Autor: José Miguel Castro Diputado dela República
Columnas de Opinión: 18-0: Reflexiones sobre seguridad y el futuro
Columnas de Opinión: 18-0: Reflexiones sobre seguridad y el futuro OoColumna118 de octubre de 2019 marcó un antes y un después en la historia de Chile. Lo que comenzó como legítimas demandas sociales pronto degeneró en violencia, afectando profundamente ala ciudadanía. Cinco años después, esesencialevaluar cómo el estallido impactó a nuestra región y considerar los desafíos que enfrentamos para construir un futuro más seguro. EnAntofagasta, la promesa de cambios estructuralesse ha visto opacada por unalarmante aumento de la delincuencia y el deterioro dela calidad de vida. Durante el primer año tras el estallido, los delitos de alta connotación social, como robos y desórdenes públicos, aumentaron un 141%, dejandocicatrices visibles en el centro dela ciudad por los saqueos y actos de delincuencia.
Aún. se observan edificaciones destruidas y vandalizadas, que luego intentaron reparar através de costosos proyectos de pintureparación de fachadas que resultaron en un desfalco al Esray tado, dinero que quedó en el bolsillo de unos pocos y probablemente de autoridades que aún no dan verdaderas explicaciones ala ciudadanía. Por otra parte el clima de descontrol generado por el estallidotambién debilitólalabor de Carabineros, reduciendo sucapacidad de respuesta ante la delincuencia. La calidad de vida ha sufrido un fuerte deterioro, especialmente para losjóvenes, quienes enfrentan la falta de oportunidades y un sistema educativo en crisis. El abandono escolar ha cre-cido en más de un 30% en los últimos cinco años, lo que representa una amenaza seria para el futuro de la región. El impacto económico también ha sido devastador. El crecimiento de Antofagastase ha frenado por laincertidumbre y la falta de inversión. La delincuencia, la corrupción yla inestabilidad hanllevado a que los empresarios sean más cautelosos.
La pobreza sigue en aumento y muchas familias luchan por llegara fin de mesen un contexto dealta inflación y escasas oportunidades laborales, larealidad baño a muchos que prometieron grandes cambios, la verdad es que todos sabemos sin esfuerzo no hay recompensa. A pesar de estos retrocesos, algunos siguen justificando la violencia como herramienta de cambio, ignorando que ha destruido losavances logrados en democracia. Parasuperar las divisiones, debemos recuperar el respeto al estado de derecho y fortalecer las instituciones, garantizando la seguridad y promoviendo políticas que nos beneficien a todos. Antofagasta, como una delasregiones más productivas de Chile, tiene un rol clave en este proceso. Es momento de dejar atrás las divisiones y trabajarjjuntos por un país más seguro, próspero y justo. Las demandas sociales que impulsaron el estallido siguen vigentes, pero no podemos permitir que la violencia y larabiasigan siendo el camino. Debemos mirar al futuro con esperanza, construyendo un país donde la ley y el ordenseanla base del progreso y donde todos podamos vivir con bienestar y seguridad..