Autor: Por Pablo Retamal Navarro
GORDON MATTA.CLARK Libro revela su vínculo con Roberto Matta más allá de los desencuentros
GORDON MATTA. CLARK Libro revela su vínculo con Roberto Matta más allá de los desencuentros y cULTO CULTOVZZZZZZZZZZZZZAstaba en la encrucijada. Cuando Gordon Matta-Clark tenía 19 años, en 1962, estaba en su último año de la escuela secundaria y debía decidir sobre su futuro. En eso recibió una carta desu padre, el célebre pintor Roberto Matta.
Como un adagio, el artista le dijo a su hijo que recordara que no where podía ser now here (“recuerda que ningún lugar también puede ser aquí y ahora”) y, a renglón seguido, añadió un consejo: “Ya que pareces sentir que tu vida se ha convertido en un conducir sin sentido de aquí a ninguna parte, necesitas un final. Que sea la arquitectura”. Matta apelaba a su propia experiencia, pues él mismo se había recibido de arquitectoen 1935 desde la Pontificia Universidad Católica de Chile. Además, puso a disposición de su hijo toda su red de contactos y le sugirió algunas de las más prestigiosas escuelas dearquitectura de los Estados Unidos, incluyendo Yale o Harvard, donde Matta conocía al decano. Pero el hijo no quiso saber nada de eso. La carta es parte del archivo de MattaClark, que hoy resguarda el Canadian Centre for Architecture (CCA) en Montreal.
Hasta ahí llegó en 2023 la escritora e investigadora deartes visuales Ariel Florencia Richards (43). “Gordon Matta-Clark era parte del corpus de mi tesis doctoral: desde hace cuatro años estudio artistashombres que rompieron cosas durante los setenta comenta Richards a Culto.
Pero cuando el 2023 me gané una beca para ira investigar sus papeles al Ca-nadian Centre for Architecture (CCA), donde está su archivo, pasaron dos cosas: la primera fue que Sergio Parra me propuso que volviera con un libro, y la segunda fue que en laresidencia me encontré con algo más grande que lo que iba a buscar. Inicialmente iba a verificar ciertos datos dela intervención que él hizo en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1971 y me encontré con una vida muy marcada por la ausencia y la muerte. Un sujeto que se trepaba a los árboles y a los edificios, pero queles temía alas montañas.
Esa contradicción me pareció hermosa e importante, así que el capítulo salió de la tesis y se transformó en un libro independiente”. Entre otros elementos que encontró en el archivo estabanlas cartas que Matta-Clark se escribió con su padre.
Ahí vio la oportunidad de ahondar en un vínculo que estudios como el de Justo Pastor Mellado, o el del historiador del arte Robert Pincus-Witten han señalado como un lugar donde hubo desencuentros, que fue una relación competitiva y a veces difícil.
Incluso, PincusWitten dice que Matta fue “un padre negligente”, y no solo con Gordon sino también con su hermano mellizo, John Sebastian (conocido como “Batán”). Sin embargo, para Richards, a la luz del material encontrado, ese nexo no se agota en lo difícil. “Según mi investigación, Roberto Matta efectivamente tuvo una relación compleja con Gordon y Batán. Eso está documentadoUn padre tardío Gordon Matta-Clark, entonces, fue uno de los dos hijos que Roberto Matta tuvo con la artista visual estadounidense Anne Clark. Junto a su hermano Batán, nació el 23 de junio de 1943, en Nueva York. Pero alos pocos días de nacidos, Matta abandonó a la familia, para entonces el vínculo entre la pareja esta-y es cierto. Pero no quiere decir que esa relación compleja estuvo exenta de cariño, de admiración, deamor, decomplicidad y degenerosidad. Lo que propongo es ampliar la etiqueta de mala relación”. Me gusta decir que el vínculo entre ellos no fue exclusivamente competitivo y brutal, sino que además estuvo marcado por la influencia y el cariño. Creo quea ambos les costaba expresar lo que sentían, pero que estaban muy pendientes del otro y que se necesitaban”. El resultado de esta investigación ya está en las librerías nacionales. Se llama Gordon Matta-Clark. Contra viejas superficies.
