Autor: FRANCISCA ORELLANA
¿ Va a meter ruido? Tácticas preventivas para no enojar a los vecinos
Ntes de la pandemia al publicista Felipe Meneses (33) le gustaba armar carretes en su depto, pero con el confinamiento se dio cuenta de lo molestoso que puede ser el ruido (particularmente cuando sus vecinos cantaban karaoke y él lo único que quería era descansar). Por eso, ahora decidió avisarle a la comunidad cuando meterá más bulla de la cuenta. Hace poco mandó una alerta por Whats App a las 11:59 PM de un viernes: "Vecinos! Estoy haciendo una previa, ya nos vamos pronto.
Para que no se preocupen a los que les puede molestar el ruido, pero tranqui que ya nos vamos”. Prefiere hacerlo así para prevenirreclamos, dice, ya que le sería imposible ser discreto con 25 invitados a su departamento.
A sus vecinos más cercanos -del lado y del frenteles mandó un mensaje personalizado antes. "Creo que es mejor ser honesto y tener respeto por quienes viven en el mismo edificio que yo, decirles que estaré en un carrete hasta tal hora y después me voy. Eso me deja más tranquilo. Y hasta el momento no me han llamado por citófono para reclamar”. “Creo que es mejor ser honesto”, dice Felipe Meneses, quien whatsappea a sus vecinos antes de meter ruido. Tips anti boche Carmen Paz, directora de Ingeniería en Construcción de la Universidad Andrés Bello, afirma que las murallas de los edificios son cada vez más delgadas y con menos aislación. “Al optimizar el espesor de los muros para que puedan entrar más metros cuadrados, se atenta contra la privacidad y se escucha hasta lo que habla el vecino”, lamenta.
Daniel Valenzuela, ingeniero acústico y docente de cátedra de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad Mayor, comenta que si bien colocar toallas bajo la puerta puede reducir en algo la expansión de las ondas de ruido de música, igual el sonido se expande también por las ventanas y murallas. “Es más efectivo tener ventanas con termopanel, que ayudan a aislar el ruido. En algo puede servir tener cortinas gruesas: todo aumento de masa en una pared aporta a la aislación”, remarca.
Publicista decidió ahorrarse atados: en el chat del edificio avisa antes de sus carretes “Siempre valoramos tener información que nos evite ratos desagradables”, explica doctor en comportamiento humano. para amortiguar el volumen de la música instaló una toalla bajo la puerta principal, cerró todas las ventanas y situó el parlante al medio del living.
Oídos sensibles Gabriela Lazo recibió hace un tiempo un aviso alertando de la remodelación de un departamento dos pisos más arriba en su edificio en Las Condes: "Me llamó el conserje para avisarme que el residente del piso 15 iba a remodelar, así es que iba a meter ruido las próximas dos semanas”. Poca gracia le hizo, pero igual agradeció el aviso, pues pudo organizarse para no programar nada importante en su casa mientras retumbaba el estruendo del taladro.
Valeria Morillo, encargada de contenidos de la plataforma de administración Comunidad Feliz, opina que los ruidos de fiestas o reparaciones son de los más molestos cuando se vive en comunidad. "Suelen ser el motivo principal de multa, siempre y cuando el ruido sea en los horarios de descanso determinados en el Reglamento de Copropiedad del edificio”, aclara. Y desde que comenzó la pandemia, afirma, muchos residentes se han vuelto más sensibles al más mínimo murmullo. Reglas de convivencia Cualquier medida que permita anticiparse a una situación desagradable puede ayudar en comunidad, indica José Antonio Muñoz, doctor en comportamiento humano.
“A los seres humanos no nos gusta la incertidumbre, por lo que siempre nos tomamos bien tener información sobre eventos futuros que nos eviten ratos desagradables”, explica el también investigador del Centro de Investigación en Complejidad Social (CICS) de la Universidad del Desarrollo. Esto no implica, claro, que sólo por dar aviso alguien pueda saltarse las normas mínimas de convivencia o reglas establecidas por la comunidad.
“Al violar una regla, aunque sea con aviso a los vecinos, se debe tener cuidado del alcance que tiene su trasgresión: se corre el riesgo de que se naturalice la violación de normas, lo que termina rompiendo el contrato social que permite la vida en comunidad”, advierte.
Si usted será quien meterá boche, sugiere apelar a la autorregulación, empatía y sentido común: “Es decir, pensar que alrededor puede haber niños, gente mayor, enferma o cansada que me autoriza a saltarme las normas, pero no para que convierta su noche en un infierno”, subraya Muñoz.
El sicólogo Gabriel Urzúa, director de Psicología Advance de la Universidad San Sebastián, añade que el aviso previo aminora la eventual molestia de la comunidad ante un estímulo que, de ser abrupto, es disruptivo y molesto. "Ayuda a mantener un mínimo de convivencia en una sociedad donde pensamos poco en el otro. Á veces pequeños gestos pueden contribuir a mantener relaciones sociales, con un marco de respeto básico”, afirma.