¿Qué más queda esperar?
¿ Qué más queda esperar? Columna ¿ Qué más queda esperar? os que peinamos canas hemos visto con el correr de losaños. grandes acuerdos; grandes fracasos y resultados mixtos.
Todosconla máxima de que quienes los sustentaban lo hacían porel bien delanación ysus personas, sin duda los maticesson importantes, sin embargo, jamás se puso en duda que lo que se buscabasesudamente eran mejoras para nuestro país. Hoy día ya no lo tengo tan claro.
Escuchar a una importante funcionaria de este gobierno decir en sus inicios, que si bien vamos aser más pobres, seremos más felices, esto debía ser una señal de que algo andaba mal y que la búsqueda de los administradores de este gobierno ya no sería los grandes consensos. Ahora, ser capaz de decir que la población va a ser más felizo que bajoeste mandatola población lograría la felicidad, esde una arrogancia sin precedentes. Por el contrario, es tanto más fácil abordar los problemas de la población desde sus falencias.
Así se puede centrar el foco de laacciónsocialatendiendo y analizandolasinfelicidades, dondelas que mayormente serepiten eslafalta de trabajo; lafalta de oportunidadesy lasensación de perder algo que costó mucho lograr: Alnoconsiderar estas máximas, evidentemente jamás lograremos mejorar elánimo delos compatriotas. Sinotenemos claro quéeslo quela población busca, malamenSinotenemos claro quéeslo quela población busca, malamenSinotenemos claro quéeslo quela población busca, malamenMichel Junod, médico veterinario. tele vana poder entregar mejoras sustantivas asus demandas.
Un ejemplo claro de elloesel tremendo escándalo que generó laausencia del ministro de Economía a la cena anual de la minería, por un topón de horario con una "pichanga de futbolito". Nos escandalizamos y llenamos las redes con ácidos comentarios, y no era para menos, se trataba de la Cesco Week, uno delos principales eventos mineros del cobre a nivel global y que cadaaño reúne alas másaltas autoridades y líderes dela industria para hablar de proyecciones einversión. Siesto ocurreen la gran minería del cobre, queantaño fuera llamada el sueldo de Chile, ¿qué más queda esperar para las otras actividades económicas del país?. La respuesta es simple, ninguna esperanza. De muestra un bo:cordemos que como ministro de Agricultura tenemos a un periodista y doctorado en Historia. Reparten cargos donde llegan para intentar aprender de lo que se está hablando, para luego ser retirados por ineptos o por cambio de gobierno. Alguien dijo por ahí que el primer acto de corrupción de una persona, esaceptar un cargo para el cual no está preparado y ejemplos así, lamentablemente, tenemos demasiados.
Afortunadamente ya queda menos de esto y la esperanza está volviendoallos chilenos, que por ahora nos estamos salvando dealgunas reformas con un marcado sesgo ideológico. gunas reformas con un marcado sesgo ideológico. gunas reformas con un marcado sesgo ideológico. gunas reformas con un marcado sesgo ideológico..