Publicado por Ediciones Metales Pesados, es un volumen que en una mezcla de novela-ensayo-biografía pone en todo su espesor cómo fuela relación entre Roberto Matta y su hijo estadounidense, el llamado “anarquitecto”, conocido por sus trabajos de building cuts, donde literalmente cortaba edificiosen ruinas o a punto de ser demolidos para crear una intervención dondese cruzara el concreto, las luces, las sombras. ba desgastado y al pintor no lo entusiasmaba la idea de ser padre. “Creyó que la paternidad lo alejaría dela práctica pictórica, y, de hecho, pensó en que Anne abortara”, señala Richards en el libro. Ensus primeros tiempos, la familia de a tres vivió en Manhattan. Ahí fueron visitados por Sergio Matta, hermano de Roberto, quien al notar la precariedad del estado de su excuñada y sus sobrinos, intercedió ante los abuelos paternos para que se instalaran en Chile. Y así fue. En 1945, los Matta-Clark llegaron a la casa de la abuela, Mercedes “Chita” Echaurren. De ahí pasaron a vivira un departamento en el centro de Santiago. Incluso, los mellizos fueron bautizados en la parroquia de la Vera Cruz, en calle Lastarria. En 1946 volvieron a Manhattan, y a fines de esa década Roberto Matta volvió a aparecer en la vida de Anne Clark y los mellizos.
“Las cartas que comenzaron a mandarse Roberto y Anne a finales de los cuarenta dan cuenta del arrepentimiento del padre y de la influencia que tuvieron sus otras cónyuges en la recuperación de la relación con sus hijos asegura Richards.
Según los papeles de la madre, a partir de 1950 (y en especial desde 1955, cuando se casó con Malitte Pope) Matta les prestó de manera permanente ayuda económica con fondos procedentes de la venta de sus cuadros”. Desde ahí iniciarían una relación que involucró tanto contacto presencial como por correspondencia, amén de los cambios de residencia de Roberto Matta, desde Nueva York, pasando por París, hasta la definitiva en Tarquinia, Italia.
Entre esos movimientos de afectos de un lado a otro del Atlántico, eljoven Gordon Matta-Clark decidió finalmente hacerle caso a su padre y estudiar arquitectura, pero en la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, casa de estudios donde Matta no tenía contactos y que costaba más de lo que él podía pagarle.
Finalmente accedió, no sin antes ponerle una condición: ayudar a su hermano Batán, quien sufría de paranoia desde la adolescencia, lo que le dificultaba el relacionarse con los demás y lo hacía aislarse de forma permanente. “Debes ayudarlo y comprenderlo con afecto y paciencia. Él necesita tu respeto y el suyo propio para enfrentarse a la dura vida moderna. Es más emocional que tú y esto, aunque sea una gran ventaja, también puede ser una carga si uno se siente demasiado solo”, le escribió el pintor a su hijo. Roberto Matta mantuvo siempre el vínculo con sus hijos y su madre. Porejemplo, Richards señala que en junio de 1971 “se preocupó de enviarles un regalo de cumpleaños a los mellizos, junto con una carta en que se quejaba porque no había sabido nada de ellos.
Como siempre, le escribía otra carta personal a Anne, esa vez confesándole su preocupación por Batán: “Está prácticamente desnudo en medio de todo””. Incluso, ya en los70, cuando Gordon puso un restorán llamado FOOD junto a su novia Carol Goodden, una de las personas que financiaron la aventura fue justamente su padre. “Tanto Roberto Matta como la propia Carol Goodden habían invertido varios miles de dólares en FOOD sin recibir nada a cambio”. En 1973, la relación entre Carol y Gordon se acabó.
