COLUMNAS DE OPINIÓN: Por qué y para qué las humanidades
COLUMNAS DE OPINIÓN: Por qué y para qué las humanidades L a d i s c u s i ó n que se ha suscitado en torno al rol que deberían jugar las humanidades en la educación pone de manifiesto una gran paradoja respecto a cómo deberíamos enfrentar los desafíos que en estos temas plantea el siglo XXI. Es evidente que estamos frente a un declive en la percepción de la importancia de las humanidades para el mundo moderno.
Ello, como se ha señalado, por la decadencia experimentada por estos estudios en la mayoría de las universidades del mundo debido a su excesiva ideologización, que ha resultado en la imposición de ciertas doctrinas dogmáticas, la censura de algunos académicos y escuelas de pensamiento, y la cancelación de los currículos clásicos. Por otra parte, la masificación universitaria ha significado la incorporación de estudiantes no necesariamente interesados en actividades académicas o intelectuales.
Finalmente, el encarecimiento de la educación superior para las familias implica que tanto los estudiantes como sus padres privilegian todo aquello que tienda a retornos inmediatos de orden económico, desdeñando los llamados "conocimientos inútiles". Sin embargo, las habilidades que el mundo post cuarta revolución tecnológica va a demandar van mucho más allá de los conocimientos específicos de una profesión, los cuales a poco andar quedarán obsoletos.
En una era en cambio constante, en la cual las personas deberán desempeñar trabajos muy disímiles a través de sus vidas, muchos de los cuales no podemos siquiera imaginar, se requerirán trabajadores que hayan "aprendido a aprender", tengan pensamiento crítico, sepan pensar desde distintas perspectiv a s, c o l a b o r a r, c r e a r, r e s o l v e r problemas, comunicar, y demuestren la capacidad para adaptarse a los múltiples imprevistos que deberán enfrentar.
Así, el objetivo principal de la educación superior debe ser la entrega de una rigurosa formación intelectual, que permita la comprensión permanente de la disciplina propia de cada profesión, pero también de la compleja realidad del mundo en que nos hemos de desenvolver.
De igual modo, las fronteras entre la ciencia y el humanismo son cada día más difusas y muchas veces no es posible entender problemas propios de una disciplina en forma aislada, sin referencia a las lógicas y métodos de conocer la realidad de otras disciplinas muy distintas.
El estudio de las humanidades se hace más y más difícil sin conocimientos científicos y, por el contrario, el mundo de la ciencia a menudo entrega respuestas que exigen una reflexión ética que es más bien propia de la discusión filosófica y abre preguntas que exigen enfoques desde otras disciplinas.
Un economista, para tomar decisiones racionales, debe estar en situación de analizar la relación que tiene su ciencia con la política, la cultura, la historia y la ética; a su vez, la economía misma, que estudia las motivaciones y el comportamiento de los seres humanos y de los grupos agregados, se beneficia con los descubrimientos de la biología evolutiva respecto a la naturaleza de las conductas humanas. Un historiador debe entender la economía, el genoma humano y la teoría de la evolución; un filósofo que no comprende conceptos básicos de la física quedará ausente de la discusión contemporánea de su propia disciplina.
Finalmente, y no menos importante, todo ser humano debe saber que hay formas sutiles y más sensibles de comprensión de la realidad, como la literatura y el arte, que hacen posible observar una parte de la realidad a la cual la simple razón no accede.
El arte en todas sus manifestaciones implica formas de representación, de expresión y de comunicación de ideas y emociones, y permite la expansión de la conciencia e imaginar la situación de otros, empatizar con las más diversas manifestaciones de la naturaleza humana, y mirar el mundo desde la perspectiva de otros.
C O L U M N A D E O P I N I Ó N Por qué y para qué las humanidades Las fronteras entre la ciencia y el humanismo son cada día más difusas y muchas veces no es posible entender problemas propios de una disciplina en forma aislada, sin referencia a las lógicas y métodos de otras muy distintas. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog Por Lucía Santa Cruz. - -