Editorial: Señales de alerta y tareas pendientes
0Editorialna cifra de desocupación de 9,1%, que está entre las más altas de Chile y un accidente fatal que cobró la vida de un destacado artista y enluta a la comunidad regional. Esas son las noticias con las cuales comienza la semana de aniversario de Los Ríos y obligan a revisar las tareas pendientes de estos 17 años de vida. La falta de empleo golpea especialmente ajóvenes y mujeres, además de tener una cara oculta en la informalidad laboral. Es decir, llegamos a esta fecha con una situación económica precaria y con pocas ofertas para la retención de talentos.
El choque frontal que costó la vida de Miguel Navarro «vocalista de la banda La Terukase produjo en la ruta que une a Mariquina con Valdivia; la misma donde duerme hace décadas la promesa de una doble vía de mejor estándar. Es decir, llegamos a esta fecha con problemas de infraestructura básica que se arrastran históricamente y que cobran vidas humanas por cada día que pasa. Esos dos puntos no son menores a la hora de los balances que siempre se hacen cuando se cumple un ciclo.
Y estos se ven negativos, complicados; más aún si sumamos otros factores como la crisis que enfrenta la Universidad Austral, la inseguridad, la paralización de la mayoría de las inversiones privadas; además de las polémicas políticas nacionales y locales por la cercanía de las elecciones que ahondan posiciones extremas y destruyen confianzas. Pero, junto con esas dolorosas situaciones, también hay signos de avance. Uno importantes es la creación aquí del primer Centro de Biotecnología de Chile, entidad que sumará esfuerzos públicos, privados y de las universidades. A ello debe sumarse el destrabe de permisos para una nueva empresa del rubro forestal en los límites de La Unión y Paillaco; más el avance de un gran proyecto fotovoltaico en Pichirropulli. Junto alo anterior, es positiva la energía de emprendedores experimentados y nuevos, que miran hacia el desarrollo sostenible y a la innovación En este 2 de octubre es preciso asumir las señales de alerta. Pero también mantener el optimismo y, especialmente, reflotar la unidad de una región pequeña, pero resiliente. Ese es el espíritu de la Nueva Región. Y hay que cuidarlo.. Cada 2 de octubre ofrece la opción de revisar el camino recorrido como región. Editorial