Orson Welles, una invasión extraterrestre y pánico en la calle: los 59 minutos que cambiaron la historia de los medios
Orson Welles, una invasión extraterrestre y pánico en la calle: los 59 minutos que cambiaron la historia de los medios El 30 de octubre de 1938, en la previa de Halloween, adaptó el ibm “La guerra de los mundos” para su programa radial.
Advirtió que era todo Ficción, pero no pudo frenar la ola de terror que se apoderó de los oyentes Señoras y señores. esta es lo ms Letranuco Letranuco que he pi-esendado... pi-esendado... ¡Papen un mlnurot Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. nlgtden.. o algo. Puedo ver escudrióando desde ese hoyo negro das discos luniLnusos.. luniLnusos.. ¿Son ojos! Puede que se-a una tar1” escucharon miles y miles de estadounidenses por bradio. La afadel cronista jadeaba, jadeaba, lo quese escuchaba deIrás deIrás de ese ensIadc al lugar de los hechos era caótko: los grItos grItos y las sirenas eran la banda sonora del apoca [[psis. Fra un domingo de 1938 y era, sobre Lodo, la vfspem de l-lalloween en los Estados Unidos.
Fue por eso que Orson WeLles había decidido que esa noche, en su emisión semanal 2 través de la 1155 -que tenía repeLidoras en tato el pais-, adaptarla el argutuenLo de La guerra de los mundos pan-a su drama radial de la íecha. La obra literaria de l-ferbei-L Ceo rge l]s se habla publica do en 1898 y narraba una Inca sión alienigena en la Inglaterra vicrenlana. Era, además de una novela de tienda ficción, una crítica del autor británico a las poLlLic. as imperiales del reino en el que le había tocada nacer. Orson WeLLes, que ese dontlngo dontlngo 30 de 4. JdLubre de hace Sé años tenía apenas 23 añc. s y aún no era el enorme actor 3 direcLor en el que se convertl ría, decidió que cuesto de HG. Wells sería su fuente de losph-ación losph-ación para su [resentación sonora.
Decidió que la invasión ea1raterresLre sería más cerca desu piblico, en Nueva Jersey. para que los oyentes sintieran irlas cercanía con el cuenlo que les estaban contando. unio a su equipo de guionistas, guionistas, el futuro Ciudadano Kant construyó un reLato en el que una presunta Lransmisión n-iusical y de enlretenini. ientc. s sería Interrumpida por el reporte reporte científico y periodístico de tres explosiones en MarLe y. después. por el a%isLarnlento de luces. meteoritos y naves extraterresL res allí en Nueva Jersey. Naves estra(eneatres de las que baJaban criaturas “habean Les, con tentács. Llos. hareortisas” hareortisas” y quemaban vivos a los humanos que macantratan macantratan en SLÍ cattilzio. LticlLLso, casi sobre el final de esa hora de ficción al aire, al supuesto supuesto cronista de estertores que contaba con lulo de detalles lo que vela a su alrededor.
Wrlles estaba seguro de que el episodio episodio generaría sobre todo aburriniiento: aburriniiento: ¿ quién podría creer que todo eso era al menos posible! posible! Su pronóstico se develaría develaría equlvocadíslmo Ese domingo, apenas se encendió encendió la luz que le indica a quienes hacen radio que están al aire.
Orson Welles hizo lo que tenía que hacer: advtrLló a quienes estuvieran del oLio lado que todo eso que escucharían se trataba de una ficclórt Lo repitió repitió cuando el drama llevaba 44) minutos al aire. Pero los que se sumaron a la audiencia cuando el prograrrci había empezado no escucharon la prLtssera adaración. ycnl adaración. ycnl talos los que esLiban del otro lado del parlante omitieron la segunda. Eso que les estaban contando, aunque no fuera más que un cuenLo, los tenía absolutamente atrapados.
