"El presidente Boric se está preparando para ser oposición"
Martín Romero E.
Í í El mayor fenómeno político en curso es el reordenamiento de las fuerLa política hoy es caótica porque hay muchos aspirantes al premio mayor”, dice Rafael Sousa, socio y director general de «ICC Crisis Comunicación y Asuntos Públicos». Al margen de ese desorden, este m ter en Ciencia Política en la UC y máster en Comunicación UDP, escribió hace unos días un pequeño análisis («Viejos equilibrios con nuevos actores») donde traza algunos perfiles tras los resultados de las elecciones del 27-0.
Allí destacan algunos puntos: el Presidente Boric perderá, paulatinamente, su rol de liderazgo al interior de la izquierda con el correr de los meses, pero su aprobación se mantendrá tal cual hasta el final de su mandato. En la vereda opuesta, republicanos tendrá que hacer algo más que presentarse como un muro contra la izquierda.
Con todo, lo que más le llama la atención a Souza —en medio del debate por la falta de renuncias en el gabinete— es la ausencia de figuras de peso en la izquierda que peleen un cupo parlamentario. “No creo que el oficialismo, particularmente al Frente Amplio, tenga en sus planes regalar esta elección. Quizás tengan menos posibilidades en la presidencial, pero necesitan una figura que traccione la lista parlamentaria”, apunta el también profesor de gestión de crisis en la U. Diego Portales.
“El Frente Amplio necesita elegir más senadores” —¿ Qué rol político puede jugar el Presidente de aquí al final de su mandato? En tu análisis hablas de que habrá un “debilitamiento de su rol como líder de coalición”. —Boric vaa sufrir las consecuencias de haber tenido elecciones todos los años de su mandato, de haber perdido la mayoría de estas, de haber tenido que gobernar con la centro izquierda a la que antes pensaba la irrelevancia, y ciertamente también por el caso Monsalve.
En este sentido, la crisis no es el horroroso delito que pueda haber cometido su subsecretario, sino porque en esos primeros días de crisis, bajo su presidencia, el poder y la influencia se movieron con sus propias reglas, muy por debajo de la vara ética que impone el Presidente y posiblemente también por debajo del Estado de Derecho. Ahora está expuesto a la fragilidad: qué va a decir la defensa de Monsalve, la posible víctima de violación y así. En este contexto, los parlamentarios oficialistas tendrán aún menos incentivos ala disciplina. Pese a esto, el Presidente podría cumplir su gran propósito como jefe de coalición, aunque por motivos distintos alos que él quisiera: toda la izquierda en una fuerza.
El Presidente, como jefe de coalición, tiene la difícil tarea de que este acuerdo meramente electoral tenga proyección política. —El Presidente ha mantenido un apoyo estable en torno al 25%, tú has proyectado que ese número no se moverá Rafael ET para ser oposición” El analista político agrega: “Debe preocupar al oficialismo que las figuras que podrían ser más competitivas en las parlamentarias no muestren mayor interés”. Más allá del 30%. ¿Cómo lo podemos leer: un liderazgo capaz de aglutinar una base sólida o la incapacidad de sumar un apoyo más amplio que su voto de primera vuelta? —Con una economía débil, amenazas inflacionarias relevantes, muchos casos que afectarán la confianza institucional y pocas posibilidades de que el Gobierno logre resultados en el Congreso, no se ve cómo las variables de aprobación mejoren mucho. Pero efectivamente el Gobierno parece tener una base de apoyo sólida.
Lo demostró en la reciente elección: logró un buen resultado considerando un pésimo contexto, como el caso Monsalve y un crecimiento importante en la inflación, particularmente en alimentos y electricidad, dato que conocimos hace poco pero cuyos efectos las personas ya sentían.
La izquierda oficialista no va a alcanzar a ampliar su base de apoyo antes delas próximas elecciones, pero sílo puede hacer como eventual oposición, porque van a haber aprendido que el crecimiento y la seguridad pueden y deben formar parte de una agenda progresista, La derecha debiera tomar nota de esto.
Ves al oficialismo en el inicio de la carrera presidencial? En tu escrito, apuntas a que es poco probable que Vodanovic, Orrego o Claudio Castro dejen sus cargos para aventurarse en una probable derrota; lo mismo Bachelet. —Para el oficialismo el mayor problema es que Michelle Bachelet seguirá siendo considerada candidata mientras no le entregue su apoyo a otro. No basta que diga que no postulará. Hoy el oficialismo no solo carece de nombres presidenciables, sino también de buenos candidatos al Senado, más allá de los incumbentes.