Este se lo comentó a su padre, quienseñaló: “Ella era una chica maravillosa”. Padre y artista influyente Para Ariel Richards, esta relación epistolar tiene unos momentos que le llamaron la atención: “Me gustan mucho las cartas en que Gordon le comparte sus logros.
Como si fuera un niño chico que acaba de aprender a tile dice: *Papá, papá, mira”. rarse piqueros y Creo que lo hacía porque para él era importante que lo reconociera y que validara sus ideas, pero, sobretodo, porque había un profundo afán de conexión y de recuperación de una relación herida”. Además, la escritora agrega que, en el plano artístico, Roberto Matta tuvo mucho que decir en la configuración del arte de su hijo. “Fue completamente influyente, al igual que lo fue el movimiento surrealista y la mirada de su padrino, Marcel Duchamp: hay rastros innegables de todas esas influencias en su trabajo.
Pero también creo que su madre, Anne Clark, artista visual y a quien propongo pensar como una archivista de la vida de Gordon, fue tremendamente influyente en su obra y metodología, al igual que lo fue su primera novia, Carol Goodden.
También creo que él eligió voluntariamente a otros referentes muy distintos de Matta, como Dennis Oppenheim, Robert Smithson, pioneros del landart”. En ese aspecto, Richards rescata un momento clave: “Gordon Matta-Clark le compartió por carta a su papá, por ejemplo, los fundamentos de anarchitecture (anarquitectura), una idea radical que elaboró junto a un grupo de colaboradores en Nueva York, en 1973, y que ha sido leída como anti-patriarcal. A Matta le interesó esto y le pidió que le explicara más. No solo le atraía el juego de palabras sino quela posibilidad transformadora de ese concepto en una época en que la subversión política también podía venir desde el arte. En esesentido, me parece que el hijo no se levantó en contra del padre, sino que ante él. Y que ambos se desafiaban intelectualmente”. “Ramuntcho Matta, medio hermano de Gordon e hijo de Roberto, dice que Matta y' Gordon FMarra-Clark. 4,TE, Gordon MattaClark. Contra viejas superficies Ariel Florencia Richards Ediciones Metales Pesados 188 páginasMatta-Clark se admiraban y competían, pero que nunca estuvieron enojados agrega Richards. A mí me gusta pensar que su relación estuvo marcada por algo muy simple y que queda en evidencia en sus cartas: el juego.
En ese sentido, la destreza, creatividad y el ingenio de ambos eran cuestiones que estaban siempre a prueba delante del otro”. Quizás el punto más alto de la preocupación de Matta fue cuando Batán comenzó a mostrarse realmente mal de su paranoia. En 1976, Anne lo internó en el Belleuve Hospital, sin la aprobación del padre. Este le escribió a Gordon para que buscara un lugar donde “realmente” ayudaran a su hermano. “A cualquier costo.
Ese muchacho es un gran artista y hay que ayudarlo a que esté bien”. Batán resultó ser un eximio artista visual cuyas obras -con mucha influencia del surrealismo de su padre se transan a precios elevados en los sitios de arte. Pero todo se oscureció.
El 14 de junio de 1976, mientras vivían juntos en el loft de Gordon, Batán sesentó enel alféizar dela ventana que daba a la calle en un momento en que su hermano salió a hacer compras. A su vuelta, Gordon se encontró con el cadáver de su hermano aplastado. Hasta hoy, no se sabe si se cayó o se arrojó, dice Richards en el libro. “Batán era frágil, pero en otro sentido Gordon también lo era. Poresoel vínculoentre los hermanos fue de extrema dependencia. Así como Batán dependía de Gordon, Gordon también dependía de su mellizo”, añade. Luego de esa tragedia, Gordon Matta-Clark solo alcanzó a sobrevivir a su hermano poco más de un año y medio. A inicios de 1978 se le detectó un agresivo cáncer al páncreas.
