Una historia demasiado reciente en vías del olvido: cómo se vivió la pandemia en La Calera
Una historia demasiado reciente en vías del olvido: cómo se vivió la pandemia en La Calera Una historia demasiado reciente y en vías del olvido: Por MigveI Núñei Mercado El primer síntoma de la pandemia, en La Calera, fue el alza de las n-iascarillaa Aunque el virus aún no se propagaba desde una lejana región de China, el valor de los “tapabocas” se triplicó en las Farmacias caleranas. Es la primen nota que escribimos sobre el flagelo que, unos meses después, se nos haría cotidiano por mucho tiempo. y hasta ahora.
Entre los caleranos, la pandemia pandemia se comenzó a vivir antes que anunciara oficialmente el 31 de diciembre de 2019 La dernora de un comerciante chino, por volver a abrir su negocio en la ciudad, provocó la alarma.
Desde El Observador” Observador” lo tuvimos que ubicar lelefónicamenteen el país asitico asitico -a miles de kilómetros, en la ciudad de Wuhandonde supuestamentese inició el contagio contagio que luego sería mundialEn una media lengua -desde el otro lado del planetaplanetael comerciante explicó que había ido a la celebración del Año Nuevo Chino y que, por la aparición del virus, su país había cerrado los aeropuertos.
Cuando regresó, y mantuvo, por obligación sanitaria, su negocio de calle Caupolicán cerrado por un tiempo, los creativos caleranos de su contagio contagio se ufanaron de su falsa alarma El primer caso de contagio contagio de coronavirus -como se le llamó al comienzoque se conoció en Chile ocurrió el 3 de marzo de 2020. Era un médico y se descubrió en un hospital de Talca y el enfermo había vuelto de un viaje por el sudeste asiótico, donde había y isitadopaíses comoSingapur, Indonesia, Malasia y España. Entonces, en La Calera la alarma estaba instalada en la imaginación ya hacía un buen ralo. La primera calerana que sufrió el contagio. fue una periodista periodista de Artificio. Era re por(era de televisión y su imagen en un video, tosiendo y con la respiración entrecortada, fue vista por millones de personas. personas. Gracias a ella -que vivía y trabajaba en Santiagolos chilenos chilenos conocieron “en vivo” lo que yase nos estaba viniendo encima. Aunque, la mayoría de los caleranosse sentían a resguardo resguardo del coronavirus y seguían sus vidas como si nada; u obligados, obligados, por sus condiciones económicas. Una alerta importante importante la dio el doctor Sebastián Rossel, enlunces médico del Hospital de La CaleraEstaba alarmado por la displicencia de los caleranos, que andaban por las calles sin mascarillas y hasta hesuqueándose. EL PRIMER CONTAGiO Hasta que el coronavirus llegó, oficialmente, a La Calera. El primer contagiado a Fines de marzo de 2020, fue el pastor de una iglesia evangélica cercana cercana al centro. Había contraído el virus en una reunión con sus colegas en un encuentro en una comuna cercana a Santiago. Ante el hecho, algunos algunos caleranos no hicieron muchos méritos de ser parte de la “ciudad cariñosa” y nrdrearon nrdrearon el templo y la casa del religioso. Cuando el pastor se recuperó recuperó milagrosamente de la enfermedad -aún con fa Ita de aireen sus palabrasrelaté con detalles, lo que había pasado para sobrevivir. El aislamiento, aislamiento, el tubo que le llevó el aire a sus pulmones, los días inconsciente. inconsciente.
Hasta la visita de un ser superiorqoe, ensueiios, lo habría conminado a resistir y salir adelanle, Pese a que había prohibición prohibición deiníorrnarsnbre las identidades identidades de los casos de coronavirus, el pastor dio la cara y, valientemente, narró lo vivido y pidió a los calcranos que se cuidaran y envió su perdón a los que le aped rea ron la casa y el templo, lerompierunel techo y le rompieron los vidrios. LA CIUDAD EN PANDEMIA Entretanto, la ciudad ya había comen ?ado a prepara rse para la pandemia y se la babia tomado en serio. Los rostros se guarda ron tras los tapabocas, las distancias físicas se coniplieronycambióhasta coniplieronycambióhasta la forma desaludarse entre los siempre efusivos y ardorosos caleranos. El apretón de manos ylos besos en las mejillas se convirtieron en un solo y leve toque de puños u apagados “holas” a distancia.
En el piso de las veredas de a lgu nos local es se pinta ron huellas depisadaqque aún se mantienen). Era la ubicación que se debia mantener, de un metro entre una y otra pasona, pasona, porque se había descubierto que el vi ruscra de los gordosy grasnsos Y 50 peso no le permitía permitía mantener una distancia mayor en el aire. Subieron de valor -otra vezlas mascarillas, que cambiaron de diseño, se re forzaron y hasla le dibujaron sOnrisas. También las toallitas desechahles yel modesto alcohol alcohol gel-con bastante aguallegó a precios superlativos Se obligó al cierre de los negocios negocios que reunianpersonas en su interiory en losotrossólose permit it un ingrese 11 niitado. Apa. reciercnlas cadenas en los ingresos y los carteles dondese indicaba el escaso número de los que podían atenderse al mismo tiempo. Sorprendente/ arios de pandemia.. 4rí u hai huellas, !iterale, de ¡ a distancia que se debía mantener entre ¡ os calerunas. Una historia demasiado reciente en vías del olvido: cómo se vivió la pandemia en La Calera mente, muchos negocios quena podían funcionar, llenaron sus vitrinascori artículos delimpieza delimpieza para sortearelintpedimerao. Entretanto, habla algunos que daban recetas “caseras” para derrotar el maL desde los tragos con cloro hasta la aspiración aspiración de hamos de hierbas, entre otras cosas mucho ms terribles. Varios llegaron a los centros de salud con los problernas problernas provocados más por el remedio que por el virus. Los funcionariosdesalod seeonvi rtieronen rtieronen héroes ylos bomberos les rindieron sonorosyencendidos sonorosyencendidos homenajes. pero de lejitos.