Efectivamente Vodanovic, Orrego o Castro, tienen pocos incentivos para entrar en una carrera presidencial: no solo tienen pocas posibilidades de ganarla, también son autoridades locales que, a diferencia de los parlamentarios, son percibidas como muy incidentes en la vida de sus comunidades, por lo que una eventual derrota transformaría sus cargos en un premio de consuelo, muy poco digerible para sus vecinos y poco productivo para sus futuras aspira: —¿ Te parece bien la estrategia del Presidente de mantener el gabinete tal como está? Se hubiese esperado que alguno saliera para disputar un cupo parlamentario. —El Presidente solo podía elegir entre una decisión mala y una pésima. Esaudaz, pero tiene sentido que no haya sacado alas ministras Tohá y Orellana.
Sus reones E $ 8 2 3 8 3 3 É z $ 2 2 nuncias no iban a mejorar en absoluto la relación con la oposición en el Congreso, tampoco sacarían el caso Monsalve de La Moneda, hubieran profundizado la sensación de crisis en el Ejecutivo y empeorado la relación dentro de la coalición a semanas de la segunda vuelta de gobernadores y de un nuevo año electoral. Además, puede tomar esa decisión en otro momento, ante nuevos antecedentes o acusaciones políticas que seguramente vendrán.
Lo que sí debe preocupar al oficialismo es que las figuras que podrían ser más competitivas en las parlamentarias no muestren mayor interés. —Claro, desde fuera está la sensación de que el oficialismo “tiró la toa Ma”, ¿ no?. —Creo que más que tirar la toalla por parte del oficialismo, son los propios ministros los que han tomado la temperatura al agua electoral y se han dado cuenta de que no están en buena posición. Pero ante una probable derrota presidencial en 2025, lo que les queda es mantener relevancia en el Congreso. El Frente Amplio particularmente necesita elegir más senadores para estar a la altura de su proyecto político. Pueden tener una buena opción en Valparaíso, donde Isabel Allende y Lagos Weber no pueden reelegirse.
“Es la vida de las personas lo que se politizó” —Alberto Mayol decía que lo que le importa al Gobierno es el ciclo electoral de 2029. —Coincido en cuanto a que el Presidente Boric probablemente se está preparando para ser oposición. Un escenario posible es una presidencia de Matthei, con un Congreso sin mayorías, poca gobernabilidad como pasa desde 2010 y, en ese contexto, reivindicación del ideario progresista.
El Presidente quedaría en una buena posición para volver a gobernar y tendría que elegir entre construir una alternativa de izquierda más cercana a la socialdemocracia, como ha sido en general su mandato, o impulsar un relato del tipo “haremos todo lo que la derecha nos impidió”. Me inclino más por la primera alternativa, porque Boric no será el mismo que entró a La Moneda en 2022. —¿ En qué posición queda Evelyn Matthei? En principio los resultados la favorecieron, pero está el fantasma del “camino propio” por parte de republicanos. —La derecha ahora sufre los males del fraccionamiento que ha sufrido antes la izquierda. No es una locura pensar en una primera vuelta con Matthei, Kast, Kaiser y Ximena Rincón, quizás Rojo Edwards, quien tendrá la ventaja de contar con cuatro años más en el Senado. En una eventual segunda vuelta, Matthei tendrá que buscar votos que van a haber conectado con relatos muy distintos, desde muy conservadores hasta centristas liberales. Republicanos tiene todos los incentivos para seguir el camino propio. Ellos nacen como alternativa a una derecha que, en su definición, transa con la izquierda. No pueden regalar esa posición, pero tienen un desafío narrativo.
El recuso de ser el dique de la izquierda se está agotando y el de paladines de la seguridad también, porque es un commodity de todo el espectro político. —¿ Ves a la derecha con la capacidad de ir unida en un solo pacto? —Sin dudas la derecha hubiera tenido un mejor rendimiento unida, pero Chile Vamos sacó la lección de que no necesita mimetizarse con republicanos y ser distintos a Chile Vamos está en el ADN de republicanos. Ellos son el tipo de partido cuyo éxito está en navegar siempre en la misma dirección mientras esperan una marea favorable. Son convicción pura, mientras Chile Vamos es flexible, propio de quienes han ocupado todos los cargos de poder. La coalición de gobierno nace porque Apruebo Dignidad ganó sin tener cuadros para gobernar. Ahora los une el instinto de sobrevivencia.
De la misma forma, Chile Vamos y republicanos no van a formar una alianza porque les pueda ir mejor, sino cuando sientan la amenaza de que les puede ir muy mal. —¿ Los ciudadanos están politizados? Kathya Araujo señala que “a la gente le interesa lo que pasa, pero no le interesan los partidos políticos y no se siente representada”. —Es la vida de las personas lo que se politizó.
