Autor: M. CORDANO
La utilidad de lo que se enseña en clases se alza como la principal preocupación de los apoderados
La utilidad de lo que se enseña en clases se alza como la principal preocupación de los apoderados Que los colegios los preaprobar asignaturas, sip a r e n n o s o l o p a r a no también para enfrentar con éxito los desafíos académicos, laborales y sociales que vendrán a futuro, es la principal respuesta de los apoderados al ser consultados por aquello que más les preocupa respecto a la educación de sus hijos.
El porcentaje de quienes así lo afirman (34,8% ) destaca por sobre otras variables como la violencia escolar (17,8% ), el clima emocional del aula (9,3%) o el uso de tecnologías (que solo representa al 0,9% del total de papás). Así lo dan cuenta los resultados de la encuesta “Chile nos habla de educación”, desarrollada por el Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la U.
San Sebastián, en conjunto con su Facultad de Educación y la consultora Studio Público, y donde se tomó como base una muestra de 1.061 personas, donde 61,4% tenía hijos en edad escolar, tanto en establecimientos particulares, como particulares subvencionados y públicos.
“Cuando los apoderados ponen la utilidad como primera prioridad, por encima de temas como la violencia o el clima emocional, no significa que estos últimos no les importen, sino que perciben que hay un desfase entre lo que el sistema escolar enseña y lo que ellos consideran clave para que sus hijos tengan éxito en el futuro.
No necesariamente creen que todo el currículum esté desactualizado, pero sí que falta conexión con el mundo real y con las competencias que demandará el siglo 21”, explica Paulina Guzmán, investigadora de la Facultad de Educación USS. El pensamiento crítico, la comunicación efectiva o el dominio de más de un idioma son ejemplos de estas aptitudes deseadas y que estarían al debe, según la académica.
“Los padres piensan que el sistema educativo está anclado a contenidos teóricos o algo desactualizados, que tienen poco énfasis en habilidades prácticas de resolución de problemas”, plantea Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educación de la U. del Desarrollo, especialista que no tuvo relación con la encuesta.
“Está la percepción de que la escuela sigue siendo muy tradicional y que no avanza tan rápido como sí lo hace el mundo del trabajo”. Segunda casa Respecto a la violencia, que aparece destacada como segunda prioridad, Guzmán comenta que “ha estado presente en las encuestas por OJEDREVASILE escuela “es una segunda casa” para su hijo, señala Ricardo Salinas, vicepresidente de la Asociación Nacional de Padres y Apoderados FIDE (Anapaf). Por lo mismo, hoy preocupa que “la droga, los robos y asaltos estén amenazando el clima de convivencia escolar y el entorno de los establecimientos”, lamenta.
Justamente, los datos de la encuesta señalan que 18,6% de las personas ha presenciado o tenido conocimiento de la existencia, en el colegio de sus hijos, de dos a tres incidentes relacionados con drogas, armas, pandillas o amenazas graves durante el último año. Otro 26,3% ha visto peleas físicas entre estudiantes cuatro o más veces en el mismo período y 34,1% ha sabido la misma cantidad de veces sobre casos de acoso escolar o bullying.
Otros datos que llaman la atención son los relacionados con qué tan bien informados se sienten los apoderados respecto a lo que ocurre en el colegio de sus hijos: mientras casi la mitad (47,7% ) dice sentir que se encuentra al tanto, un tercio (34,5% ) responde que solo “a veces” y cerca de un quinto (17,6% ) directamente que “no”. “Es una señal de alerta. Esto indica que existe una brecha en la comunicación entre la escuela y las familias, lo que puede dificultar la colaboración en beneficio del aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. Cuando los padres no cuentan con información clara, oportuna y comprensible sobre el rendimiento, la convivencia o las oportunidades de participación, su capacidad para apoyar efectivamente se ve reducida”, dice Guzmán.
Muchos papás “desconocen, en general, los proyectos educativos institucionales de los colegios donde están sus hijos, así también los reglamentos y protocolos”, agrega Salinas, quien cree que los establecimientos debiesen fomentar más las “inducciones al apoderado”. Para estos casos, Bravo sugiere apoyarse en la tecnología: además de correos electrónicos, hoy existen las páginas web y redes sociales, así como distintas aplicaciones móviles creadas para promover el diálogo.
Reforzar este vínculo entre escuela y familia implica “canales de comunicación efectivos y bidireccionales, que no se limiten a entregar información, sino q u e t a m b i é n r e c o j a n i n quietudes y propuestas de los apoderados”, advierte Paulina Guzmán. años, pero en el último tiempo su visibilidad ha aumentado debido a episodios de alta connotación pública”, como lo ocurrido en los últimos días con el profesor que les gritó a sus estudiantes por una discusión política, o el docente rociado con bencina. “A esto se suma el impacto de la pandemia, que alteró rutinas, vínculos y habilidades socioemocionales”, dice la académica.
Para un padre o madre, la Más que solo tareas Al ser consultados por el principal rol que debiesen tener los apoderados en la mejora de la educación escolar, un cuarto (27,9% ) de los encuestados respondió “apoyar el aprendizaje en casa”. Le siguieron “mantener la comunicación con profesores” (19,3% ) y “apoyar o respaldar a la autoridad escolar” (18,6% ). “Apoyar el aprendizaje en casa implica mucho más que ayudar con las tareas: significa reforzar hábitos de estudio, estimular la curiosidad, fomentar la lectura, acompañar en proyectos escolares y cultivar habilidades socioemocionales como la perseverancia y la autorregulación”, indica Paulina Guzmán, de la USS.
Mantener comunicación con los profesores “supone un diálogo constante, no solo para recibir reportes de problemas, sino para compartir avances, necesidades y estrategias conjuntas”. Aunque deseable, en la práctica este ideal se ve afectado por limitaciones como falta de tiempo, escasa confianza entre familias y docentes, o la ausencia de canales, lamenta la académica.. “Está la percepción de que la escuela sigue siendo muy tradicional y que no avanza tan rápido como sí lo hace el mundo del trabajo”, señala un académico. La violencia y el clima emocional en el aula son otras grandes inquietudes.
Al ser consultados sobre la educación de sus hijos en la encuesta “Chile nos habla”, de la USS: Más que solo tareas Al ser consultados por el principal rol que debiesen tener los apoderados en la mejora de la educación escolar, un cuarto (27,9% ) de los encuestados respondió “apoyar el aprendizaje en casa”. Le siguieron “mantener la comunicación con profesores” (19,3% ) y “apoyar o respaldar a la autoridad escolar” (18,6% ). “Apoyar el aprendizaje en casa implica mucho más que ayudar con las tareas: significa reforzar hábitos de estudio, estimular la curiosidad, fomentar la lectura, acompañar en proyectos escolares y cultivar habilidades socioemocionales como la perseverancia y la autorregulación”, indica Paulina Guzmán, de la USS.
Mantener comunicación con los profesores “supone un diálogo constante, no solo para recibir reportes de problemas, sino para compartir avances, necesidades y estrategias conjuntas”. Aunque deseable, en la práctica este ideal se ve afectado por limitaciones como falta de tiempo, escasa confianza entre familias y docentes, o la ausencia de canales, lamenta la académica.
Generar talleres que fortalezcan el sentido de comunidad y capacitar a los docentes y directivos “en habilidades para trabajar con familias, incluyendo la gestión de conflictos y la construcción de alianzas de confianza”, son parte de las recomendaciones que la investigadora Paulina Guzmán entrega a partir de los resultados de la encuesta.