entre las dos primeras mayorías: Pedro Aguirre Cerda obtuvo 222.720 votos, con el 50,1% ; Gustavo Ross logró 218.609 sufragios, que representan el 49,2% de los sufragios. Carlos Ibáñez del Campo, quien había retirado su postulación, llegó apenas a 112 votos, en tanto hubo 2.559 sufragios blancos o nulos. La abstención llegó al 27,5%, con 168.757 votos (Ricardo Cruz-Coke, Historia electoral de Chile 1925-1973, p. 101). Al día siguiente, las reacciones en la prensa fueron disímiles. "Aguirre Cerda, Presidente de Chile. Triunfa y reclamaciones.
El ambiente que debía regir en Chile, según Zig Zag ("El deber de todos", 27 de octubre de 1938) era el siguiente: "Pasado el turbión electoral que arrastró a su paso polvo de odios y de pasiones, todos los chilenos tenemos el supremo deber de restituirnos a las fecundas jornadas del trabajo; todos tenemos, por igual, vencedores y vencidos, la obligación imperativa de contribuir al desarme de los espíritus, a restañar heridas y a pensar de que Chile está por sobre todas las consideraciones del momento". Cambio de época La victoria de Aguirre Cerda significó "el despertar fortuito de la era radical", como ha expresado Marcus Klein.
Con ello, se iniciaba una época con mitos y realidades, que iban desde la creación de una imagen mítica de Pedro Aguirre Cerda hasta una efectiva construcción de un esquema de desarrollo que perduraría por décadas.
Por otra parte, en la etapa que corre entre 1932 y 1973 --la de vigencia efectiva de la Constitución de 1925-fue el único período en el que hubo sucesión presidencial de una misma tendencia, con tres figuras del radicalismo: el propio Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla. No cabe duda de que el gobierno de Aguirre Cerda marcó una época y fue novedoso en su ejercicio y resultados. Un aspecto original fue el trabajo de la Primera Dama, Juanita Aguirre, de prolífica acción social, como ha destacado Cecilia Morán en su completo estudio sobre el tema (ver Las primeras damas en Chile 1938-1970. Poder político, acción social y modernización, Centro de Estudios Bicentenario, 2022). En dicho período se produjeron dos situaciones adicionales. La primera fue el terremoto de enero de 1939 y la segunda cuestión fue la muerte prematura de Aguirre Cerda, quien enfermó y falleció el 25 de noviembre de 1941.
Como tema adicional podemos agregar una situación puntual, pero de consecuencias políticas importantes: fue el nombramiento del joven médico Salvador Allende como ministro de Salubridad Pública, quien aprovechó de publicar un libro que muestra su pensamiento y análisis sobre el Chile de fines de la década de 1930: La realidad médico-social chilena (1939). El fallecimiento de Aguirre Cerda desató dos situaciones: el nombramiento de un vicepresidente de la República, Jerómino Méndez, y el llamado a elecciones presidenciales, en las que triunfó Juan Antonio Ríos.
Los radicales lograban mantener el gobierno, en un contexto internacional cambiado, con el inicio y desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. por más de 18 mil votos, según cómputos de izquierda", tituló el periódico radical La Hora. La Nación reconoció que el Ministerio del Interior daba la victoria al candidato del Frente Popular, pero precisando que el presidente del Partido Liberal no reconocía dicho resultado, por actos que viciaron la elección.
El Mercurio sostuvo que "con tranquilidad y en plena libertad se efectuó la elección de Presidente de la República". El 27 de octubre, La Segunda reconoció que existía "un compás de espera en las izquierdas y en las derechas", aunque los dirigentes del Frente Popular estimaban que los colegios escrutadores confirmarían la victoria de su candidato. En algún momento se temió la continuidad institucional, el desconocimiento de los resultados o alguna situación anómala que pudiera impedir la sucesión regular en el gobierno.
A la larga se impuso la idea de que si bien los resultados eran estrechos, también eran claros, y el propio Ross terminó por reconocer la derrota, un día después de recibir las visitas del general Óscar Novoa (Ejército) y el general Humberto Arriagada (Carabineros), quienes le confirmaron el apoyo a los resultados de la elección y se mostraron contrarios a seguir con denuncias Para enfrentar la candidatura de Aguirre Cerda, los partidos tradicionales de derecha --Conservador y Liberal-levantaron la candidatura de Gustavo Ross, ministro de Hacienda de Arturo Alessandri. Lecturas & Documentos.