Su vida estaba en los descuentos, pero a pesar de ello decidió casarse con su novia de entonces, Jane Crawford, aprovechando un viaje de Roberto Matta a Nueva York, por lo queel padre estuvo presente en la boda. Gordon Matta-Clark finalmente falleció el 27 de agosto de 1978. Un dato que aporta el libro es que a la última persona que llamó desde el hospital fue a su padre.
Richards recogió el testimonio de Ramuntcho Matta, otro de los hijos del pintor: “Nos llamó a mí y a mi papá dos horas antes de morir, para decirnos que la muerte no existía y que su energía iba a estar siempre con nosotros”. Décadas después, en el otoño de su vida, Roberto Matta construyó en su casa en Tarquinia un memorial para sus hijos Batán y Gordon llamado Fair Avec (2000). El sitiosolo era visitado por él y lo hizo a diario hasta el final de sus días, señala el libro. Ariel Richards aporta una reflexión final: “A pesar de que llevaba cuatro años investigando a Matta-Clark, no sabía bien quién era. Mucho de lo que leemos de él se viene repitiendo sin variaciones desde los ochenta y no fue fácil asumir que ese conocimiento tan replicado se podía cuestionar. Creía que los libros sobre Matta-Clark los escribían otros y queera incorrecto de mi parte contradecir algunas lecturas, ya canónicas, que se han hecho de su trabajo. Pero lo cierto es que todavía quedaban ¡ y quedan! datos para ampliar la idea que tenemos de él. Hay preceptos que se han impuesto como definitivos pero que no lo son, por eso el título: leyendo nuevas aperturas contra viejas superficies”. O=. Gordon Matta Clark.
Contra viejas superficies (diciones Metales Pesados) se llama el volumen en que la escritora e investigadora de artes visuales Ariel Horencia Richards pone de manifiesto la total dimensión del nexo de Roberto Matta con uno de sus hijos artistas. Basado en el material documental del archivo de Matta Clark, se nos muestra una relación que no solo fue compleja, también hubo influencia artística y cariño. Acá la historia. —, Gordon Matta Clark.
Contra viejas superficies (diciones Metales Pesados) se llama el volumen en que la escritora e investigadora de artes visuales Ariel Horencia Richards pone de manifiesto la total dimensión del nexo de Roberto Matta con uno de sus hijos artistas. Basado en el material documental del archivo de Matta Clark, se nos muestra una relación que no solo fue compleja, también hubo influencia artística y cariño. Acá la historia. —, GORDON MATTA. CLARK Libro revela su vínculo con Roberto Matta más allá de los desencuentros y cULTO CULTOVZZZZZZZZZZZZZAstaba en la encrucijada. Cuando Gordon Matta-Clark tenía 19 años, en 1962, estaba en su último año de la escuela secundaria y debía decidir sobre su futuro. En eso recibió una carta desu padre, el célebre pintor Roberto Matta.
Como un adagio, el artista le dijo a su hijo que recordara que no where podía ser now here (“recuerda que ningún lugar también puede ser aquí y ahora”) y, a renglón seguido, añadió un consejo: “Ya que pareces sentir que tu vida se ha convertido en un conducir sin sentido de aquí a ninguna parte, necesitas un final. Que sea la arquitectura”. Matta apelaba a su propia experiencia, pues él mismo se había recibido de arquitectoen 1935 desde la Pontificia Universidad Católica de Chile. Además, puso a disposición de su hijo toda su red de contactos y le sugirió algunas de las más prestigiosas escuelas dearquitectura de los Estados Unidos, incluyendo Yale o Harvard, donde Matta conocía al decano. Pero el hijo no quiso saber nada de eso. La carta es parte del archivo de MattaClark, que hoy resguarda el Canadian Centre for Architecture (CCA) en Montreal.