Y convencidos de que estaban delante de una verdad tan Indiscutible Indiscutible como horrorosa, Durante la emisión, que duró exacta. menLe 59 aninuLos, iVes iVes contó con la compLicidad de [he Mercury theatre on the Mr la compañía de radioteatro que encabezaba en ese entonces. La radio era, portejos. portejos. el medio de comunicación más popular del mundo.
Y, al menos en Estados Unidos, de cada 10 adultos cInglan esa vía para entretenerse: eran tiempos en los que AdoLf 1-liLlee avanzaba cii Europa -anesh Austria ese afioy en los que los norteamericanos apenas empezaban a asomar ]a cabeza tras la Cran Depresión.
Un rato de aire iresco a través del aire radial era bien recibido en la vida cotidiana de la mayoría de la población. punto a l4ossard Koch, que alios después haría el guión de Casablanca, Onson Wclles adaptó para ese espacio espacio de ernretenimknto obras como Drúcula. lul[o César y El Conde de Montecristo. Pero ninguna revolucionó más a su audiencia y. sobre indo, a los mediosdecoinunicacióncomo aquella víspera de lrlalloween y La guerra de los mundos.
Las Lapas de los diarios al día siguiente dienon cuenta del su puesta efeclo dcli transmisIón radial, que muchos creyeron real y no paste de una trama de ficción. [he New York limes publicó en su portada: “Pánico en tos oyenLes por confundir una íicckóri con la realidad”, mientras que tlw llosLon 1-leraid decía “Una supuesta Invasión Invasión marciana sumerge al país en el pánico”. En electo, algunas telefoníalas telefoníalas de la 038 hablan reporLado que no falLaron oyen Les que se La emisión de “La $ierra de los mindos se cocnitó en tm m&& L La noticia legó iraso a has tiarios en rastelain comunicaron cori la radio para preguntar sencIllamente si el mundo se estaba acabando.
Los diarios del 31 de octubre y de los primeros días de noviembre noviembre dieron cuenta de que tanto sus redacciones como las estaciones de Polkía de Nueva jersey y Nueva York habían colapsado colapsado por los llamados de la población que quería respuestas respuestas y quería. sobre todo, algo que los calitsara Lo que estuchaban en la radio radio era terrorífico: luces intsplicables intsplicables cada vez más cercanas, cercanas, criaturas Inexplicables cada vez más cercanas, incendios incendios espontáneos cada vez más cercanos.
La amenaza de un enemigo que venía desde fuera del planeta conocido a pocos kilómetros de casa, y haciendo ,.. ¡adear al perludista que tenía el peligro cada vea más cerea Orson Welles Interpretaba al profesor Piensen. un prestigiasoastrónonso prestigiasoastrónonso que Intentaba esphicar los fenómenos que se iban reportando. Cart PhiLIps. un actor de la compartía que cada domingo hacía su cmi sión, hacía las veces del periodista periodista que estaba dispuesto a morir por la noticIa. Sus jadeos no eran pura improvisación: se había preparado escuchando los reportes del cronista que. un afto antes, habla transmitido transmitido en vIvo el incendio del dirigible dirigible alemán hlindenburg. En esa tragedia habían muerto 36 personas. también en Nueva jersey. Esa desesperacIón fue la que tnspiró a Philips para encarnar a ese periodista que no podía creer lo que eía y que renta eL enorme desafío de que los oyentes confiaran cts su testimonio.
Por si aiertvío de ciencia ficción ficción le hubiera faltado algo de realismo, el guión de Welles y los suyos Incluyó un mensafr mensafr de un supuesto funcionario de alto rango de los Estados Unidos Cada ano de nosotros nosotros debe continuarcuniplien do con sus deberes, de suerte que nos sea posible oponer a ese enemigo destructor una nación unida, valiente y con sagrada a conservar la aupre -;1] Sut en la Rl;0]. Orson Welles, una invasión extraterrestre y pánico en la calle: los 59 minutos que cambiaron la historia de los medios liin, tdtbFi) nacía humana en esta üerra” ¿ Cómo no iban a senrirse en plena guerra contra Li invasión extraterrestre los que sinLoiLi¿ aran sinLoiLi¿ aran y escucharati semejante cosic icómo iban a tener resto en medio del pánico para advertir advertir el aviso del minuto 40 que recordaba que todo era un cuento dr 1-llown Los diarios hablaron de rutas rutas repletas, de supermercados supermercados desabastecidos, de gente gritanrio en la calle sin saber pisa dónde correr.