Con el movimiento estudiantil de 2011 empezó a crecer la demanda de cambio en la sociedad, que no es otra cosa que la percepción generalizada de que los avances en bienestar dependen de nuevas decisiones políticas.
En educación y luego en otros ámbitos, como pensiones y salud, la nueva izquierda logró instalar la idea de que esos cambios dependían de una retirada del mercado, con lo que la discusión pasó de las mejoras hacia la impugnación de las estructuras.
Podríamos decir que esa fue una primera ola de politización, en que se discutieron nuevos órdenes en materias críticas para la vida de las personas. —Claro, después vino una “segunda ola” politizadora. —En efecto: vino una segunda ola de politización basada en la identidad. Feminismo, ambientalismo, diversidad sexual, descolonización, veganismo, estas y otras corrientes intelectuales y activistas hicieron que los estilos de vida ahora tuvieran un significado político. Tener hijos, ser dueña de casa, comer carne, ser católico, reciclar o no, andar en bicicleta o en auto, antes decisiones muy personales, ahora parecieran verdaderos manifiestos. Hoy estamos viendo la reacción conservadora a esa ola progresista y un proceso de razonamiento social respecto de las grandes políticas públicas. Ya no se trata de lo que no queremos, sino de las alternativas que estamos dispuestos a aceptar. La vida sigue politizada y creo que seguirá así por varios años. “Francisco Orrego tiene una chance de ganar” —¿ Cómo ves el mapa de la segunda vuelta en Gobernadores? Coquimbo y el Biobío se ven favorables a la derecha. Valparaíso está peleada. Para el oficialismo el mayor problema es que Michelle Bachelet seguirá siendo considerada candidata mientras no le entregue su apoyo a otro.
No basta que diga que no postulará”, Los propios ministros han tomado la temperatura al agua electoral y se han dado cuenta de que no están en buena posición”, —Es posible que la derecha gane seis o siete regiones, pero que los candidatos apoyados por el oficialismo triunfen en la Región Metropolitana y Valparaíso. Si se da este escenario, la izquierda se quedaría con más regiones y mayor número de población gobernada, pero con independientes en las dos más importantes. Creo que ambos sectores quedarán conformes. Para la derecha será un avance importante no solo ganar muchas más gobernaciones que en 2021, sino que hacerlo desbancando a la izquierda. Y el oficialismo dará una señal de competitividad, considerando que estas elecciones se celebraron en plena explosión de la mayor crisis que ha vivido este Gobierno. Orrego tiene ventaja para el balotaje en Santiago, no? —Claudio Orrego tiene la ventaja porque su base de votos es muy alta, pero hay que dar margen a la sorpresa.
Por primera vez conoceremos el comportamiento del voto obligatorio en segunda vuelta. —¿ Crees que el desmarque de Claudio Orrego con el PC y sus críticas al Presidente Boric le ayudarán en la campaña? Uno podría pensar que su apoyo al Apruebo, por ejemplo, es difícil de borrar. —En general hay poco conocimiento sobre el rol de los gobernadores y el voto obligatorio aumenta ese efecto. La mayoría de las personas entienden que se elige una autoridad regional y evalúa a los candidatos respecto de sus aspiraciones para la vida en la ciudad. Por eso no creo que el apoyo de Claudio Orrego al Apruebo vaya a tener mucha incidencia. Ya se hubiera notado en primera vuelta. Sus críticas al Presidente no me parecen dramáticas, Vodanovic e Irací Hassler, siendo totalmente oficialistas, también han criticado al Gobierno por la crisis de seguridad. —¿ Crees que la estrategia de Fran.
Co Orrego, de venderse como un candidato meritocrático versus un miembro de la élite, le funcionará? Si uno revisa sus números le fue muy bien en las comunas acomodadas, pero perdió por mucho en sectores de bajos recursos: en La Pintana perdió por 16 puntos, por ejemplo. —Paradójicamente Francisco Orrego usa el atributo no-elite, que fue muy propio de la izquierda independiente en 2021. Esa estrategia de anteponer la biografía personal a la trayectoria política. En ese momento funcionó, pero se agotó con el decepcionante desempeño de la mayoría de esos actores. El caso de Matías Toledo en Puente Alto es distinto. Él también representó la no-elite, pero su base estaba en un trabajo comunitario de años. Francisco Orrego tiene una chance de ganar, pero no lo logrará por ese motivo. Creo que lo que mejor le puede funcionar esla impugnación, un áni'mo muy presente en el electorado, especialmente con voto obligatorio. Mostrar que la decadencia de la ciudad es en parteresponsabilidad del incumbente, algo que ciertamente sería muy injusto pero que estratégicamente funciona. Necesita un tono muy local, algo que le cuesta porque se curtió como polemista en grandes temas nacionales.