Otra costumbre -aunque nacionaltuvo por escenarios escenarios las mañanas, cuando el entonces ministro de Salud -u otro funcionario de esa secretaria de Estadodaba la funesta cuenta de tos muertos y contagiados diarios, que no andaban para nada cerca de las cifras ciertas También de las ciudadesqueentrahan o salía de la cuarentena u otros estados estados de emergencia. La Calera. a mediados de la pandemia, ya habla pasado por todos y por largos ratos.
CLOItOS N ECI{OS A CAMBIO DE FLORES Sin embargo, más allá de todo lo vivido, La C. alera ya había expuesto su condición de tradicional “Ciudad Solidaria”. Pese a que había prohibiciones de informar sobre en ferinos o muertos por los contagios, entre los caleranos se sabia todo y con clara evidencia. l.o. s fallecidos debieron partir rápido a sus sepulturas y con los ataúdes sellados. Entretanto, los caleranos entraban y salían de cuarentenas. cuarentenas. Lasfamilias debieron cohijarseensushogares. cohijarseensushogares. FI hastio de los días guardados dejó en evidencia la dificultad de la vida confinada. La violencia familiar ocupó -junto a los que violaban las restricciones sanitariassanitariaslos pri meros puestos de las denuncias que recibían los Carabineros (que también se contagiaron en patota)y la Fiscalía Local de La Calera. Aunque tas luchas politicas y electorales nose detuvieron.
Los caleranos participaron en Primarias, Plebiscitos; Elecciones Elecciones -y, aunque alrasadasde Alcalde y Concejales, de Gobernador Gobernador Regional; de Convencionales; Convencionales; de Diputados; de Consejeros Regionales y hasta un par de vueltas de elecciones paraelegirlresidentede la República. República.
También Unión la Calera perdió un sorprendente pa. rtido pa. rtido que iba ganando dos a cero y “con baile” a la Universidad de Chile, lo que salvó a este ultimo club de bajar de divi. sión. No tiene mucho que ver con la pandemia, peroel juego también fue harto sospechoso. TanlhiLn, los”rojos” ocuparon un “palo blanco” para sortear la enfermedad del arquero TIEMPOS VLRTUNLES y ENCERRADOS Los niños perdieron dos aros de sus vidas como sujetos sujetos sociales.
No pudieron ir a la escuela, no juga ron en el patio del colegio o en las calles y vivieron con sus ojos en los teléfonos celulares, los computadores o en clases virtuales, virtuales, que, muchas veces, se prestaron para la chacota. Los púberes se perdieron, quizás, una de las mej ores etapas de la vida, encerrados en sus casas.
Por largos periodosno llegaron llegaron a vivir el amor romántico, romántico, que sólo se disf ruta en esa etapa de la existencia donde todo es emoción y seritimientoLos seritimientoLos jóvenes mayores debieron debieron dejar en espera sus primeras performances sexuales.
Los adullos -he hicimos hicimos un par de reportajes sobre el temaunieron a sus consumos habituales productos productos especiales de la “Casa del Sexo” y de otros locales que alendían virtualmente por internet. l. a situación económica económica llegó a extremos que no seveian desde décadas Dehieron Dehieron cerrar algunos comercios y los ambulantes se tomaron -hasta ahora-el centro ca lerano. lerano. l. a posibilidad de retirar de sus cuentas de las AFPs el lO%alivió unpoeoeldrama. Luego los IFE, medios tardíos, ayudaron otro poco. Hasta que llegaron las vacunas. vacunas. En la ciudad fueron los adultos mayores los primeros que, literalmente, pusieron el hombro.
Con los demás caleranos, costó u o poco porque hubo algunos que creyeron en acciones conspirativas, en negocios delosgrandeslahoratorios delosgrandeslahoratorios y hasta una estratagema mundial para deshacerse de algunos millones de “viejos”. Hasta que primé la cordura y los caleranos llegaron, una y otra vez, a inocutarse contra el virus, que ahora se flamaha flamaha Covid-l9yque hasta ahora convivecon todos, porque vino para quedarse. Oficialmente, más de 80 caleranos mu rieron por la pandemia. Unos 10 mii estuvieron estuvieron entre los contagiados co la ciudad.
Ambas cifras pueden ser más, porque los sintoma a veces, se confundían. lese a estas y otras cifras que abarcan otras áreas, hay una serie de síntomas que aparentan señalar señalar que la pandemia vivida en la ciudad -y en Chile y el mundoestá envías de olvido. Nunca hace mal hacer un recuento recuento de la historia, porque. dicen, ésta tiende a repetirse. Y, si no se repite, que quede para la Historia lo vivido, Las mascarillas hieren el distintivo ni. is irnportanre duran te el periodo que ¡ a ciudad sutñó las riores del (otid 19..