GenLe desesperada desesperada poscrees-se cerca de esos Incendios que provocaban criaturas Inexplicables y que. a Lravds de gases venenosos. hablan incluso resaLado al cronlst. a cronlst. a del día justo al final de la entisión radial de Li ClS Los diarios sabían que el envío de Welles habLa sido pura uicción, y lo conLaban, pero también contaban las consecuencias Cii las vidas de quienes no hablan advertido la difererala entre dato y relato. [)os años después de ese octubre octubre inolvidable para la CES. pasa Orson Welles y para Lodos los que sintieron pánico. se publicó publicó la primera investigación sobre el ¿ celo de esa rmisión radial. l-landiey Carirril, de la Universidad de T-rlnceton, pubUcé pubUcé en un trabajo académico que al menos 1,7 millones de personas habían creído que la llegada de estratenrestresa Estodos Estodos Unidos era real, y no menos menos de 1.2 mlLksnes se asustaron asustaron o tomaron alguna acción por la presunta invasión La guerra de los mundos en vtnión Orson Welles había dado una muestra InédiLa del poder de los medios de comurkaclón comurkaclón : nunca antes había había sido tan contundente la convicción de qae lo que allí se decía -aunque niediara un error de interpretaciónpodía generar un efecto tan masivo en la audiencia. Era1 para la radio en su época dorada, un espaldarazo potente, y pata los medios en general. un reflejode reflejode aquello que empezaría a ttaniarse “el cuarto poder. Tuvieron que pasar varias décadas para que se publicaran publicaran otras investigaciones sobre sobre los hechos de ese octubre de 193-8.
Robert Bartholomew. un investigador de la Universidad Universidad lames Coek dctexrnlnó que tanto los diarios dc los días que siguieron a la emisIón como incluso la investigación deCantnil de ti4O habían exagerado exagerado cosi imaginaelón y sin demasiado chequeo los sucosos desencadenados por el esLviu radiaL El sociólogo de james Cook dio cuenta de que Cantrll había encuestado sólo a 13.5 personas, y que por ese era imposible determinar que casi 2 rnllksnes habían creído en la supuesta llegada de los alienígenas.
InvestigacIones como Li suya fueron las que. además, indagaron en la posibilidad posibilidad de que los diarios qulsleran qulsleran desprestigiar a la radio en un momento cnt el que era ese medio el que más recaudaba recaudaba en LOrminos de publicidatL 1-lobo oyentes -es imposible saber cuántosque creyeron en el relato basado en La CiteIra CiteIra de los Mundos que encabe ró Orson Wdles. 1-tubo lectores que creyeron en la exageración que los mediosde prensa escri ta construyeron a pan Ir de esos 59 minutos que ya son parte de la historia de la comunicación de masas. Las dos cosas fueron una demosbaelón que rio había existido antes del poder de esos medios. Loqueno hubo loe una inva sión extraterrestre.
Aunque tn el porque Van Nest de Crovers Mill. en el municipio de WesL Windaor de Nueva jersey, hay un nionttrnento para señalar que alli hubiera sido el aterriraje aterriraje de los alienígenas, si todo lo que esa emisión radial hIstórica hIstórica e histérica hubiera dicho la wrdad, y no puro cuento. LNFOSAI La tragesk de dirigible Háidenkxrgfrispiróal actor, ie interpretó al perioa para conipw-. er supersonait.