Caminos divergentes
Caminos divergentes L a reciente confirmación por parte de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) de eliminar a partir de 2025 los autos híbridos del WRC (Campeonato Mundial de Rally por su sigla en inglés) aparece como una actitud rupturista ante la tendencia global de avanzar hacia la electromovilidad, algo que al menos en el motorsport tiene un sustrato técnico/económico discutible y que a la luz de recientes anuncios de los principales actores de la industria se enfrenta a un escenario muy complejo.
La introducción en 2022 de autos híbridos en la categoría mayor del WRC, la Rally 1, trajo aparejado para los equipos un incremento inmenso en los costos, tanto en la fabricación de los autos como en los temas logísticos y operativos.
Esto llevó a que en la categoría principal solo pudieran participar los equipos oficiales, ocho autos, dejando fuera de presupuesto a todos los equipos privados que son parte de la fiesta y que abren oportunidades a los pilotos emergentes. Las baterías y motores eléctricos agregan unos 100 HP, pero también mucho peso a los autos. Su eliminación hará que los nuevos RC1 tengan menos potencia, pero a la vez sean más livianos, por lo que serán más ágiles y rápidos. Con ello, el atractivo del espectáculo está garantizado.
Además de los problemas de transporte que implica el traslado de vehículos con batería, los organizadores locales debían instalar un sector para carga, alimentado con generadores Diesel, y toda una infraestructura de seguridad para que al final los autos se movieran en modo eléctrico unos pocos kilómetros en los alrededores del parque de asistencia, una burda simulación para aparentar preocupación ambiental.
Lo que sí será un cambio bien orientado es que desde el próximo año el combustible del Rally 1 deberá ser 100% sustentable, con niveles de emisiones muy contenidos. ¿Y la Fórmula Uno? Para 2026 el 50% de la potencia deberá ser provista por motores eléctricos, es decir, ha reforzado su compromiso con la electromovilidad.
Dado que la F-1 tiene una raíz absolutamente europea y es justamente la industria automotriz europea la que está entrando en una crisis nunca vista, llama la atención que las autoridades deportivas insistan en un camino que diverge del que empieza a tomar quien los sostiene. Los objetivos de marketing y show, que están siendo expresados en su máximo nivel este fin de semana en Las Vegas, predominan por sobre los aspectos deportivos y técnicos. Por lo mismo, es destacable lo de los dirigentes del Rally, quienes han privilegiado la esencia de su deporte por sobre intereses comunicacionales. En todo caso y tal como ocurre a nivel de la industria, en el motorsport la electromovilidad es una noticia en desarrollo. Caminos divergentes ALEJANDRO SCHMAUK.