Autor: Cristóbal Madero s.j. Académico U. Alberto Hurtado Liliana Cortés Directora Fundación Súmate
Volver a clases
Retomar las clases, con la seridad sanitaria necesaria, está en la expectativa de apoderadas apoderados, de docentes, y de la iudadanía en general.
Estar en la escuela es participar de un luga de aprendizaje y, también, una alernativa de formar parte de u espacio que opera como ecualizador social, a pesar de todas las deficiencias e injustas desigualdades del sistema escolar.
Es en el espacio escolar donde niñas, niños y jóvenes reciben, o así se espera, un trato igual, inclusivo, con acceso a apoyo socioemocional, a ateriales básicos, a docentes preparados, a apoyo alimentario uando se necesita, y a muchos otros bienes simbólicos y materiales de los que hasta ahora no éramos del todo conscientes. Ora bien, volver a la escuela es una expectativa que para uchos simplemente no existe. Estar en ese espacio dejó de se na posibilidad hace mucho Tiempo. Se trata de los más de 18 mil niños, niñas y jóvenes que están fuera del sistema escolar e hile, y que seguramente para e fin de la emergencia seguirán si volver a clases. Como sociedad les hemos negado sostenidamente la esperanza.
En momentos en que com humanidad compartimos la experiencia de estar en una mism barca atravesando un escenari incierto, es de esperar que esto niños, niñas y jóvenes nos haga star especialmente atentos a 1 mergencia permanente que s realidad implica. No vaya a se ue nuestra normalidad al volve