Hasta ahí llegó en 2023 la escritora e investigadora deartes visuales Ariel Florencia Richards (43). “Gordon Matta-Clark era parte del corpus de mi tesis doctoral: desde hace cuatro años estudio artistashombres que rompieron cosas durante los setenta comenta Richards a Culto.
Pero cuando el 2023 me gané una beca para ira investigar sus papeles al Ca-nadian Centre for Architecture (CCA), donde está su archivo, pasaron dos cosas: la primera fue que Sergio Parra me propuso que volviera con un libro, y la segunda fue que en laresidencia me encontré con algo más grande que lo que iba a buscar. Inicialmente iba a verificar ciertos datos dela intervención que él hizo en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1971 y me encontré con una vida muy marcada por la ausencia y la muerte. Un sujeto que se trepaba a los árboles y a los edificios, pero queles temía alas montañas.
Esa contradicción me pareció hermosa e importante, así que el capítulo salió de la tesis y se transformó en un libro independiente”. Entre otros elementos que encontró en el archivo estabanlas cartas que Matta-Clark se escribió con su padre.
Ahí vio la oportunidad de ahondar en un vínculo que estudios como el de Justo Pastor Mellado, o el del historiador del arte Robert Pincus-Witten han señalado como un lugar donde hubo desencuentros, que fue una relación competitiva y a veces difícil.
Incluso, PincusWitten dice que Matta fue “un padre negligente”, y no solo con Gordon sino también con su hermano mellizo, John Sebastian (conocido como “Batán”). Sin embargo, para Richards, a la luz del material encontrado, ese nexo no se agota en lo difícil. “Según mi investigación, Roberto Matta efectivamente tuvo una relación compleja con Gordon y Batán. Eso está documentadoUn padre tardío Gordon Matta-Clark, entonces, fue uno de los dos hijos que Roberto Matta tuvo con la artista visual estadounidense Anne Clark. Junto a su hermano Batán, nació el 23 de junio de 1943, en Nueva York. Pero alos pocos días de nacidos, Matta abandonó a la familia, para entonces el vínculo entre la pareja esta-y es cierto. Pero no quiere decir que esa relación compleja estuvo exenta de cariño, de admiración, deamor, decomplicidad y degenerosidad. Lo que propongo es ampliar la etiqueta de mala relación”. Me gusta decir que el vínculo entre ellos no fue exclusivamente competitivo y brutal, sino que además estuvo marcado por la influencia y el cariño. Creo quea ambos les costaba expresar lo que sentían, pero que estaban muy pendientes del otro y que se necesitaban”. El resultado de esta investigación ya está en las librerías nacionales. Se llama Gordon Matta-Clark. Contra viejas superficies.
Publicado por Ediciones Metales Pesados, es un volumen que en una mezcla de novela-ensayo-biografía pone en todo su espesor cómo fuela relación entre Roberto Matta y su hijo estadounidense, el llamado “anarquitecto”, conocido por sus trabajos de building cuts, donde literalmente cortaba edificiosen ruinas o a punto de ser demolidos para crear una intervención dondese cruzara el concreto, las luces, las sombras. ba desgastado y al pintor no lo entusiasmaba la idea de ser padre. “Creyó que la paternidad lo alejaría dela práctica pictórica, y, de hecho, pensó en que Anne abortara”, señala Richards en el libro. Ensus primeros tiempos, la familia de a tres vivió en Manhattan. Ahí fueron visitados por Sergio Matta, hermano de Roberto, quien al notar la precariedad del estado de su excuñada y sus sobrinos, intercedió ante los abuelos paternos para que se instalaran en Chile. Y así fue. En 1945, los Matta-Clark llegaron a la casa de la abuela, Mercedes “Chita” Echaurren. De ahí pasaron a vivira un departamento en el centro de Santiago. Incluso, los mellizos fueron bautizados en la parroquia de la Vera Cruz, en calle Lastarria. En 1946 volvieron a Manhattan, y a fines de esa década Roberto Matta volvió a aparecer en la vida de Anne Clark y los mellizos.
