La crisis silenciosa de la salud mental
N el marco del Día E Mundial de la Salud Mental 2024, un reciente estudio de Ipsos expone una realidad que no podemos seguir ignorando: el bienestar emocional de los chilenos está en crisis.
Con un 73% de la población afirmando que el estrés ha afectado su vida cotidiana y un 69% reportando sentirse deprimido durante largos períodos, es evidente que la salud mental en Chile requiere atención urgente y sostenida. Que el 82% de los chilenos considere que la salud mental es tan importante como la física es un avance significativo en la percepción social, pero lamentablemente, no parece reflejarse en las acciones concretas.
El 38% de los encuestados cree que el sistema de salud sigue priorizando la salud física por encima de la mental, lo que sugiere una brecha preocupante entre las necesidades de la población y las políticas públicas vigentes.
Este estudio pone de manifiesto una verdad que resuena en todo el mundo: la salud mental es tan vital comoel bienestar físico para vivir una vida plena, Sin embargo, en Chile y otros $8 Estudio pone de manifiesto una verdad que resuena en todo el mundo: la salud mental es tan vital como el bienestar físico”, paises, el acceso a servicios adecuados de salud mental sigue siendo insuficiente, y el estigma en torno a los trastornos emocionales y psicológicos persiste.
La Generación Z y los Millennials son los más afectados por el estrés y la depresión, algo que no debería sorprender en un contexto de incertidumbre global, crisis económicas, y una creciente presión social por alcanzar metas que muchas veces resultan inalcanzables. Los jóvenes enfrentan desafíos únicos: la dificultad de integrarse al mercado laboral, la ansiedad por el futuro y el impacto de las redes sociales, que pueden agravar la percepción de fracaso o aislamiento. El hecho de que más de la mitad de los encuestados chilenos haya reportado niveles de estrés tan altos que les impidieron ira trabajar es un llamado de atención urgente. No se trata solo de un problema individual. No se trata solo de un problema individual, sino de una cuestión que afecta la productividad, la economía y la cohesión social en su conjunto. En un país que está avanzando en muchos aspectos, el retraso en el tratamiento de la salud mental es un escollo que no podemos permitirnos. EDITORIAL