Autor: FRANCISCA ORELLANA
Dueñas les hablan por una cámara a sus perros que se quedan solos en el departamento
Chocolate se queda solo cuando su amo sale a trabajar, pero lo cuidan con una cámara.
Aparatos de seguridad tienen sensores que les avisan cuando están llorando o muy inquietos Na Guajardo, crítica de series y editora de la web “Fan Vina”, cuenta que la pandemia le desajustó la rutina que tenía con Kara, su poodle maltés de casi siete años. Las cuarentenas acostumbraron a la perra a estar acompañada, por lo que cuando Guajardo empezó a retomar su vida habitual, no le gusta quedarse sola muchas horas y a veces llora. Además de los paseos frecuentes, se ha ayudado por una cámara de vigilanEtóloga recomienda que este truco sea parte de un tratamiento integral con juguetes y desafíos. Y hablarles cuando sea estrictamente necesario. cia con parlantes y micrófono Eufy para monitorear cómo está Kara desde su celular. "Es una cámara estática. La tengo puesta en altura, lo que me permite ver mi living, el comedor y gran parte de la segunda pieza donde está la cama principal de Kalita”, cuenta. Lo que la ayuda es que la cámara le manda notificaciones cuando su mascota ladra o camina mucho. "Detecta el movimiento, así es que me doy cuenta altiro si ella está ladrando o aullando. Y por el micrófono le trato de decir comandos que la puedan consolar. Le digo: Ya vuelvo y siento que se estresa menos. También le digo su nombre”, relata. Guajardo sabe que tiene que hablarle sólo cuando es muy necesario porque la perra suele buscarla cuando le habla. “Por lo mismo, si puedo y no estoy haciendo nada importante, me devuelvo al departamento a buscarla”, señala.
Para que se mantenga entretenida y ocupada mientras está sola, le tiene juguetes de estimulación como rompecabezas donde le inserta snacks que la perra debe encontrar. "También le escondo premios en el departamento y ella tiene que buscarlos, eso la calma mucho”, afirma. Rutinas parecidas tiene la dentista Catalina Monsalve con Dot de cuatro años. Cuenta que a su dálmata le costó adaptarse: vivía en una casa con otros ocho perros de la misma raza y se fue a un departamento de un dormitorio. Se compró, entonces, una cámara de vigilancia con micrófono y parlante. La puso cerca de la entrada de su departamento, lo que le permite ver parte de la cocina y living, que es por donde más se mueve su perro. “Nos dimos cuenta de que lloraba muy poco, lo que más hacía era que romper la bolsa de basura. Le hablé un par de veces que se puso a ladrar, pero me dio pena porque me empezó a buscar. Ahora cuando lo miro generalmente está durmiendo”, relata.
Sin embargo, para llegar a esa tranquilidad inició una terapia con una etóloga que trató la ansiedad y el trastorno por separación de Dot. "Tuvimos un trabajo grande, de unos siete meses, y preocupación para que se sanara. Le pusimos un collar con feromonas para bajar su estrés (de marca Adaptil) que ha funcionado. Hacía tres a cuatro paseos largos para que se estimule mentalmente o juegos de estimulación con premios y refuerzos positivos. Fue un conjunto de cosas”, explica.
Una técnica distinta ocupa Daniela Contreras, quien tiene dos bulldogs franceses: Jacinta (de diez años) y Roger (de 8). Cada vez que sale y quiere evitar que ladren, aúllen o le rompan las plantas, les deja prendida la televisión con los mismos programas que ella ve en el día a día. Así se sienten acompañados. "A veces les dejo puesto canales de niños también. Un par de veces les dejé música de relajación y cuando volvía los encontraba más tranquilos”, añade.
Saber de sus crisis Carmen Luz Barrios, veterinaria, etóloga clínica y directora de la Escuela de Veterinaria de la Universidad Mayor, explica que usar cámaras de vigilancia para monitorear a perros que sufren de trastorno de ansiedad por separación puede ser una buena idea. "Se puede ver qué pasa con el animal cuando hay momentos de crisis y saber qué gatilla el problema.
Son una de las herramientas que usan los etólogos para evaluarlos, ya que hay gente que dice que su perro llora o destruye todo, pero esa destrucción puede ser porque está aburrido y no necesariamente porque está separado de su figura de apego”, aclara. La especilista advierte que no hay que abusar en hablarles por la cámara. "La mascota se puede confundir y no saber qué está pasando. Escucha una voz y no sabe dónde está la persona”, señala. "Lo ideal es que las cámaras sean parte de un tratamiento integral.
La cámara puede ayudar a saber cuánto tiempo puede quedar el perro solo antes de iniciar un cuadro por ansiedad”. Mecanismos como dejarles juegos o juguetes rellenables con alimentos son acciones complementarias que también ayudan, pero sólo si son parte de un conjunto mayor de acciones como paseos de estimulación o refuerzos positivOS.