“Las cartas que comenzaron a mandarse Roberto y Anne a finales de los cuarenta dan cuenta del arrepentimiento del padre y de la influencia que tuvieron sus otras cónyuges en la recuperación de la relación con sus hijos asegura Richards.
Según los papeles de la madre, a partir de 1950 (y en especial desde 1955, cuando se casó con Malitte Pope) Matta les prestó de manera permanente ayuda económica con fondos procedentes de la venta de sus cuadros”. Desde ahí iniciarían una relación que involucró tanto contacto presencial como por correspondencia, amén de los cambios de residencia de Roberto Matta, desde Nueva York, pasando por París, hasta la definitiva en Tarquinia, Italia.
Entre esos movimientos de afectos de un lado a otro del Atlántico, eljoven Gordon Matta-Clark decidió finalmente hacerle caso a su padre y estudiar arquitectura, pero en la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, casa de estudios donde Matta no tenía contactos y que costaba más de lo que él podía pagarle.
Finalmente accedió, no sin antes ponerle una condición: ayudar a su hermano Batán, quien sufría de paranoia desde la adolescencia, lo que le dificultaba el relacionarse con los demás y lo hacía aislarse de forma permanente. “Debes ayudarlo y comprenderlo con afecto y paciencia. Él necesita tu respeto y el suyo propio para enfrentarse a la dura vida moderna. Es más emocional que tú y esto, aunque sea una gran ventaja, también puede ser una carga si uno se siente demasiado solo”, le escribió el pintor a su hijo. Roberto Matta mantuvo siempre el vínculo con sus hijos y su madre. Porejemplo, Richards señala que en junio de 1971 “se preocupó de enviarles un regalo de cumpleaños a los mellizos, junto con una carta en que se quejaba porque no había sabido nada de ellos.
Como siempre, le escribía otra carta personal a Anne, esa vez confesándole su preocupación por Batán: “Está prácticamente desnudo en medio de todo””. Incluso, ya en los70, cuando Gordon puso un restorán llamado FOOD junto a su novia Carol Goodden, una de las personas que financiaron la aventura fue justamente su padre. “Tanto Roberto Matta como la propia Carol Goodden habían invertido varios miles de dólares en FOOD sin recibir nada a cambio”. En 1973, la relación entre Carol y Gordon se acabó.
Este se lo comentó a su padre, quienseñaló: “Ella era una chica maravillosa”. Padre y artista influyente Para Ariel Richards, esta relación epistolar tiene unos momentos que le llamaron la atención: “Me gustan mucho las cartas en que Gordon le comparte sus logros.
Como si fuera un niño chico que acaba de aprender a tile dice: *Papá, papá, mira”. rarse piqueros y Creo que lo hacía porque para él era importante que lo reconociera y que validara sus ideas, pero, sobretodo, porque había un profundo afán de conexión y de recuperación de una relación herida”. Además, la escritora agrega que, en el plano artístico, Roberto Matta tuvo mucho que decir en la configuración del arte de su hijo. “Fue completamente influyente, al igual que lo fue el movimiento surrealista y la mirada de su padrino, Marcel Duchamp: hay rastros innegables de todas esas influencias en su trabajo.
Pero también creo que su madre, Anne Clark, artista visual y a quien propongo pensar como una archivista de la vida de Gordon, fue tremendamente influyente en su obra y metodología, al igual que lo fue su primera novia, Carol Goodden.
También creo que él eligió voluntariamente a otros referentes muy distintos de Matta, como Dennis Oppenheim, Robert Smithson, pioneros del landart”. En ese aspecto, Richards rescata un momento clave: “Gordon Matta-Clark le compartió por carta a su papá, por ejemplo, los fundamentos de anarchitecture (anarquitectura), una idea radical que elaboró junto a un grupo de colaboradores en Nueva York, en 1973, y que ha sido leída como anti-patriarcal. A Matta le interesó esto y le pidió que le explicara más. No solo le atraía el juego de palabras sino quela posibilidad transformadora de ese concepto en una época en que la subversión política también podía venir desde el arte. En esesentido, me parece que el hijo no se levantó en contra del padre, sino que ante él. Y que ambos se desafiaban intelectualmente”. “Ramuntcho Matta, medio hermano de Gordon e hijo de Roberto, dice que Matta y' Gordon FMarra-Clark. 4,TE, Gordon MattaClark. Contra viejas superficies Ariel Florencia Richards Ediciones Metales Pesados 188 páginasMatta-Clark se admiraban y competían, pero que nunca estuvieron enojados agrega Richards. A mí me gusta pensar que su relación estuvo marcada por algo muy simple y que queda en evidencia en sus cartas: el juego.
En ese sentido, la destreza, creatividad y el ingenio de ambos eran cuestiones que estaban siempre a prueba delante del otro”. Quizás el punto más alto de la preocupación de Matta fue cuando Batán comenzó a mostrarse realmente mal de su paranoia. En 1976, Anne lo internó en el Belleuve Hospital, sin la aprobación del padre. Este le escribió a Gordon para que buscara un lugar donde “realmente” ayudaran a su hermano. “A cualquier costo.
Ese muchacho es un gran artista y hay que ayudarlo a que esté bien”. Batán resultó ser un eximio artista visual cuyas obras -con mucha influencia del surrealismo de su padre se transan a precios elevados en los sitios de arte. Pero todo se oscureció.
El 14 de junio de 1976, mientras vivían juntos en el loft de Gordon, Batán sesentó enel alféizar dela ventana que daba a la calle en un momento en que su hermano salió a hacer compras. A su vuelta, Gordon se encontró con el cadáver de su hermano aplastado. Hasta hoy, no se sabe si se cayó o se arrojó, dice Richards en el libro. “Batán era frágil, pero en otro sentido Gordon también lo era. Poresoel vínculoentre los hermanos fue de extrema dependencia. Así como Batán dependía de Gordon, Gordon también dependía de su mellizo”, añade. Luego de esa tragedia, Gordon Matta-Clark solo alcanzó a sobrevivir a su hermano poco más de un año y medio. A inicios de 1978 se le detectó un agresivo cáncer al páncreas.
Su vida estaba en los descuentos, pero a pesar de ello decidió casarse con su novia de entonces, Jane Crawford, aprovechando un viaje de Roberto Matta a Nueva York, por lo queel padre estuvo presente en la boda. Gordon Matta-Clark finalmente falleció el 27 de agosto de 1978. Un dato que aporta el libro es que a la última persona que llamó desde el hospital fue a su padre.
Richards recogió el testimonio de Ramuntcho Matta, otro de los hijos del pintor: “Nos llamó a mí y a mi papá dos horas antes de morir, para decirnos que la muerte no existía y que su energía iba a estar siempre con nosotros”. Décadas después, en el otoño de su vida, Roberto Matta construyó en su casa en Tarquinia un memorial para sus hijos Batán y Gordon llamado Fair Avec (2000). El sitiosolo era visitado por él y lo hizo a diario hasta el final de sus días, señala el libro. Ariel Richards aporta una reflexión final: “A pesar de que llevaba cuatro años investigando a Matta-Clark, no sabía bien quién era. Mucho de lo que leemos de él se viene repitiendo sin variaciones desde los ochenta y no fue fácil asumir que ese conocimiento tan replicado se podía cuestionar. Creía que los libros sobre Matta-Clark los escribían otros y queera incorrecto de mi parte contradecir algunas lecturas, ya canónicas, que se han hecho de su trabajo. Pero lo cierto es que todavía quedaban ¡ y quedan! datos para ampliar la idea que tenemos de él. Hay preceptos que se han impuesto como definitivos pero que no lo son, por eso el título: leyendo nuevas aperturas contra viejas superficies”. O=.